Boca vs. Central Norte de Salta, por la Copa Argentina: Juan Pablo Cabaña, la promesa que se fue peleada con el Consejo de Riquelme
En la derecha, el trofeo de campeón. En la izquierda, el premio al mejor jugador más destacado del torneo. La foto, de agosto de 2019, fue sacada por un compañero en el vestuario visitante del Shandong Sports Center de Jinan, en China, donde todo es alegría. A Juan Pablo Cabaña no le alcanzan las manos para tomarse una selfie. El pibe de Atalaya, Córdoba, acaba de vivir una nueva noche de gloria. Con dos goles en la final ante Santos, de Brasil, le dio a la Sub 18 de Boca el título de bicampeón de la Weifang Cup, certamen amistoso juvenil del que participan, de manera alternada, varios de los mejores conjuntos del planeta. Juampi, como lo llaman sus amigos, tiene 17 años y anhela, más que nunca, llegar a Primera División. Dirigentes, técnicos, y scouts de diferentes clubes del mundo comienzan a seguir los pasos del MVP del certamen, el mismo que en 2018 amargó al Valencia en la final de la Eevergrane U17 International Football Championship, que luego Boca ganaría por penales.
Campeón en Sexta y Quinta División de AFA, Cabaña seguirá escalando categorías hasta consolidarse definitivamente en la Reserva del Xeneize, donde obtendrá el Torneo Proyección 2021 y el Trofeo de Campeones 2022, junto a jugadores como Exequiel Zeballos, Luca Langoni, Valentín Barco, Luis Vázquez, Ezequiel “Equi” Fernández, Vicente Taborda, Leandro Brey, Jabes Saralegui, Gabriel Aranda y Rodrigo Montes. Misma camada que Alan Varela, Nicolás Valentini, Agustín Sandez y Santiago Ramos Mingo, su sueño se vería truncado a partir de 2023. Llegó a tener contrato profesional con el club y una cláusula de rescisión de 10.000.000 de dólares. Pero todo cambió de repente. Relegado por Hugo Ibarra, y víctima de una serie de lesiones, no acordó la renovación de su vínculo y la dirigencia decidió “colgarlo” por seis meses.
Este sábado, Cabaña debutará oficialmente en su nuevo club: Central Norte de Salta, el rival de Boca por la Copa Argentina. En charla con LA NACION, el delantero de 22 años cuenta el destrato que sufrió de parte del Consejo de Fútbol y confiesa que aún no tiene decidido si gritaría o no un gol contra el Xeneize. “A Boca le debo todo, aunque habrá gente en el palco a la que me gustaría amargar un poquito...”.
La historia de Juampi Cabaña es muy similar a la de Julián Álvarez, el exatacante de River que es figura en el Manchester City . La Araña es nacido en Calchín, una pequeña pueblo cordobés del departamento de Río Segundo. A los 10 años, fue descubierto en su club de baby-fútbol por Piero Foglia, una persona clave en su desarrollo profesional. Además de ojeador y reclutador de talentos, Foglia es director deportivo del club Atalaya, una institución que se especializa en la captación y promoción de juveniles. Por la entidad de Barrio Argüello desfilaron, entre otros jugadores, Javier Pastore, Cristian Pavón y Julio Buffarini, además de Álvarez y Juan Pablo Cabaña.
El ex Boca es oriundo de San Vicente, una localidad de 20.000 habitantes situado al este de la capital provincial. Se inició en Unión San Vicente y luego pasó a Atalaya, el paso previo a su llegada a Buenos Aires. En 2015 realizó dos pruebas en Boca, una a principios y otra a finales de año. Superó todos los filtros y fichó para la Octava División.
¡Boca campeón en China! La Sub 18 que dirige Sergio Saturno derrotó 2-0 al Santos con un doblete de Juan Pablo Cabaña en la final y se consagró en la #WeifangCup. pic.twitter.com/eVsdpWlGyJ
— SportsCenter (@SC_ESPN) August 3, 2019
A diferencia de otros jugadores que quedaron libres el 31 de diciembre (varios de ellos, campeones de América y del mundo Sub 20), Cabaña firmó contrato profesional en julio de 2021 y llegó a formar parte del plantel superior bajo la conducción técnica de Sebastián Battaglia. “Con Seba jugué muchísimo en Reserva y además me hizo debutar como profesional. En la época de (Miguel) Russo también subía bastante a entrenarme con Primera, aunque Battaglia fue el que me tuvo más en cuenta”, destaca. Su estreno, de hecho, se produjo en el último tramo del ciclo de Russo, pero con el ex Boca y Villarreal en el banco. Fue el 27 de julio de 2021, durante el aislamiento obligatorio del plantel profesional, que venía de protagonizar una batalla campal en la zona mixta del estadio Mineirao, tras caer frente a Atlético Mineiro por la Copa Libertadores. Cabaña fue al banco en la derrota 2 a 0 ante San Lorenzo e ingresó a los 23′ del segundo tiempo en reemplazo de Edwin Cardona, en una Bombonera vacía pero con todo San Vicente alentando a la distancia.
“Mi 2021 en Reserva fue muy bueno. Convertí muchos goles y salimos campeones. Pero en 2022 sufrí una serie de desgarros y cedí mucho terreno. Con la asunción de Hugo dejé de tener minutos y pasé de titular con Battaglia a ser tercer 9 con Ibarra”, lamenta Juampi, desde Salta, tras su segundo turno de entrenamiento.
