Christian 'Chucho' Benítez, el ídolo americanista cuya vida acabó trágicamente
Nadie lo podía creer. La mañana del de 29 de julio de 2013 todos recuerdan qué era lo que estaban haciendo. La noticia corrió como pólvora en todos lados: Christian Benítez, ídolo del América, había perdido la vida. La estupefacción corrió de boca en boca. ¿Cómo era posible si hace unos días todos los habían visto coronarse rey del futbol mexicano con Las Águilas? Todo el continente se sacudió con semejante información: un paro cardíaco acabó con la vida del jugador ecuatoriano.
Su historia en suelo azteca se escribió con pluma de oro desde el principio. Benítez arribó a México en 2007 para jugar con Santos Laguna, un equipo especialista en detectar talento en el Cono Sur. El Chucho ya se había hecho de un nombre a toda ley en El Nacional de su país, por eso fue llamado al Mundial de Alemania 2006 y a la Copa América de Venezuela en el 2007. Todo en Benítez era explosividad y los aficionados de Torreón lo vieron desde el principio. No tardó en convertirse en el referente de la escuadra norteña.
Cuando tomaba el balón, nadie lo podía parar. Arrancaba y todos corrían tras de él en vano: parecía una máquina de marcar goles. Estaba programado para meter balón bajo los tres palos y listo, a facturar y confirmar que el día había terminado. En Santos alcanzó la gloria en el Clausura 2008, torneo que coronó a los albiverdes como campeones a costa del maltrecho Cruz Azul. Benítez, sin embargo, tenía la meta de jugar en el futbol europeo y decidió partir en 2009.
El ecuatoriano se marchó al Birmingham City de la Premier League, pero su estadía en la Gran Bretaña culminó tras seis meses de cesión. Volvió a lo grande con Santos, pues aunque no ganó otro título se cansó de hacer goles haciendo gala de todos los recursos que su potente físico le permitían. En sus dos etapas como Guerrero, Benítez marcó 58 goles en 110 partidos, contando todas las competencias. Llegó el momento de partir y no había otro destino más apropiado: el América. Televisa quería tener en sus filas a un jugador de primer nivel.
La televisora de San Ángel encontró en Benítez al delantero ideal. Él respondió a lo grande: tres títulos de goleo. Era muy normal ver que se cargara el equipo al hombro y encubriera las deficiencias tácticas de Miguel "El Güero" Herrera, un entrenador que en su momento de mayor popularidad llegó a ser idolatrado hasta por niños que se adueñaban de la personalidad del polémico entrenador. Ese carácter chocó invariablemente con Benítez, pero él siempre respondió en el campo: selló 52 goles en un total de 79 cotejos.
En una ocasión, cuando Chucho erró un penal contra, Herrera no tuvo compasión en la rueda de prensa: dijo públicamente que no sabía por qué el ecuatoriano había cobrado el penal y que no lo volvería a hacer nunca más. No fueron pocas las acusaciones hacia Herrera de ser un entrenador "tribunero" que quería robarle protagonismo a Benítez, lo cual no podría sorprender a nadie.
Al final, ambos entendieron que lo mejor era remar hacia la misma dirección. Y así, en el Clausura 2013 cosecharon el resultado de dos años de intenso trabajo: el título de Liga MX que se le había escurrido al Ave durante ochos años —etapa en la que vivieron a la sombra de Chivas, incluso de Pumas—. En aquella noche dramática del 25 de mayo, Las Águilas sacaron su mística a relucir y se impusieron a Cruz Azul tras empatar una desventaja de dos goles en el tiempo regular.
El destino quiso que ese fuera el adiós de Benítez como jugador azulcrema. Después de la magia de la coronación, se anunció que el delantero estelar del América pasaría al futbol de Qatar para jugar en El Jaish, club que compró su pase por un total de 8 millones de dólares. El atacante apenas jugó unos minutos con su nuevo equipo antes del trágico desenlace.
El 29 de julio Benítez sufrió una peritonitis. En un principio se difundió que esa la causa oficial de su muerte, pero Luis Chiriboga, presidente del futbol ecuatoriano, dijo que Benítez padecía un mal congénito en el corazón, que le había provocado un paro cardíaco, motivo oficial de su deceso. La familia de Christian llegó a acusar negligencia por parte del centro médico, pues dijeron que la atención fue muy tardía. Al respecto, Miguel Herrera no se guardó su punto de vista.
"Tenemos los exámenes médicos de Chucho y siempre fue de las puntuaciones más altas. Los exámenes físicos y médicos se califican porque es la mejor manera para saber en qué estado llega cada jugador. Las (calificaciones) de Chucho siempre fueron de las más altas. Yo estoy seguro, y podría meter las manos al fuego de que Chucho en México estaría con nosotros”, sentenció Herrera en una comparecencia ante los medios de comunicación en ese entonces.
La vida se Benítez se apagó, pero no cabe duda de que su recuerdo perdura en la memoria del futbol mexicano. A más de nueve años de distancia, la conmoción resulta todavía difícil de explicar. El ídolo se marchó envuelto de gloria.