Breeders’ Cup: seis grandes hitos argentinos en el festival de carreras norteamericano que cumple 40 años

Joe Bravo inicia el festejo con Blue Prize en el disco del Distaff (Grupo 1, 1800 metros), en Santa Anita Park, en 2019; allí correrá Didia el sábado en el Filly and Mare Turf (G1), con la misma chaquetilla.
Joe Bravo inicia el festejo con Blue Prize en el disco del Distaff (Grupo 1, 1800 metros), en Santa Anita Park, en 2019; allí correrá Didia el sábado en el Filly and Mare Turf (G1), con la misma chaquetilla. - Créditos: @Eclipses portswire / Breeders Cup / Katz Ishida

Entre el viernes y el sábado próximos, la Breeders’ Cup cumplirá su 40ª función. La serie itinerante que abrió sus puertas al mundo en 1984 en el hoy desaparecido Hollywood Park regresa a Santa Anita Park, el hipódromo al pie del valle de San Gabriel que será sede por undécima vez. Sus pistas de arena y césped recibieron más que ninguna otra este Mundial de turf que se celebra cada otoño boreal en suelo norteamericano y en el que los caballos argentinos dejaron una huella profunda en seis ocasiones, además de obtener grandes resultados. Allí, Bayakoa –dos años seguidos–, Paseana, Invasor, Calidoscopio y Blue Prize inmortalizaron sus nombres.

Bayakoa se adjudicó el Distaff (Grupo 1, 1800 metros) el 4 de noviembre de 1989, en Gulfstream Park, el hipódromo ubicado al norte de Miami. Con el panameño Laffit Pincay Jr. en las riendas y la preparación de Ron McAnally, la yegua argentina siguió de cerca a la puntera, aceleró en la recta opuesta para tomar el liderazgo y fue inalcanzable. Había conseguido 10 victorias en Estados Unidos antes de convertirse en la primera extranjera en obtener esa prueba.

La conquista de Bayakoa en 1989

Un año después, el 27 de octubre de 1990, Bayakoa volvió a imponerse en la versión Distaff pero en Belmont Park, Nueva York. En la que sería la última conquista de su campaña, aquella prueba quedó, además, marcada por la tragedia: en la recta final, cuando estaba cabeza a cabeza con Go For Wand, su gran rival y tres años menor, la norteamericana se quebró y tiró a su jinete a 150 metros del disco. McAnally terminó entre lágrimas por la lesión grave de la adversaria en lo que debía ser el momento de su festejo, otra vez junto a Pincay Jr. Go for Wand fue sepultada tiempo después en el hipódromo de Saratoga, donde por primera vez en 126 años un ejemplar tuvo su lugar en el óvalo interior. Bayakoa murió en 1997 y fue incluida en el Salón de la Fama de la Hípica de los Estados Unidos un año después.

McAnally siempre tuvo debilidad por la crianza argentina y volvió a Buenos Aires a buscar alguna otra joya con la idea de repetir la hazaña. Lo logró en 1992, con Paseana, que dominó por cuatro cuerpos el Distaff el 31 de octubre en Gulfstream Park. Tras cinco victorias en San Isidro y Palermo, la zaina llegó a ese compromiso como una de las favoritas, producto de haber conseguido siete primeros puestos consecutivos entre noviembre de 1991 y julio de 1992. Montada por Chris McCarron, apuró el paso en el último codo y frente a las tribunas se dedicó a acumular diferencias ante trece rivales. Al año siguiente, en Santa Anita Park, quedó segunda al hocico de Hollywood Wildcat, tras una intensa lucha, con otra argentina, Re Toss, en el tercer lugar. Un puñado de milímetros la dejó sin emular el doblete de Bayakoa. Se mantuvo en competencia hasta 1995, acumuló 19 triunfos y fue repatriada en 1998.

El éxito de Paseana en 1992

En Churchill Downs y con el panameño Fernando Jara, Invasor conquistó el Classic (G1, 2000 metros) el 4 de noviembre de 2006 y se convirtió en el primer sudamericano y segundo extranjero en ganar el cotejo más emblemático de la serie. Esos registros están aún vigentes, ya que en las otras 37 temporadas vencieron los locales. Sin campaña en la Argentina y vencedor invicto de la Triple Corona de Uruguay de 2005, el ejemplar preparado por Kiaran P. McLaughlin venció en las cinco ocasiones en las que compitió en Estados Unidos y cerró su campaña ganando la Dubai World Cup (G1) en 2007, cuando era considerado el mejor caballo del planeta. Con 11 éxitos en 12 presentaciones, acumuló ganancias por 7.804.070 dólares, lo que lo ubica como el caballo argentino que generó los mayores ingresos en la historia, e ingresó al Salón de la Fama en 2013. A los 21 años, reside en el haras Cuatro Piedras, de las afueras de Montevideo.

La victoria de Invasor en 2006

En 2012, la épica de Calidoscopio trascendió las fronteras del turf. Las imágenes del caballo del stud Doña Pancha, que se había clasificado ganando en Palermo y viajó con casi todo el equipo desde la Argentina, se expandieron por el mundo por lo particular de su conquista en el Marathon (G2, 2800 metros), en Santa Anita Park, tras correr último, muy lejos del resto del grupo, y concretar una remontada cinematográfica. Aaron Gryder fue su jockey, y siguió las instrucciones de Pablo Falero, que por una lesión no pudo montarlo pero estuvo en las tribunas aquel 2 de noviembre junto al preparador Guillermo Frenkel Santillán. De regreso al país, Calidoscopio tuvo un homenaje en San Isidro, en el que se paseó frente al público.

El triunfo de Calidoscopio en 2012

La notable victoria de Blue Prize el 2 de noviembre de 2019 en el Distaff fue la sexta y última de un ejemplar argentino en la historia de la Breeders’ Cup. Además, resultó la cuarta en esa versión para hembras adultas con la identificación “(ARG)” en el programa oficial y la bandera albiceleste. Hasta 2021, cuando ganó la japonesa Marche Lorraine, ninguna extranjera había logrado imponerse a excepción de las argentinas en ese cotejo. Preparada por Ignacio Correas –cuya familia creció acumulando los trofeos de Melgarejo, Yatasto y otros cracks de Las Ortigas–, tuvo en ese éxito un plus nacional con la comunión yegua-cuidador. Fue en Santa Anita Park, donde pasó de largo en la recta final y su jinete, Joe Bravo, estuvo concentrado en que la yegua no se distrajera, algo que había sucedido con anterioridad y había estado cerca de costarle uno de sus triunfos. Tras la victoria en la Breeders’ Cup fue subastada en Fasig Tipton por 5 millones de dólares.

El logro de Blue Prize en 2019

Detrás de los ganadores habrá otros campeones. Llegar a competir ya es casi un triunfo, en especial para los que llegan desde otros países para enfrentarse con los locales, afrontando el cambio de hemisferio, viajes largos, nuevos trazados y aclimataciones contrarreloj. Tanto se valora la presencia que las recompensas son proporcionales al puesto que se consigue en la pista y no se reservan sólo a los primeros. Este año hay 31 millones de dólares para repartir en las 14 carreras y una argentina en las gateras. Didia protagonizará el Filly and Mare Turf, que tendrá dos millones para distribuir entre las mejores clasificadas, frente a once adversarias: cuatro irlandesas, cuatro británicas, una francesa, una japonesa y una canadiense.