-¿Ibarra no te quería?
-No sé si no me quería, pero no me ponía. Yo con Seba Battaglia anduve muy bien. Compartía delantera con Luisito Vázquez, yo por afuera y él por adentro, con Vicente Taborda de enganche. Y si jugábamos con tres puntas, jugaba Luis de 9 con Langoni, Zeballos o yo en el puesto de extremos. Pero llegó Hugo y se inclinó por otros nombres. El primer semestre me tocó ir al banco (el titular era Érik Bodencer, hoy en Atlanta) y en la segunda parte del año empecé con las lesiones. En el interín, apareció el Toro (Gonzalo) Morales y no salió más.
-Así y todo, fueron campeones.
-Sí. Es que nosotros seguíamos jugando de la misma manera que con Battaglia. A Hugo lo sacamos campeón nosotros con los entrenamientos de Battaglia, porque ya éramos un grupo armado. Ese equipo jugaba solo: (Sebastián) Lastra; (Eros) Mancuso, (Renzo) Giampaoli, Valentini, Barco; Montes, Equi Fernández, (Gabriel) Vega; Taborda; Vázquez y yo; o Langoni, Vázquez y Zeballos. Equipazo.
-Y con Battaglia en Primera no se te dio…
-Seba me subió, pero era la época en que Luis (Vázquez) metía goles desde todos lados y después vino (Darío) Benedetto, que pasó a ser el titular. Es mucha la competencia en Boca.
Tras la salida de Battaglia, sin chances en Reserva ni edad para jugar en Cuarta, Cabaña empezó a analizar propuestas de otros clubes. “Tuve un llamado de Platense, pero los muchachos del Consejo no me dejaron ir. Y a mitad de 2023 me vinieron a buscar desde Quilmes, que era una buena oportunidad, pero otra vez me pusieron trabas. Querían que firmara la renovación e incluir un montón de cláusulas en el contrato, con una opción de compra impagable. Y la posibilidad, obviamente, se cayó. La realidad en Boca es la que se dice, no voy a descubrir nada nuevo...”, sugiere.
-¿Cuál es esa realidad?
-Que hay gente que se cree dueña del club. A mí en junio de 2023 me ofrecieron renovar, porque en diciembre me quedaba sin contrato. Pero el dinero que me ofrecían era muy poco, estaba muy lejos de los números que mi representante y yo manejábamos, y eso que no era ninguna fortuna. Hubo manejos que no me gustaron y terminé yéndome libre, después de seis meses sin patear una pelota. Ellos (por los miembros del Consejo) te tiran la camiseta encima y yo no puedo cortar la camiseta para comer.
-¿Te pasó a vos solo?
-No, muchos pasaron por lo mismo. A Rodrigo Montes, por ejemplo, lo querían Newell’s y Central Córdoba (de Santiago del Estero). Él pidió ir a Newell’s y (Raúl) Cascini le respondió: “Dale, dejanos que lo arreglamos”. Pero nunca más supo nada. Cascini apareció el mismo día que cerraba el libro de pases y le dijo: “O vas a Central Córdoba o te quedás en acá Reserva”. Rodri fue a Santiago, jugó, y a la vuelta del préstamo volvió a llamarlo Newell’s. No lo dejaron ir y quedó seis meses parado, corriendo alrededor de una cancha. Otro caso conocido es el de Nahuel Molina, que también se fue libre y terminó rompiéndola en la selección. Cuando hablo con Moli, me dice: “Menos mal que me fui…”.
-¿Cómo era el trato con el Consejo?
-Según, ja. Cuando hacía goles, me llamaban todos los días para preguntarme cómo estaba, si había cenado, si necesitaba algo. Los últimos seis meses ni me contestaban el teléfono. Me los cruzaba en el predio, les pasabas por al lado y ni siquiera me miraban, me esquivaban. Yo le tengo un cariño enorme a Boca, un sentido de pertenencia bárbaro porque me dio absolutamente todo. Es más, al día de hoy sigo hablando con los celadores de la pensión y con muchos excompañeros del club, y tengo excelente relación con todos ellos. Pero en estos últimos seis meses hubo personas a las que el ego y el orgullo les ganó.
Cabaña llegó a Salta en enero de este año, y desde entonces viene actuando de titular en la mayoría de los partidos amistosos. No debutó oficialmente porque el Federal A comienza este fin de semana y la AFA le dio fecha libre a Central Norte para que pueda preparar el partido con Boca.
“No soy de ponerme nervioso ante esta clase de partidos. De todos modos, ya anduve observando algunos movimientos de los centrales de Boca para ver de qué manera puedo sacar ventaja”, admite. Y reconoce que aún no sabe la forma en que reaccionaría en caso de convertir un gol: “Hablo con mi viejo y él me dice: ‘gritalo’, porque sabe lo mal que la pasé en estos meses. Yo siento un gran respeto por la institución, es el club que me formó, y además compartí muchos años con chicos a los que voy a enfrentar. Habrá que ver cómo se da el partido, cómo está el resultado. Si meto un gol en el último minuto, ¿cómo no lo voy a gritar?