Covid-19: un dato sobre vacunación en la Argentina inquieta a los especialistas
Pasada la emergencia, con la fatiga que dejó la pandemia y el virus de Covid-19 que circula como un microbio más entre los causantes más comunes de infecciones respiratorias, una encuesta revela que solo uno de cada cuatro argentinos dice que se aplicaría otra dosis de la vacuna y poco más de la mitad dice que no está dispuesto a hacerlo. Sin embargo, la indicación del médico, la necesidad de proteger a la familia o allegados, una nueva ola de contagios o la aparición de otra variante de riesgo serían motivos suficientes para actualizar la inmunización, según se presentó este jueves.
Un equipo del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA), de la Universidad Católica Argentina (UCA), realizó un relevamiento sobre actitudes y comportamientos hacia la vacunación para Covid con Laboratorios Raffo, que comercializa en el país el inmunizante de Moderna. Los resultados de la encuesta a una muestra representativa de la población urbana mayor de 40 años y una serie de recomendaciones se anticiparon este jueves a profesionales de la salud y medios. Solange Rodríguez Espíndola, investigadora del ODSA, coordinó el relevamiento.
El informe repasa que el 94,9% de la población se vacunó por lo menos una vez y poco más de la mitad de los que iniciaron el esquema (54,2%) registra cuatro dosis o más (esquema inicial más un refuerzo o más, de acuerdo con la combinación recibida) en su carnet de vacunación. Los síntomas y los efectos adversos con cada aplicación, según se explica, influyeron en la cantidad de dosis recibidas.
Entre los mayores de 40, el 76,9% no se volvió a dar un refuerzo en seis meses o más. “Solo un cuarto de las personas (25,6%) accedería a darse una nueva dosis de la vacuna, mientras que más de la mitad (53,2%) indican no estar dispuestas a hacerlo”, se indicó durante la presentación.
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Cansados
De la encuesta surge, además, que tres de cada 10 personas (30,4%) manifiestan estar cansados de escuchar hablar sobre Covid-19. Algo más de la mitad (53,9%) afirma que le cuesta poder distinguir entre información falsa y verdadera sobre la vacuna.
Entre los motivos más importantes para vacunarse que mencionaron los encuestados aparecen proteger a personas cercanas (93,4%), compartir entornos donde los demás se vacunan (89,8%) y haber tenido la forma grave de Covid o riesgo de morir (85,1%).
En cambio, los argumentos para desistir de la vacunación incluyen el temor a los efectos secundarios (87,6%), la desconfianza en el proceso de producción de las vacunas (80,3%) o la idea de que la vacuna puede causar una enfermedad grave o, inclusive, la muerte (76%).
¿Qué impulsaría a volver a vacunarse? Si el médico de cabecera lo indica o si un ser querido lo sugiere (78,5%), si es un requisito para viajar (76%) o si hay una nueva ola de casos o aparece otra variante de riesgo (71,2%). “Las tres razones fueron señaladas por las personas vacunadas como los principales motivos para seguir recibiendo nuevas dosis de la vacuna”, plantean los autores del estudio, que incluyó respuestas de 968 mayores de 40 años en localidades de 80.000 habitantes o más.
Para Rodríguez Espíndola, “el efecto social comunitario es importante a la hora de implementar una estrategia de convocatoria a la vacunación. La actitud positiva a vacunarse se sostiene con mayor intensidad si una persona cercana que también se vacuna o para proteger a otros que pueden ser vulnerables a enfermar de gravedad si se contagian”.
Un 62,8% de los encuestados considera que la vacunación es una medida efectiva de protección contra la enfermedad causada por el virus de Covid. Los profesionales y las instituciones de salud son para la población las fuentes “más confiables” de información sobre la inmunización.
“Más de la mitad de las personas dice tener suficiente información sobre la eficacia, los efectos adversos y los procesos de desarrollo y autorización de las vacunas, además de los centros de vacunación y las dosis de refuerzo”, señala el equipo del ODSA.
Aun así, Rodríguez Espínola destaca que, para retomar una nueva campaña de vacunación, es importante a partir de los datos relevados que incluya “información clara, motivadora y precisa”, sobre todo asociado a por qué sería importante y necesario actualizar la inmunización. “Hay que tener en cuenta que la gente no está cansada de escuchar sobre la vacuna, pero sí que tiene dificultad para reconocer entre la información falsa o verdadera”, repasa.
Recuerda que no deben faltar los datos que le permitan a la población saber cómo y dónde vacunarse.
“Toda difusión debe apoyarse en fuentes de información confiables, fuera de toda connotación gubernamental o política, inclusive religiosa”, continúa ya sobre las recomendaciones. “Plantear los avances que se han hecho con respecto a la vacunación y a los efectos secundarios. Mostrar evidencia de su eficacia, a partir del desarrollo científico. Apoyarse en la evolución del último tiempo y promover la vacunación a partir de eso. Dar más seguridad”, finaliza.