Durante el choque entre la selección argentina y Bolivia por las Eliminatorias de la Copa del Mundo, el defensor boliviano Roberto Fernández vio la roja de manos del árbitro uruguayo Esteban Ostojich -en los últimos minutos del primer tiempo- luego de un tremendo patadón que le propinó al Cuti Romero tras ir a buscar una pelota divida.

Al percatarse de la infracción, el juez del partido le mostró el cartón amarillo por segunda vez a Fernández -que había recibido ya una tarjeta amarilla a los 15 minutos de iniciar el encuentro- y lo envió el vestuario. Sin embargo, antes de que este saliera de la cancha, decidió revisar la jugada por medio del asistente de video (VAR).

Fue al dar cuenta de la violencia con la que el futbolista local arremetió contra Romero que el colegiado de nacionalidad uruguaya decidió entonces anular la segunda tarjeta amarilla y reafirmar su decisión con una roja directa. Fuera cual fuera la decisión de Ostojich, el defensor ya no disputaría el duelo en La Paz.

Un choque por Eliminatorias con discusiones recurrentes y faltas

La dura falta de Fernández no fue el único momento de tensión que se vivió en el choque entre los conjuntos sudamericanos. Idas y vueltas entre los jugadores y otras acciones de riesgo elevaron la temperatura dentro del Estadio Hernando Siles. El primero de los cruces tuvo como protagonista a Rodrigo De Paul y Moreno Martins.

Corrían ocho minutos de la primera parte cuando las cámaras mostraron al centrocampista del Atlético de Madrid y el capital del conjunto boliviano en constante discusión.

Tan solo cuatro minutos más tarde, Fernández -que sería expulsado más tarde- recibió su primera amarilla por una falta sobre Ángel Di María. Luego, cuando transcurría la mitad del primer tiempo, Gabriel Villamil le dio un manotazo en el rostro a la incorporación del Liverpool, Alexis Mac Allister, y también fue amonestado por Ostojich.

El uso recurrente de la infracción por parte de los jugadores que conduce Gustavo Costas fue tal que, al final del enucuentro, Bolivia cometió un total de 23 faltas, contra apenas 10 del seleccionado albiceleste. Esto llevó al entrenador argentino Lionel Scaloni a reclamarle al árbitro por la cantidad y la violencia del juego de la selección local.

“No podés permitir esto, Ostojich”, se lo escuchó decir al DT campeón del mundo durante un tramo del encuentro y mientras la Argentina se imponía en la ciudad boliviana.

Las reiteradas advertencias del colegiado no sirvieron aun así para deponer la actitud agresiva de los futbolistas de La Verde, que sumó un nuevo amonestado a la lista, luego de que Jairo Quintero golpeara con dureza a Enzo Fernández -el encargado de abrir el marcador del encuentro tras un fenomenal asistencia de Di María-, y sobre el final se sumó el ingresado Carmelo Algarañaz, también por una fuerte infracción.