Zelensky dio inicio a su Cumbre por la Paz en Ucrania sin la presencia de Rusia
PARIS.- Un centenar de Estados y organizaciones -entre ellos, la Argentina- participaron este sábado en Suiza del inicio de la Cumbre por la Paz en Ucrania, una conferencia promovida por el presidente Volodimir Zelensky y cuyas ambiciones se verán sin duda limitadas por la ausencia de Rusia y de China.
“Estamos todos determinados a construir una paz durable. Y como ya lo mencionaron varios de ustedes, esa paz no puede ser una capitulación ucraniana. Hay un agresor y una víctima”, dijo el presidente francés, Emmanuel Macron, en la primera jornada de la reunión que debe durar hasta el domingo.
Acentuar la presión diplomática sobre Rusia es, en efecto, el objetivo preciso de la convocatoria que ha movilizado a la mayor parte del mundo occidental. Este sábado por la mañana, después de dos días de cumbre del G7 en la región italiana de Apulia, los dirigentes de esas siete potencias también hicieron rumbo hacia el Bürgenstock Resort, una estación alpina de lujo en el cantón de Nidwald, en el centro de Suiza, custodiada para la ocasión por 4000 militares.
Todos, salvo Joe Biden. El presidente de Estados Unidos prefirió enviar a su vicepresidenta, Kamala Harris, quien no llegó con las manos vacías pues, antes de partir hacia Europa, anunció una nueva ayuda de más de 1500 millones de dólares para Kiev.
“Si el mundo no reacciona cuando un agresor invade a su vecino, otros agresores se animarán (a hacer lo mismo) sin ninguna duda”, advirtió Harris al centener de países y organizaciones presentes en la cumbre.
Además de Macron y Harris, junto a Zelensky están, entre otros, el canciller alemán Olaf Scholz, el primer ministro japonés, Fumio Kishida, e incluso el mandatario argentino Javier Milei. De América Latina también dio el presente el chileno Gabriel Boric, quien se reunió con el líder ucraniano, mientras que el colombiano Gustavo Petro dio la nota al cancelar su participación a último minuto, por considerarla “básicamente un alineamiento al lado de la guerra”.
China declinó la invitación con el pretexto de que su aliado ruso no había sido invitado. Pero Ucrania, como sus aliados occidentales, consideraron nefasto que el autor de la invasión del 24 de febrero de 2022 estuviera representado, no solo perturbando con su presencia la conferencia, sino utilizando —como es su costumbre— todo tipo de provocación y fake news. Esa posición privó en todo caso a la cumbre de la importante presencia de Pekín, actor imprescindible de toda negociación de paz duradera para Ucrania.
Pero la ambición de la conferencia no es esa. Tanto en la sesión plenaria como en discusiones temáticas en formato reducido, la reunión abordará temas anexos, como la seguridad de la central nuclear de Zaporiyia, la seguridad alimentaria y la libertad de navegación en el mar Negro.
“Temas relativamente importantes que conciernen en realidad a todo el mundo, más allá de los beligerantes y sus aliados”, estima Anne de Tinguy, especialista de Rusia y Ucrania en el Centro de Estudios de Relaciones Internacionales (CERI).
Berna quiere, sin embargo, una declaración final que recuerde la necesidad de llegar a “una paz justa y duradera”, que se apoye en el plan de diez puntos de Kiev y fundada en la Carta de la ONU. Una posición de principio justa, que no modificará sustancialmente las perspectivas de salida del conflicto, que dependerá aún por mucho tiempo de la relación de fuerzas militares.
“Como decía el prusiano, y después alemán Otto von Bismarck en el siglo XIX: la diplomacia sin las armas, es la música sin los instrumentos”, reflexiona Tinguy.
La ausencia de Rusia
El desafío principal de la conferencia es sobre todo que Kiev disponga de un amplio apoyo, no solo de los occidentales, pero también de los países del Sur. En ese terreno, la colaboración será relativa ya que, entre los peso-pesados solo India confirmó su presencia. De América Latina están Milei y Boric, mientras que Brasil está representado por su embajador. “Brasil solo participará en una reunión para negociar cuando las dos partes en conflicto estén en la mesa. No es posible que haya una pelea entre dos y tener solo a uno para resolver el problema”, dijo el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, todavía en Italia.
Milei, por su parte, dio un discurso en clave económica. “No hay prosperidad económica si no hay comercio libre y no hay comercio libre si no hay paz”, dijo. “Yo puedo odiar a mi vecino, pero si no me compra mi producto voy a la quiebra”, planteó el presidente argentino, quien luego mantuvo una reunió con Zelensky.
I met with Argentina's President @JMilei.
