En la Convención Nacional Republicana, el cambio climático no es un problema

El expresidente Donald Trump, presunto candidato republicano, habla en un mitin de campaña en Chesapeake, Virginia, el viernes 28 de junio de 2024. (Tom Brenner/The New York Times)
El expresidente Donald Trump, presunto candidato republicano, habla en un mitin de campaña en Chesapeake, Virginia, el viernes 28 de junio de 2024. (Tom Brenner/The New York Times)

WASHINGTON — Este verano, Estados Unidos está experimentando niveles históricos de un calor abrasador a causa del cambio climático. Las altas temperaturas han provocado decenas de muertes en el oeste del país, el sudor de millones de personas debido a los avisos de calor extremo y las quejas de casi tres cuartas partes de los estadounidenses, para quienes el gobierno debe priorizar el calentamiento global.

Sin embargo, aunque en el horario estelar del lunes por la noche la energía es el tema con el que el Partido Republicano inaugura su convención nacional en Milwaukee, el partido no tiene ningún plan para abordar el cambio climático.

A pesar de que algunos republicanos ya no niegan el abrumador consenso científico según el cual el planeta se está calentando a causa de la actividad humana, los líderes del partido no lo consideran un problema al que se le deba hacer frente.

“No sé si hay una estrategia republicana para enfrentar el cambio climático a nivel de organización”, comentó Thomas J. Pyle, presidente de la American Energy Alliance, un grupo de investigación conservador enfocado en la energía. “No creo que el presidente Trump considere imperativo reducir los gases de efecto invernadero por medio del gobierno”.

Cuando el expresidente Donald Trump menciona el cambio climático, lo hace en tono de burla.

“¿Se imaginan? Este tipo dice que el calentamiento global es la mayor amenaza para nuestro país”, señaló Trump, para referirse al presidente Joe Biden en un mitin en Chesapeake, Virginia, el mes pasado, el junio más caluroso de la historia que se haya registrado en todo el mundo. “El calentamiento global está bien. De hecho, he oído que hoy va a hacer mucho calor. No pasa nada”.

Equipo de perforación petrolera sin usar almacenado en Odessa, Texas, el 24 de abril de 2020. (Tamir Kalifa/The New York Times)
Equipo de perforación petrolera sin usar almacenado en Odessa, Texas, el 24 de abril de 2020. (Tamir Kalifa/The New York Times)

Continuó rechazando la evidencia científica de que el derretimiento de las capas de hielo de la Antártida y Groenlandia esté provocando la subida de los mares que amenazan las comunidades costeras de todo el mundo.

“El océano subirá, tal vez, y quizá baje, también”, comentó Trump. “Pero puede subir tres milímetros en los próximos 497 años, dicen; tres milímetros, lo que te da un poco más de terreno frente al mar si tienes la suerte de tener una de estas propiedades”. De hecho, los científicos mejor calificados calculan que el nivel del mar subirá 84 centímetros para finales de siglo. Y, según los expertos, si la capa de hielo de la Antártida colapsa, el nivel del mar en todo el mundo podría subir más de 3 metros.

En el debate televisado con Biden en junio, se le preguntó a Trump si como presidente tomaría alguna medida para frenar la crisis climática. “Quiero agua absolutamente limpia e inmaculada y quiero aire absolutamente limpio, y lo teníamos”, respondió Trump, sin responder a la pregunta.

Más tarde, la vocera de Trump, Karoline Leavitt, se rehusó a aclarar la postura del expresidente o hablar de las medidas que tomaría respecto al cambio climático y tan solo mencionó que quiere “dominio sobre la energía”.

El año pasado, Estados Unidos bombeó más crudo que ningún otro país en la historia y ahora es el principal exportador de gas natural en el mundo.

Una clara mayoría de estadounidenses, el 65 por ciento, quiere que el país se concentre en aumentar las energías solar y eólica, así como otras energías renovables, y no los combustibles fósiles, según una encuesta que realizó en mayo el Centro de Investigación Pew. No obstante, tan solo el 38 por ciento de los republicanos encuestados respondió que se deberían priorizar las energías renovables, mientras que el 61 por ciento contestó que el país debería centrarse en desarrollar más petróleo, gas y carbón.

