Colombia no tuvo piedad de Panamá: goleó 5-0 con un brillante James Rodríguez
Colombia no pierde el hambre ni la brújula. Cualquiera podría tentarse con mirar el contexto de una probable semifinal si el rival para llegar a esa instancia resulta ser la sorprendente y humilde Panamá, como le tocó este sábado. Lejos de eso, pone sus ojos bien abiertos en ese seleccionado y lo ahoga. Le juega con la intensidad que padeció nada menos que Brasil. Le sale la misma espuma por la boca. O más. Lo batalla. Y, en este caso, termina marcando la lógica diferencia y lo despoja con un lapidario 5-0 .
Porque tiene una identidad. Un ritmo que, quizás, ningún otro de los conjuntos sobrevivientes tiene. O, al menos, no lo han demostrado por más que acumulen triunfos, goles y clasificaciones. Voracidad incansable. Le sobran herramientas para ganar, desde el arco hasta el último delantero, con gritos que no dependen únicamente de un ‘9′ intratable ni de la aparición de un solo futbolista. Sí, es verdad que uno brilla más que cualquiera: el pincel zurdo que ostenta James Rodríguez dibuja un camino prometedor y toda América levanta la mano para votarlo como el jugador más destacado de la competencia hasta el momento, pero nadie lo deja solo y se reparten las huellas de una fuerte pisada colectiva.
Para empezar, entonces, con esa figura que explica el momento cafetero, no hace falta más que remarcar su clara influencia: aportó cinco asistencias en cuatro encuentros, absoluto líder de esa faceta entre todos los futbolistas que son parte del certamen. Todos, prácticamente, sin repetir la fórmula. En el debut ante Paraguay, recibió por la izquierda y sacó el centro pasado de zurda, directo a la cabeza del lateral Daniel Muñoz; minutos más tarde, su tiro de esquina fue a la cabeza del volante Jefferson Lerma.
Frente a Costa Rica, fue parte del tercer (y último) gol al participar de una jugada con toques rápidos y terminar asistiendo de primera y con su diestra al atacante Jhon Córdoba, que –mano a mano- definió cruzado. En la tarde de este sábado, en el State Farm Stadium de Glendale (California), tuvo incidencia directa en los primeros tres goles.
Asistió mediante otro córner con su pie hábil para el cabezazo de Córdoba que abrió el partido y, sobre el final del primer tiempo, hubo miradas de complicidad absoluta para acelerar un tiro libre detrás de mitad de cancha con su pie izquierdo y que Luis Díaz definiera mano a mano para poner el tercer gol. Sí, a Panamá no lo subestimaron y se fueron al descanso tres goles arriba. Además, el ex hombre de Banfield convirtió el segundo, haciéndose cargo del penal que le cometieron a Jhon Arias.
Solo no pudo influir directamente ante Brasil: el martes pasado, el gol clave del empate 1-1 que significó el primer puesto del grupo lo hizo Muñoz tras una gran habilitación de Córdoba y una definición con el pie derecho abierto. Colombia llega al área y no asusta: clava el puñal.
A las dos pelotas detenidas ejecutadas exitosamente por el ‘10′, al seleccionado dirigido por el argentino Néstor Lorenzo hay que sumarle un gol más en el torneo a través de esa vía: el del córner lanzado por Díaz a la cabeza de Davinson Sánchez, para convertir el segundo tanto ante los ticos.
Es decir que, asimismo, los cabezazos son un arma complementaria para este equipo, que no saca el pie del acelerador. Entre balones parados y el mencionado frentazo de Muñoz contra el seleccionado guaraní son cuatro tantos de esa manera.
Colombia es tan ofensivo que el penal convertido por James tampoco fue el único en el torneo a través de los doce pasos. “Lucho” ya le había convertido de penal a Costa Rica. Y la fragilidad panameña le facilitó otro más: la brutal falta contra Santiago Arias tras la exquisita asistencia de Juan Fernando Quintero le permitió a Miguel Borja convertir su primer tanto en la competición.
Compacto de la goleada de Colombia a Panamá
Incluso pudo haber sumado otro más. Muñoz, cuando todavía no había sido reemplazado, gambeteó en al área y le cometieron falta. El juez italiano Maurizio Mariani amagó a cobrarlo, pero permitió continuar y apareció una nueva fórmula: la media distancia. Richard Ríos, ese volante silencioso que se destaca en este equipo, sacó un potente derechazo cruzado que el arquero Orlando Mosquera no pudo detener. El cuarto gol de una Colombia que puso quinta desde que empezó la Copa América y no afloja, esté Brasil o Panamá.
11 goles en favor y ocho gargantas diferentes: un lateral, un zaguero, dos volantes centrales, dos N°9, un ‘7′ bravo y un James Rodríguez intratable. Colombia va y nadie puede quitarle la ilusión.