Caso Hermoso-Rubiales: revelan el discurso que pudo haber ayudado al dirigente

Un diario español dio a conocer el texto conciliador que le habían preparado al expresidente de la Real Federación Española de Futbol y que se negó a leer

Rubiales negó ante el juez coacciones y falta de consentimiento en el beso a Jenni Hermoso. La Fiscalía pidió que no pueda acercarse ni comunicarse con la futbolista
Rubiales negó ante el juez coacciones y falta de consentimiento en el beso a Jenni Hermoso. La Fiscalía pidió que no pueda acercarse ni comunicarse con la futbolista. (Créditos: Europa Press Reportajes)

A poco menos de un mes de la escandalosa Asamblea Extraordinaria del 25 de agosto en la que Luis Rubiales, ahora expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), se aferró a su cargo al grito de “Fue consentido. No voy a dimitir”, luego de las acusaciones en su contra por el beso en la boca no consentido que le dio a la futbolista Jenni Hermoso en la ceremonia de premiación a las campeonas del mundo, se conoció el discurso que inicialmente le fue preparado a modo de disculpas, y que finalmente se descartó.

El diario español El Mundo compartió con sus lectores la información de que el dirigente, en la actualidad inhabilitado de su cargo durante 90 días por la FIFA, desestimó un texto escrito por el asesor externo de la RFEF, Luis Arroyo, quien por entonces había sido contratado por la Federación precisamente para mejorar la imagen de su representante.

También se deja entrever que en ese texto no estaba definido que Rubiales renunciara (cosa que sí hizo en medio de su inhabilitación), pero al menos dejaba abierta la puerta a esa alternativa. El medio del país ibérico también asegura que, a pesar de que Arroyo y su equipo de prensa intentaron convencerlo para que lo leyera, Rubiales se negó rotundamente.

El sorpresivo beso de Luis Rubiales, el presidente de la RFEF, con la jugadora Jenni Hermoso
El sorpresivo beso de Luis Rubiales, el presidente de la RFEF, con la jugadora Jenni Hermoso

En un comunicado publicado en su cuenta de Twitter, el dirigente dijo que le había comunicado al presidente interino de la RFEF, Pedro Rocha, su “renuncia al cargo”, así como la baja a su cargo en la UEFA. El objetivo era que su puesto como vicepresidente en el ente que nuclea a los clubes y selecciones de Europa fuese reemplazado. Además de ese comunicado, Rubiales hizo pública su renuncia en una entrevista con el periodista británico Piers Morgan en su programa Piers Morgan Uncensored, en la que dijo que no podía continuar con su trabajo.

Cabe recordar que los cimbronazos del “efecto Rubiales” no se detuvieron en España. De hecho, el 5 de este mes, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) destituyó al entrenador del seleccionado de fútbol femenino, Jorge Vilda, como consecuencia de sus polémicos aplausos de apoyo al dirigente suspendido, durante su intervención en la Asamblea luego del beso forzado a Jenni Hermoso tras la final del Mundial. El madrileño puso así fin a ocho años de gestión, apenas unas semanas después de que la Selección ganase el Mundial celebrado en Australia.

En el comunicado, la RFEF pidió, además, “disculpas” por el comportamiento “totalmente inaceptable” de Luis Rubiales, suspendido de la presidencia de la institución por el beso que le dio a la jugadora Jenni Hermoso durante los festejos por la conquista de la Copa del Mundo.

El discurso que descartó Luis Rubiales, completo:

Siento mucho, desde de lo más profundo de mi corazón, haber empañado esa enorme victoria de nuestro equipo femenino (...) El primer error fue traspasar los límites de la confianza con la jugadora Jenni Hermoso. Ella sabe que no hubo mala intención, pero es evidente que lo que pretendía ser un gesto de alegría y felicitación se convirtió en un símbolo de dominio de un hombre en una posición de poder - yo mismo - sobre una mujer. Soy imperfecto, por supuesto, pero me tengo por un ciudadano respetuoso y jamás he aceptado gestos de violencia ni de dominio sobre ninguna mujer

El segundo error fue negar inicialmente la gravedad con que muchos apreciaron mi gesto, y calificar con algunos insultos a los que lo criticaron. Tras muchas horas de viaje, precisamente con las jugadoras y los técnicos de la Federación, no supe apreciar la sensibilidad social del momento. Ese fue el segundo error, sin paliativos. El tercero consistió en no apreciar tampoco al día siguiente lo inadecuado de mi comportamiento, y poner matices y excusas. Debí decir entonces lo que digo ahora con tres palabras: lo siento. Perdón (...)

Estoy completamente convencido de que no hay acto punible en mi conducta y así lo constataré si se me requiere. Pero es evidente que mi comportamiento fue inadecuado y reitero mis disculpas. Estoy a disposición del Área de Integridad de la Federación, que ha abierto ya diligencias internas.

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