Chiquito Romero, de cara al Boca vs. Racing: de “volví a mi casa” al “club más grande de la Argentina”

Sergio Romero atajando un penal en la definición de Boca vs. Nacional, en la Bombonera, por los octavos de final
Sergio Romero atajando un penal en la definición de Boca vs. Nacional, en la Bombonera, por los octavos de final - Créditos: @LA NACION/Anibal Greco

Más allá de que ambos ya arrancaron jugando la Copa de la Liga Profesional, para Boca y Racing no hay otro horizonte que los cuartos de final de la Copa Libertadores que los cruzará desde este miércoles. Un clásico de temperatura elevada al que le sobran morbos por todos lados. “Pol” Fernández, con pasado en Avellaneda; Agustín Almendra (llegó libre desde el “Xeneize”) y Juan Fernando Quintero (verdugo en Madrid), hombres del entrenador Fernando Gago, que buscará amargar al que fue su equipo como jugador. Sin embargo, hay otro que, quizá, jugará el partido especial más fuerte. Por la pasión y el profesionalismo. El pasado y la actualidad. Sergio Romero es la figura boquense que quiere eliminar al club de sus amores y en el cierre de la serie retornará tras 16 años al Cilindro (“Mi casa”), lugar en el que le cambiaron la cerradura.

La Bombonera, por ahora, no lo ovaciona. Ahora bien, su importancia bajo los tres palos es tan evidente que cambió el paradigma. Nadie se acuerda de Agustín Rossi, el hombre destacado del año pasado que forjó el primer cántico indirecto contra Juan Román Riquelme: “¡Rossi es de Boca, de Boca no se va!”.

El jugador de Colo Colo Damian Pizarro, izquierda, disputa el balon contra Sergio Romero de Boca Juniors durante el partido del grupo F de la Copa Libertadores 2023
El jugador de Colo Colo Damian Pizarro, izquierda, disputa el balon contra Sergio Romero de Boca Juniors durante el partido del grupo F de la Copa Libertadores 2023 - Créditos: @JONNATHAN OYARZUN/PHOTOSPORT

La parcialidad no estaba demasiado exaltada por la contratación -en agosto de 2022- de un arquero de experiencia y jerarquía, pero con muchas lesiones y poca actividad en Europa: tenían a su preferido. Pese a que al mes debió someterse a la clásica artroscopia de rodilla con la que convivió en su carrera, Rossi se fue libre y Romero encontró la mejor temporada de su vida. Por nivel y continuidad (32 encuentros).

Hoy se oyen aplausos considerables cuando sale al precalentamiento. Y la explosión al ganar el duelo de los once metros: desde su llegada, se quedó con seis de los once que le patearon, incluyendo las cuatro ejecuciones de Nacional, de Uruguay, en la tanda que definió el pase de Boca.

Sergio Romero se transformó en referente de Boca
Sergio Romero se transformó en referente de Boca - Créditos: @MARCELO ENDELLI

Desde esa noche, la cabeza no lo aleja del próximo rival: nada menos que Racing. El equipo de su inicio, el dueño de su corazón, el que le puso su nombre a una cancha del predio Tita Mattiussi. Con todo lo que significa, además, lo que rodeó su desembarco a Brandsen 805. Cuando dejó Venezia FC, de Italia, debía terminar de recuperar, una vez más, su rodilla. “Hablé con Víctor [Blanco, presidente de Racing] y el ‘Mago’ [Rubén Capria, el mánager], y me permitieron venir al club. Volví un poco a casa, ¿no? Es lindo volver a ponerme esta ropa. Lo hago como hincha, pero para trabajar es muy lindo”, transmitió en una nota institucional.

Todo fue sonrisa, en él y en toda la “Academia”. Hasta que despidió la nota: “Mi idea es volver a Europa”. Cuatro días después era presentado en la Bombonera. Ahí estuvo la ruptura, aunque el arquero tuvo la conciencia tranquila. No hay que olvidar su frase cuando aún pertenecía a Manchester United: “Todos saben que mi prioridad en Argentina es Racing, pero si tiene arquero y está la posibilidad de otro club, será Boca. Otro, no”.

En ese sentido, no quedó preso de sus palabras. No obstante, fue filoso: “Es el club más grande de la Argentina. A este club es muy difícil decirle que no, es una de las mejores decisiones de mi vida. Si era Racing, seguramente la aceptaba, pero esa propuesta nunca llegó. Saben dónde está la puerta, pero fue Boca el que se presentó”.

Su llegada a Boca y esas primeras declaraciones significaron un puñal para los académicos. “No para siempre, pero por un tiempo largo tendrá las puertas cerradas del club”, avisó Blanco. Evidentemente, lo esperará un clima hostil el miércoles 30.

Hombre al que le sobra personalidad, asimismo miró a los ojos de todo el ámbito boquense y no dio vueltas: “No voy a esconder lo público: soy hincha de Racing”. De hecho, al día de hoy, en su biografía de Instagram se detalla como “jugador de Boca con sentido de pertenencia en Racing”. Para ratificar todo aquello, este martes habló con ESPN y TyC Sports para palpitar el cruce desde su situación: “Es difícil, me hubiera gustado que no fuese Racing, pero voy a morir por la camiseta de Boca para que pasemos. No me puedo dar el lujo de que le vaya mal a la gente que confió en mí y trabaja en este hermoso club que me abrió las puertas. No tiene precio”.

Sergio Romero durante el partido que disputaron River Plate y Boca Juniors.
Sergio Romero durante el partido que disputaron River Plate y Boca Juniors. - Créditos: @Rodrigo Valle

Su actual institución lo revivió futbolísticamente. Romero, más allá del agradecimiento general, le pone nombre y apellido: Jorge Batista. El reconocido especialista fue el que lo operó por el último cartílago que se desprendió en la rodilla, el “eterno” problema. “Estoy contento y bien. Me dejó una rodilla nueva. En los últimos 15 años no jugué de esta manera. Ni en Racing, cuando tenía 17 años, me hicieron algo así. Fue la mejor operación de mi vida”.

Lo impulsó. Y si bien ya tenía el cartel de líder, él mismo se lo creyó más. Cuando su equipo perdió ante River, en el Monumental, con un penal muy polémico sobre la hora, decidió hacerse cargo del micrófono: “No era penal. Es raro que desde el VAR no avisaran que no era claro. Nos vamos perjudicados. Es muy difícil definir el arbitraje de [Darío] Herrera, se quedó con su ego de cobrar algo que vio. Nos echó a más jugadores nuestros y no expulsó a futbolistas que tenían amarilla (Enzo Díaz y Milton Casco) e hicieron faltas seguidas contra [Sebastián] Villa. Se hace muy difícil así”.

Los penales ante Nacional

El pasado miércoles, sin ser el capitán, decidió hacer la arenga previa a los penales: “Yo voy a atajar dos”, reveló el técnico Jorge Almirón sobre lo que aportó el ‘1′, que cumplió su sentencia y fue la figura. El hombre da la cara. Adentro y afuera. Ante Racing, pese a su amor, quiere hacerse más gigante.