We discussed the next steps in the implementation of the Peace Formula's specific points. I am grateful to Argentina for recently joining the International Coalition for the Return of Ukrainian Children. We also talked about bilateral… pic.twitter.com/ryvpgOzCAX— Volodymyr Zelenskyy / Володимир Зеленський (@ZelenskyyUa) June 15, 2024
La conferencia contó, en todo caso, con la importante participación de Turquía, mediadora entre Kiev y Moscú desde el comienzo del conflicto.
¿Por qué ese relativo desinterés por parte de los países del Sur? Porque, si bien la mayoría desaprueba la violación de la integridad territorial de un país vecino, habiendo condenado a Moscú tres veces en la Asamblea General de la ONU, la gran mayoría se negó a participar en las sanciones contra Rusia y se muestra con frecuencia muy crítica con la acción de los occidentales en este conflicto.
Así, el presidente de Kenia, William Ruto, se felicitó porque “por primera vez nos encontramos para hablar de paz en Ucrania, en vez de guerra en ese país”, dijo. Pero advirtió “que un compromiso en favor de la paz hace inevitables ciertas concesiones fundamentales”, estimando que, para obtener esa paz, es necesario “una reunión entre amigos y enemigos”. “Rusia debe estar en la mesa”, insistió.
El mismo argumento fue reiterado por el ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita. “Es importante que la comunidad internacional aliente toda iniciativa de negociaciones, que necesitarán compromisos difíciles en el marco de una hoja de ruta que lleve a la paz”, declaró el príncipe Fayçal Ben Farhane. “Todo proceso creíble necesitará la participación de Rusia”, volvió a decir.
Difíciles negociaciones
El Kremlin declaró en varias ocasiones que no participaría en ninguna negociación si Kiev no aceptaba antes la anexión de la quinta parte de su territorio que Rusia ocupa desde 2015, con la península de Crimea incluida. Una exigencia que no solo es inaceptable para Ucrania, sino contraria al derecho internacional y, sobre todo, que anularía todo sentido a la negociación.
“Esto dejaría a Kiev con la perspectiva de obtener migajas. Por ejemplo, el compromiso de Moscú de no volver a atacar a su vecino. Una promesa absurda, viendo la forma en que el Kremlin ignoró el memorándum de Budapest en 1995 o el tratado de amistad con Kiev”, señala Anne de Tinguy.
Firmados en términos idénticos el 5 de diciembre de 1994 por Bielorrusia, Kazajistán y Ucrania con Estados Unidos, el Reino Unido y Rusia, esos tres documentos acuerdan garantías de integridad territorial y seguridad a cada una de esas tres exrepúblicas socialistas soviéticas (RSS) a cambio de su ratificación del tratado de no-proliferación de armas nucleares (TNP). En 2009, Estados Unidos y Rusia confirmaron la validez de esos acuerdos.
A esa propuesta inaceptable del Kremlin se refirió el canciller alemán Olaf Scholz, cuando afirmó que “la paz no es solo ausencia de guerra”. El dirigente socialdemócrata rechazó la noción de “nueva realidad” avanzada por el Kremlin, la cual sellaría el control de más de 20% del territorio ucraniano. “Un inmediato cese del fuego sin negociaciones serias solo lograría otro conflicto congelado”, advirtió.
También para la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, “congelar el conflicto” no es una solución sino la “receta de futuras guerras de agresión”.
Como respuesta a esta nueva provocación de Vladimir Putin, Voldimir Zelensky afirmó en Suiza que hará propuestas de paz a Rusia una vez que las mismas hayan sido aceptadas por la comunidad internacional.
“Cuando el plan de acción esté sobre la mesa, aceptado por todos y transparente para los pueblos, será comunicado a los representantes de Rusia, para que podamos realmente poner fin a la guerra”, afirmó.
El primer ministro británico, Rishi Sunak, lanzó a su vez un llamado a “definir los principios de una paz justa y duradera fundada en el derecho internacional y la carta de Naciones Unidas”. “Es el camino que debe ser seguido para alcanzar un cese permanente de las hostilidades”, insistió.
La cumbre en Suiza se realiza inmediatamente después de la conferencia para la reconstrucción de Ucrania organizada en Berlín a comienzos de semana, y del G7 entre el jueves y este sábado en el sur de Italia, donde Zelesnky estuvo invitado. El objetivo principal -y logrado- de esta última reunión era utilizar los intereses de los haberes rusos congelados para ayudar a Ucrania. En efecto, Kiev recibirá un préstamo de 46.000 millones de euros, garantizado por los beneficios obtenidos de los 300.000 millones de euros congelados del Banco Central de Rusia y de activos de personas allegadas al Kremlin.
Por su parte, refiriéndose a la cumbre de Suiza, el Kremlin ironizó esta semana calificándola de “absurdo pasatiempo”.