Breeders’ Cup: Didia, la esperanza argentina en un clásico en el que inéditamente correrán sólo yeguas extranjeras en Santa Anita Park

Didia, en su box en Santa Anita Park, donde aguarda el momento de competir este sábado en la Breeders' Cup
Didia, en su box en Santa Anita Park, donde aguarda el momento de competir este sábado en la Breeders' Cup

ARCADIA.– De frente a las pistas, desde las tribunas de Santa Anita Park, la atracción comienza en las decenas de caballos que entrenan cada mañana y se extiende hasta ese fondo imponente que representa el Valle de San Gabriel. Está claro que primero hizo su trabajo la naturaleza, pero haber levantado casi a sus pies el hipódromo en la Navidad de 1934 fue otra maravilla que perdura en el tiempo. En ese marco, el escenario californiano es el anfitrión entre viernes y sábado de la 40ª versión de la Breeders’ Cup, una serie que repite la sede por undécima vez, más que cualquier otra.

Nuevamente será con participación argentina: Didia, una de las 12 yeguas extranjeras que animarán el Filly and Mare Turf (G1-2000m) de la segunda jornada, escribirá el 32° capítulo de la historia con los colores celeste y blanco. Y tiene un refuerzo nacionalista porque su entrenador es Ignacio Correas, que en los años que lleva radicado en Estados Unidos se dio el gusto de levantar una de las copas en 2019, en el Distaff, con Blue Prize, otra yegua que creció en el haras La Manija, fue exportada y lucía la chaquetilla de Merriebelle Stable, de la misma sociedad.

“Los dueños tienen mucho mérito. Me dejan hacer lo que yo pienso y no me ponen presión. Es una señal clara de confianza. Uno puede proyectar una campaña, pero son los caballos los que te llevan a estar acá. Para mí no es común tener caballos en una Breeders’ Cup y menos tener dos, como en esta oportunidad”, confiesa Nacho, que también presenta a una chilena, Le Da Vida, en el Distaff. “La teoría puede ser llegar, pero si corren es porque lo hicieron bien en las carreras preparatorias”, fundamenta, sentado sobre una cama de viruta en el establo 97, donde las yeguas ocupan boxes vecinos.

Sin Belleza de Arteaga, a la que una inflamación en el nudo de una mano dejó afuera, la esperanza argentina se centraliza en Didia, que sale a la pista cada mañana y ejercita en el óvalo de arena con su mandil 401. “Es el único caballo de mi stud que galopa el día de la carrera, porque a ella eso la relaja”, informa Correas. En tanto, Belleza de Arteaga camina alrededor del stud del preparador chileno Marcelo Polanco, en el que ocupa el primer box, y reclama zanahorias ante cada cara conocida que se le aproxima. Está clara su principal debilidad alimenticia, permitida con flexibilidad por estas horas por Juan Saldivia, su entrenador, dada la imposibilidad de competir y cumplir dos meses de descanso. Se lo ganó después de tanto triunfo acumulado en Palermo y San Isidro.

“Didia se fue adaptando a todo lo que le pedimos, incluso al cambio de su forma de correr. En Argentina salía adelante, pero en Estados Unidos correr adelante es difícil. Suelo pedir información a los entrenadores que tuvieron antes, pero nunca supe que fuera apurada. Su primer año acá fue bueno y este segundo hizo todo bien”, describe Nacho, con el dato de que de sus seis carreras en suelo norteamericano ganó cinco y en la restante, en Belmont Park, en Nueva York, quedó segunda a tres cuartos de cuerpo.

La última victoria de Didia, en Santa Anita

“Todas las que corren son rivales fuertes, pero yo pienso en la mía. Sé que esta pista es dura, como le gusta a Didia, aunque también haya ganado en el pasto pesado. A las europeas no se sabe si les va a gustar esta cancha, porque están acostumbradas a las rectas largas y a las pistas blandas”, evalúa el preparador, casi pensando en voz alta. Después, está la parte menos conocida de la zaina que se despidió de Argentina ganando la Copa de Plata en tiempo récord para los 2000 metros de San Isidro. Este sábado es la misma superficie y recorrido, pero el trazado es diferente, con un comienzo en diagonal antes de dar una vuelta entera. “Tiene mucha energía, como se ve en el entrenamiento. Y después de trabajar queda relajada, come todo lo que le des, está contenta. Aprendió todo. Y tiene un jockey (el francés Vincent Cheminaud) que la entiende perfecto y supo desde el primer día que había un proyecto”, recuerda.

