Caso Fernando Báez Sosa: quién es Máximo Thomsen, el principal acusado

Máximo Thomsen, al escuchar la acusación en su contra por el asesinato de Fernando Báez Sosa , en un momento lagrimeó. Esto ocurrió en febrero, en una de las primeras audiencias en las que él y sus siete amigos también acusados, tuvieron que enfrentar a la Justicia.

Los ocho jóvenes, rugbiers y oriundos de Zárate, fueron acusados en ese momento de haber matado a golpes a Fernando a la salida del boliche Le Brique la noche del 18 de enero pasado en Villa Gesell. Thomsen, Ciro Pertossi, Luciano Pertossi, Lucas Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Blas Cinalli y Ayrton Viollaz fueron vistos envalentonados alrededor del cuerpo sin vida de Fernando.

Pero Thomsen, de 20 años, es quien fue identificado como el principal agresor del joven en las primeras ruedas de reconocimiento. Los testimonios coinciden en que golpeaba a la víctima cuando ya estaba en el piso. "Lo agarraba del pelo y le daba patadas", señaló un testigo clave. Y aseguró que lo escuchó decir: "Dale, cagón, levantate y peleá".

Según el informe forense, Fernando recibió golpes de puño en la cara, en los brazos, en las costillas, un fuerte golpe en el hígado, y patadas en la cabeza que le causaron la muerte inmediata. En la izquierda del rostro le quedó la huella de una zapatilla. Esa zapatilla es la que las pericias determinaron hoy que pertenece a Thomsen, quien junto a sus amigos está preso en la Alcaidía 3 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), en Melchor Romero, en La Plata.

Perfil del principal agresor

Antes del crimen, Thomsen, trabajaba en un boliche de Zárate y vivía con sus padres, Javier Thomsen y Rosalía Zárate, quien era la secretaria de Obras Públicas del municipio.

Ya en Zárate, él y sus amigos eran señalados por muchos como un grupo agresivo que siempre solía generar peleas. Incluso, cuando decidieron ir a Villa Gesell este verano prometieron "romper todo", según se pudo saber por el relevamiento judicial que se hizo de las conversaciones que los jóvenes mantuvieron vía WhatApp, antes y después del crimen.

Luego de esa fatídica noche, y a medida que empezó a avanzar la investigación que ya causaba conmoción más allá de los límites de la villa balnearia, el Club Atlético de San Isidro decidió suspender como socio a Máximo Thomsen. Además, su madre debió renunciar a su puesto de funcionaria pública.

El padre de Thomsen dijo a la prensa que su hijo "está pagando" por lo que hizo y que ni él ni sus amigos gozan de privilegios en su encierro. En una indagatoria de los 8 acusados frente a la fiscal Verónica Zamboni, Thomsen se mostró con miedo por las amenazas de los reclusos. "Quiero aclarar que en la cárcel no estamos como dicen los medios, que dicen que tenemos aire acondicionado, que tenemos ventiladores, que somos presos VIP. En realidad, estamos toda la noche escuchando lo que nos dicen los otros presos, que nos gritan que tienen precio nuestras cabezas, que Burlando los va a defender, que nos quieren violar, nos gritan de todo por la ventana", dijo Máximo.

En tanto, los padres de Fernando, Silvano y Graciela, esperan que se haga justicia por su hijo.