Cadena de deportes en Catar ha modificado sus transmisiones para evitar referencias a la guerra

Minutos de silencio y otras expresiones en partidos de la liga europea no han sido transmitidos por la cadena de Qatar por neutralidad ante la guerra Hamás-Israel

Aficionados suecos esperan en las gradas después de que se suspendió el encuentro en Bélgica y Suecia en la eliminatoria a la Euro por un ataque terrorista en Bruselas. (AP Foto/Geert Vanden Wijngaert)
Aficionados suecos esperan en las gradas después de que se suspendió el encuentro en Bélgica y Suecia en la eliminatoria a la Euro por un ataque terrorista en Bruselas. (AP Foto/Geert Vanden Wijngaert)

Momentos antes de que las selecciones de futbol de Inglaterra e Italia iniciaran un importante partido el 17 de octubre en Londres, los jugadores inclinaron la cabeza mientras el locutor en el estadio de Wembley leyó un breve texto y pidió a los fanáticos que guardaran un minuto de silencio.

‌La misma escena se desarrolló en otros partidos de selecciones nacionales en otras partes de Europa durante toda la semana pasada, como parte de un lineamiento emitido por el órgano rector del futbol europeo a todos sus miembros pidiendo que se honrara y recordara a “todos los miembros de la familia del fútbol europeo asesinados en los últimos días en Europa e Israel”.‌

Pero los espectadores que sintonizaron los partidos por la cadena beIN Sports, propiedad de Catar, no vieron nada de eso.‌

Ese fue el resultado de una decisión de beIN Media Group, el mayor propietario de los derechos del futbol europeo en Oriente Medio y el norte de África. En lugar de mostrar las conmemoraciones, modificó sus transmisiones de los partidos para que no incluyeran imágenes ni sonidos que mencionaran a las víctimas de los ataques de Hamás en Israel —nación que es miembro del órgano rector del fútbol europeo— o de las muertes a tiros de dos aficionados suecos por parte de un agresor tunecino en un incidente que los agentes de policía en Bélgica han calificado de “terrorismo”.

En lugar de homenajes y momentos de silencio, las transmisiones de beIN mostraron extensas discusiones de estudio que giraban únicamente en torno al futbol y, luego, cortaban abruptamente al inicio de los juegos.‌

El plan, según una persona familiarizada con la planificación de la cadena, pero no autorizada a discutirlo públicamente, era evitar lo que se describió como cualquier “foco de tensión” relacionado con eventos en el Medio Oriente que pudieran atizar a los espectadores o causar ofensa en el mundo árabe, donde existe un amplio apoyo a la causa palestina.‌

Catar se ha convertido en un importante actor diplomático y aliado de Estados Unidos con líneas abiertas de comunicación con Hamás. BeIN, su multimillonaria cadena deportiva, actúa como otra forma para que el pequeño país ejerza su influencia en las ligas y órganos deportivos europeos con su generoso gasto.

Los cambios en las transmisiones comenzaron cuando beIN envió una nota a sus reporteros recordándoles que mantuvieran una postura neutral sobre el conflicto entre Israel y Hamás después de que uno de sus comentaristas en su canal en árabe al parecer destacó el apoyo a los palestinos en la previa de un partido de la Liga Premier que tuvo lugar en las horas posteriores a los ataques terroristas del 7 de octubre.‌

Durante el fin de semana, cuando las principales ligas de Europa regresaron a las canchas por primera vez desde el comienzo de la guerra, beIN decidió cambiar su programación habitual para los juegos en todo el continente, conectando una vez más con la transmisión en directo desde los estadios apenas unos segundos antes del inicio, cambio que se reflejó en su propia guía de televisión, que le informó a los televidentes que la cobertura comenzaría 1 minuto antes del inicio. Sin embargo, eso significó que, una vez más, la audiencia de beIN no tuviera acceso a la cobertura de los primeros momentos de remembranza de las víctimas de la guerra, como los que se llevaron a cabo antes de cada partido de la Liga Premier durante el fin de semana.‌

La Liga Premier, una de las ligas deportivas más populares y vistas del mundo, también ha tratado de evitar inflamar pasiones relacionadas con la guerra en Gaza. La semana pasada, la liga anunció la prohibición de banderas palestinas e israelíes en sus estadios hasta nuevo aviso. Sin embargo, esa prohibición no impidió que algunos aficionados exhibieran banderas en los partidos: cuando el Tottenham Hotspur, un equipo con un gran número de seguidores judíos, jugó el lunes por la noche —su primer partido en casa desde que comenzó la prohibición de las banderas—, se pudieron ver banderas israelíes en las gradas.‌

Un partido de fútbol no es un escenario apropiado para exhibir banderas de ninguna afiliación política o religiosa o cualquier cosa que pueda considerarse incendiaria; esto puede incluir banderas nacionales en tiempos de conflictos, campañas o temas políticos”, escribió el Tottenham en un correo electrónico a sus aficionados antes del partido del lunes contra el Fulham.

La ferocidad de los sentimientos ha llevado a crisis que han afectado al futbol europeo de diferentes maneras, desde la suspensión de varios jugadores por compartir declaraciones en las redes sociales hasta un feo enfrentamiento en Francia entre el ministro del Interior del país, Gérald Darmanin, y uno de los jugadores más célebres del país, Karim Benzema. En Inglaterra, la federación nacional de futbol quedó atrapada en una amarga disputa tras no ceder a las presiones para iluminar un arco de acero sobre el estadio de Wembley con los colores de la bandera israelí antes de un partido, algo que había hecho para expresar su apoyo a Ucrania después de la invasión rusa.‌

El director ejecutivo de la federación, Mark Bullingham, emitió luego una disculpa en la que reconoció que “nuestra decisión causó daño a la comunidad judía”.

c.2023 The New York Times Company

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