En el debut en sus manos, en julio de 2022, la yegua salió al frente en Colonial Downs y era todo lo opuesto de lo planeado. “Era lo único que no queríamos que sucediera, porque la idea era que tuviera al menos dos rivales delante. Pero salieron muy lento y Vincent no tenía como tenerla. La serenó, dejó que la pasaran, atropelló en la recta y ganó igual”, revela Correas. Esa tarde, Didia supo que le iban a pedir acelerar en el último tramo. Como este sábado, a las 16.10 (hora argentina), con transmisión en vivo en el canal del hipódromo de San Isidro, que incluyó en su programación a ese cotejo y al Classic en su show de clásicos propios. En una cita dominada históricamente por las europeas, las máximas favoritas son la británica In Italian, una puntera con campaña exclusiva en Estados Unidos y cuatro victorias de primer nivel; la irlandesa Warm Heart, con cinco primeros –todos en hipódromos diferentes– en ocho carreras y la británica Inspiral, dueña de cinco triunfos Premium en Francia e Inglaterra.

El último trabajo exigente de Didia

La Breeders’ Cup es el festival internacional que el carismático italiano Frankie Dettori había elegido para retirarse, pero a casi un mes de cumplir los 53 años siente que todavía tiene más conejos en la galera. Así, después de despedirse de Europa el 21 de octubre ganando el Qipco Champion Stakes (G1-2000m) con King of Steel en Ascot, tiene una docena de compromisos entre viernes y sábado, incluyendo la Longines Turf (G1-2400m) con ese mismo caballo estadounidense que regresó a su tierra y otras cinco montas durante la serie. Cambió de idea y estará radicado en California un tiempo más. A 29 años de su primer éxito en la serie, con el irlandés Barathea en la Mile, aquel joven prometedor es hoy una celebridad.

King of Steel, de último a primero

La serie vive una semana con emociones fuertes. De todo tipo. Eso incluye el retiro de Arcangelo, que era el favorito del Classic. Su propietario no lo vio de la mejor manera luego de un problema en un casco y decidió enviarlo a la cría. Tampoco estará Practical Move en el Dirt Mile, tras sufrir un colapso en su ejercicio del martes pasado. Y este viernes, en la fecha que abarca a los clásicos para potrancas y potrillos, intentará seguir invicta Candied, la hija del argentino Candy Ride que largará junto a los palos en el Juvenile Fillies (1700m) y buscará generarle la primera derrota a Tamara, una de las estrellas del fin de semana.

“Desde que nuestros fundadores concibieron este campeonato de final de año, la serie se ha mantenido en el tiempo como uno de los eventos más importantes de nuestra industria. La reputación de Santa Anita Park, unido a su imponente paisaje, hacen factible un crecimiento a nivel de audiencia, combinando lo mejor del turf, la hospitalidad y el entretenimiento. Es el escenario perfecto para festejar estos primeros 40 años”, manifestó Drew Fleming, presidente y CEO de Breeders’ Cup. Habrá 31 millones de dólares en recompensas en los 14 clásicos y dos se reparten en la prueba que disputa Didia.

Según consigna DRF en español, los organizadores esperan que esta versión tenga un impacto económico cercano a los 100 millones de dólares solamente en la zona del sur de California, con efecto en varios rubros comerciales. El récord de asistencia en una Breeders’ Cup se logró justamente en Santa Anita Park, donde en 2016 se contabilizaron 118.484 aficionados. La última vez que se celebró allí, en 2019, hubo apuestas por 175 millones de dólares. La fiesta está por comenzar.