El club que fue goleado en un partido a puertas cerradas, pero sus hinchas fueron a alentar (y algo más) desde la estación del tren

Los hinchas de Juventud Unida, detrás de uno de los bancos de suplentes y de las canchas de fútbol 5, en un andén de la estación Muñiz.
Los hinchas de Juventud Unida, detrás de uno de los bancos de suplentes y de las canchas de fútbol 5, en un andén de la estación Muñiz.

Por el torneo de la Primera C, la categoría más baja del fútbol profesional argentino en la actualidad, Juventud Unida perdió por 3-0 como local ante Real Pilar, sufrió su quinta derrota en nueve fechas, no ganó en lo que va del torneo y solamente tiene dos equipos por debajo en la tabla de posiciones. Como está refaccionando su estadio y sus tribunas, el partido fue a puertas cerradas; sin embargo, un grupo de hinchas apeló al ingenio para verlo como si estuviera en la cancha. Ahí nomás.

Autodenominados “La barra del Lobo”, un grupo de unos 30 fanáticos se acercó igual a la cancha y se ubicó en uno de los andenes de la estación de tren Muñiz, en San Miguel, que queda detrás del sector que ocupan los bancos. Más puntualmente, detrás de un segundo alambrado que separa las canchas de fútbol cinco pegadas a la principal de las vías del Ferrocarril General San Martín.

El predio de Juventud Unida, en Muñiz, lindante a la estación del Ferrocarril General San Martín
El predio de Juventud Unida, en Muñiz, lindante a la estación del Ferrocarril General San Martín - Créditos: @@CDSJUPrensa

Lo que en principio podía haber sido una muy buena idea para alertar a los jugadores derivó en una improvisada tribuna para hacerles sentir el malestar por la acumulación de malos resultados. A los 20 minutos, Martín “Pesadilla” Gómez apareció en el área en un saque lateral en forma de centro desde esa misma zona en la que estaban los hinchas y cayéndose al suelo abrió el marcador, en lo que fue el primer gol como profesional para el muchacho surgido de las inferiores del Monarca.

El primer gol de Real Pilar (y de Martín Gómez)

Después, Alejandro Noriega, aumentó de penal antes del final del primer tiempo, y Axel Paiva, con un golazo en la segunda etapa, sellaron el contundente triunfo del visitante, algo que generó la reacción de la barra. Desde el andén, el grito de aliento se transformó en un canto de reclamo de mayor actitud, con bombos y platillos. El clásico “Jugadores...” se escuchó nítidamente, con fuerza.

El reclamo de los hinchas... desde la estación

La típica canción de protesta cuando las cosas no van bien apareció en el aire en medio de lo que era el segundo partido seguido como local allí en menos de una semana, con otra derrota. El viernes anterior había caído por 2-1 ante Defensores de Cambaceres, en su regreso a ese estadio después de haber sido local en Pilar en los primeros tres juegos del certamen en esa condición.

Del otro lado de la estación, donde algunas personas esperaban el tren en el sentido contrario, la sorpresa aumentó cuando comenzaron los gritos hirientes, en medio del revolear de las sombrillas con los colores tradicionales blanco y rojo. Enseguida, esas imágenes llegaron a las redes sociales. El folclore, al límite.

La reacción de los hinchas de Juventud Unida

Llevados por la emoción y el fanatismo, alguno terminó subiendo al techo de la zona de ingreso al andén, donde están los molinetes. El final fue con bronca para Juventud Unida, por la nueva derrota, la prolongación de una serie negativa alarmante y el notorio malestar de quienes fueron a alentar y terminaron disgustados por la goleada recibida.

Justo en casa, ahí donde regresaron el viernes pasado y ni así lograron cambiar el destino de una racha adversa en el torneo, con cuatro empates y cinco encuentros perdidos.