“Su motivación principal es seguir produciendo combustibles fósiles”, afirmó Andrew Dessler, un profesor de Ciencias Atmosféricas y director del Centro de Estudios Climáticos de la Universidad Texas A&M. “Una vez que entiendes que su principal objetivo es afianzar los combustibles fósiles independientemente de otra cosa, todo tiene sentido”.

La plataforma del partido, presentada la semana pasada, no hace ninguna mención del cambio climático. En cambio, fomenta una mayor producción de petróleo, gas y carbón, los cuales al quemarse están aumentando peligrosamente las temperaturas globales. “Vamos a PERFORAR y PERFORAR”, dice, y se refiere al petróleo como “oro líquido”.

En contraste, para reducir las emisiones de carbón, petróleo y gas y fomentar la transición a las energías eólica y solar, así como otras energías libres de carbono, Biden ha tomado las medidas más agresivas de todos los presidentes. Les ordenó a todas las agencias federales, desde el Departamento de Agricultura hasta el Pentágono, que evalúen cómo el cambio climático afecta sus misiones centrales.

Si la estrategia de Biden incluye a todo el gobierno para combatir el cambio climático, Trump y sus aliados adoptarán lo contrario: borrar “clima” de todas las funciones federales y promover los combustibles fósiles.

Trump y sus aliados quieren poner fin a los subsidios federales para los vehículos eléctricos, el desarrollo de baterías y las industrias eólica y solar, en cambio prefieren abrir las áreas silvestres de Alaska a la extracción de petróleo, fomentar más perforaciones en alta mar y expandir las terminales de exportación de gas.

El Proyecto 2025, un extenso manual lleno de propuestas específicas para una próxima administración republicana, exige eliminar cualquier mención del cambio climático en todo el gobierno. Aunque hace poco Trump buscó distanciarse del Proyecto 2025, ha elogiado a sus arquitectos de la Fundación Heritage, una organización de investigación conservadora, y los autores de una buena parte del plan fueron altos asesores durante su primer mandato y podrían desempeñar funciones prominentes si gana en noviembre.

Cuando se les presiona para hablar sobre el cambio climático, algunos republicanos responden que el país debería producir más gas natural y venderlo a otros países como un sustituto más limpio del carbón.

Aunque el gas natural produce menos dióxido de carbono que el carbón cuando se quema, sigue siendo una de las fuentes de los gases de efecto invernadero que provocan el cambio climático. Según la comunidad científica, los países deben dejar de quemar carbón, petróleo y gas para mantener el calentamiento global en niveles relativamente seguros. El año pasado, en la cumbre de las Naciones Unidas sobre el clima celebrada en Dubái —la capital de los Emiratos Árabes Unidos—, Estados Unidos y casi 200 países acordaron realizar la transición para alejarse de los combustibles fósiles.

No obstante, si es elegido, Trump ha indicado que se retirará del combate mundial contra el cambio climático, como lo hizo cuando anunció en 2017 que Estados Unidos iba a ser el primer y único país en retirarse del Acuerdo de París para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero. (Estados Unidos se reincorporó después bajo el mandato de Biden).

Además, es posible que Trump vaya aún más lejos. Según algunos antiguos asesores de Trump, si gana en noviembre, retirará al país por completo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, el organismo internacional que trabaja en la política climática y creó el acuerdo de París de 2015.

Waleed Abdalati, un ex científico jefe de la NASA que ahora trabaja en la Universidad de Colorado, campus Boulder, señaló que menoscabar la ciencia climática sería un perjuicio para la nación. “Se perderían cuatro años de búsqueda de soluciones creativas”, afirmó.

Como presidente, Trump intentó remplazar a altos funcionarios con políticos designados que negaban la existencia del cambio climático y presionaron a los científicos federales para que suavizaran sus conclusiones. Los científicos se negaron a cambiar sus hallazgos y los intentos de la administración Trump por enterrar la investigación sobre el clima tampoco tuvieron éxito.

“Gracias a Dios que no sabían cómo gestionar un gobierno”, opinó Thomas Armstrong, quien dirigió el programa de Evaluación Nacional del Clima durante el mandato de Obama, al final de la presidencia de Trump, y agregó: “Pudo haber sido mucho peor.”

La próxima vez sabrán cómo dirigir el gobierno, señalaron exfuncionarios de Trump. “La diferencia entre la última vez y ahora es que Donald Trump ya fue presidente cuatro años”, comentó Pyle. “Estará más preparado”.

c.2024 The New York Times Company