CORRECCIÓN: La NBA y sus dueños luchan por el cambio, pero no necesariamente el mismo cambio

El comisionado de la NBA, Adam Silver, en el escenario de la NBA Con en Las Vegas, el 8 de julio de 2023. (Bridget Bennet/The New York Times)
El comisionado de la NBA, Adam Silver, en el escenario de la NBA Con en Las Vegas, el 8 de julio de 2023. (Bridget Bennet/The New York Times)

En junio de 2022, el mismo día que la Corte Suprema anuló el fallo en el caso Roe contra Wade, el comisionado de la NBA, Adam Silver, emitió un comunicado junto con la comisionada de la WNBA, Cathy Engelbert.

Silver y Engelbert declararon que ambas ligas creían que “las mujeres deberían poder tomar sus propias decisiones sobre su salud y su futuro, y creemos que se debe proteger la libertad”.

Menos de un año después, uno de los equipos de la NBA, Los Magic de Orlando —como organización— emitió un cheque de 50.000 dólares para Never Back Down, un super-PAC (sigla en inglés de comité de acción política) que promueve al gobernador Ron DeSantis de Florida, según divulgaciones financieras reveladas esta semana. Los Magic son propiedad de la familia DeVos, conocidos conservadores. Betsy DeVos, la nuera del expresidente de los Magic, Richard DeVos, quien falleció en 2018, fue secretaria de Educación del expresidente Donald Trump.

El cheque se emitió el 19 de mayo, según un portavoz del equipo. Eso fue semanas después de que DeSantis firmara una de las leyes contra el aborto más restrictivas del país, que prohíbe la interrupción de los embarazos después de seis semanas, pero días antes de que declarara oficialmente que se postularía para la candidatura presidencial republicana.

La donación “se otorgó como un negocio de Florida en apoyo a un gobernador de Florida para la continua prosperidad de Florida Central”, declaró el equipo a través de un comunicado.

La donación de los Magic a DeSantis, quien está en su segundo mandato como gobernador, no fue la primera vez que un equipo de la NBA puso su nombre en una donación política. En la década de 1990, los Suns de Phoenix, en ese entonces propiedad de Jerry Colangelo, donaron decenas de miles de dólares al Comité Nacional Republicano. Sin embargo, el cheque de los Magic pareciera ser la primera donación directa de un equipo de la NBA a un grupo directamente aliado con un candidato presidencial, o uno, como DeSantis, de quien se esperaba ampliamente que se postulara.

La donación también fue un recordatorio de que a pesar de todas las manifestaciones de apoyo de la NBA a las causas progresistas en las que creen sus jugadores, varios multimillonarios propietarios de equipos —cuyos intereses representa Silver— han desplegado su propio poder para luchar contra esas mismas causas. Mike Bass, portavoz de la liga, afirmó a través de un comunicado: “Los gobernadores de los equipos toman sus propias decisiones acerca de las contribuciones políticas que hacen y respetamos el derecho de los miembros de la familia NBA a expresar sus puntos de vista políticos”.

Propietarios como Dan Gilbert (Cavaliers de Cleveland), Tilman Fertitta (Rockets de Houston), James Dolan (Knicks de Nueva York) y la familia DeVos han donado grandes sumas de dinero a políticos republicanos que se oponen al derecho al aborto, al control de armas, a algunos derechos al voto y a la reforma policial, todos estos temas que la NBA ha apoyado, ya sea en declaraciones públicas o a través de su Coalición de Justicia Social.

En el verano de 2020, varios jugadores de la NBA protestaron por el asesinato de George Floyd, un hombre afroestadounidense, a manos de la policía en Minneapolis, y los Bucks de Milwaukee se negaron a salir a jugar un partido de postemporada contra los Magic de Orlando tras el tiroteo contra otro hombre afroestadounidense, Jacob Blake, por la policía en Kenosha, Wisconsin. En respuesta, los propietarios de la NBA acordaron formar la Coalición de Justicia Social, la cual enfatizaría los derechos de voto, la reforma policial y la reforma de la justicia penal, todas estas áreas que afectan de manera desproporcionada a la comunidad de afrodescendientes.

En teoría, la NBA se estaba moviendo más allá de la filantropía tradicional. La huelga de los Bucks obligó a la liga a trazar la política pública, un objetivo mucho más avanzado de lo que pretendían hacer otras ligas deportivas profesionales.

“Nuestro objetivo es bastante simple”, afirmó James Cadogan, director ejecutivo de la coalición, mediante un clip publicado en las redes sociales que presenta al grupo. “Queremos tomar momentos de protesta, momentos de poder popular como los que vimos el año pasado, y convertirlos en políticas públicas. Queremos cambiar las leyes”.

En los últimos años, la NBA ha asumido la causa de las iniciativas Clean Slate, una iniciativa en los estados para borrar algunos registros de quienes habían sido encarcelados. Hace semanas, DeSantis vetó un proyecto de ley respaldado por los republicanos en Florida sobre la eliminación de antecedentes penales.

La Coalición de Justicia Social ha respaldado varios proyectos de ley en su incipiente existencia, aunque con éxito limitado: La Ley EQUAL, una medida para poner fin a las disparidades en las sentencias en casos relacionados con la venta de crack y cocaína en polvo, aún no es una ley federal. La Ley George Floyd de Justicia Policial, un proyecto de ley de reforma policial que aprobó la Cámara de Representantes en 2021, se estancó en el Senado.

Después de las elecciones de 2020, los republicanos ejercieron una presión considerable para endurecer las reglas electorales a nivel estatal. En respuesta, la estrella de los Warriors de Golden State, Stephen Curry, hizo un video para la coalición implorándole a los aficionados que contactaran a legisladores para aprobar la Ley Libertad para Votar. Por separado, la coalición apoyó un proyecto de ley de derecho al voto que lleva el nombre del excongresista John Lewis. Ambos proyectos de ley fueron bloqueados por una maniobra obstruccionista republicana en el Senado. La NBA no ha pedido que se elimine el obstruccionismo.

Poco se puede culpar a la NBA de que un proyecto de ley candente no se apruebe en un Congreso dividido. Pero es más difícil para la liga generar cambios cuando algunos de los dueños de sus equipos se han propuesto como misión elegir para cargos públicos a personas que se oponen a ese cambio.

Determinar los temas por los que la NBA debería y no debería hacer campaña no es sencillo. Pero dado que la liga defendió enérgicamente a la comunidad transgénero en un caso y el derecho al aborto en otro, su silencio es notable cuando el propietario de una franquicia, usando el nombre del equipo, apoya a un político con puntos de vista contrarios.

La NBA es, al final, un negocio cuyo principal objetivo es ganar dinero. Si la organización también está genuinamente interesada en hacerle frente a algunos problemas sociales, también deberá hacerle frente a sus propietarios.

c.2023 The New York Times Company