Boca volvió a Buenos Aires sin la Copa Libertadores, pero rodeado del calor de sus hinchas

Rio de Janeiro es historia. Sin el final deseado, pero historia al fin. En silencio, con caras largas y dolido, Boca regresó a Buenos Aires con las manos vacías. La Copa Libertadores y el sueño de levantar la Séptima, se quedaron en Brasil.

Aun a pesar de la tristeza, los hinchas xeneizes volvieron a exhibir su mejor rostro: miles de personas se arrimaron al aeropuerto de Ezeiza para darle al plantel una calurosa bienvenida. Con una canción icónica que se escucha cada domingo en la Bombonera como hit: “Soy del barrio de La Boca y siempre te voy a seguir. En las malas, a todas partes. Las buenas ya van a venir…”.

Entonces, por un momento, el resultado deportivo, que resultó esquivo en el Maracaná, quedó de lado. Al igual que lo que se vio en las playas de Copacabana, el hincha de Boca optó por mostrar sus cualidades de fiel seguidor.

La derrota, dolorosa hasta los huesos, caló hondo en un plantel y un cuerpo técnico que está muy golpeado, y que a la vez debe reponerse en tiempo récord para afrontar una planificación que se alteró.

Ahora las urgencias apremian. A Boca ahora le urge ganar para seguir con chances de clasificarse a la Libertadores 2024 a través de la tabla anual. Le duele cada uno de los puntos perdidos a lo largo de un año (y sobre todo un segundo semestre) para el olvido en el plano local.

El vuelo chárter tocó tierra cerca de las 18.30, tal como estaba previsto. El plantel xeneize había pasado la noche en Río de Janeiro y almorzó junto con sus familiares en el hotel Hilton ubicado en Barra de Tijuca antes de despedirse de la Cidade Maravilhosa.

Luego de los trámites migratorios habituales, los jugadores retiraron sus pertenencias y sus automóviles particulares de Boca Predio y pasarán la noche en sus respectivos hogares.

Lejos de lo que se hubiera planificado en caso de un triunfo, todos se reencontrarán este lunes para enfocarse en el partido del miércoles, por la fecha 12 de la Copa de la Liga. Inicialmente se entrenarían por la mañana en Ezeiza, pero la renuncia del DT Jorge Almirón alteró todos los planes. Cerca de la medianoche, el club informó que la actividad del plantel se realizará este lunes en horario vespertino. Todo de cara a un partido determinante para las chances del equipo en su lucha por meterse en la Libertadores del año próximo.

De todas maneras, todo se resolverá más cerca del encuentro, debido a que además de la recuperación física de los jugadores, también entra n juego el impacto anímico de la derrota sufrida.

Casualidades del destino, otra vez aparece San Lorenzo en el horizonte inmediato, luego de una eliminación copera. Lo mismo había pasado en 2021, después de la derrota por penales y el escándalo ante Atlético Mineiro, y en 2022, tras la caída desde los 12 pasos con Corinthians, el regreso a la realidad volverá a tenerlo en el Bajo Flores. En los casos anteriores el Ciclón aprovechó la juventud en un caso (hace dos años, por romper la burbuja sanitaria el Xeneize presentó un equipo juvenil que igualó de local 0 a 0 con Banfield y más tarde cayó con San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro) y el bajón anímico en el otro (el año pasado Battaglia fue marginado, asumió de apuro Hugo Ibarra y en el medio de todo eso fue relegado del equipo titular el capitán, Carlos Izquierdoz). Fueron 2 a 0 y 2 a 1, respectivamente, en favor del azulgrana.

“Tenemos que levantar la cabeza y seguir”, coincidieron Edinson Cavani y Darío Benedetto tras la final. Y eso es precisamente lo que deben contagiarle a los compañeros más jóvenes. Porque además, los riesgos de no reaccionar rápido pueden ser más preocupantes todavía.

Más claro: Boca no tiene garantizada su participación en la Libertadores del año próximo. Y para conseguir su boleto, sus chances se reducen cada día. Esto es consecuencia del propio club, que se bajó demasiado rápido de la lucha en la Copa de la Liga y entonces es casi un hecho que quedará marginado de los cuartos de final. Actualmente se ubica décimo con 11 unidades, a seis del cuarto (Racing), con nueve puntos por jugar.

Al mismo tiempo, en caso de no derrotar a San Lorenzo (rival directo) también se complicará en su lucha por meterse en el torneo continental a través de la tabla anual. De momento, Boca se ubica séptimo con 55 unidades, en zona de Copa Sudamericana. El Ciclón está sexto con 57. Luego recibirá a Newell’s (50) y en la última fecha se medirá con Godoy Cruz (59), en Mendoza.