Los portugueses claman contra el fascismo preocupados por la ultraderecha

Lisboa, 25 abr (EFE).- Miles de portugueses llenaron este jueves la Avenida da Liberdade de Lisboa para clamar, clavel en mano, "Fascismo nunca más", en un desfile por el 50 aniversario de la caída de la dictadura que estuvo marcado por el sentimiento de preocupación ante el ascenso de la ultraderecha en el país.

El medio siglo de la Revolución de los Claveles se ha conmemorado mes y medio después de las elecciones que dieron 50 diputados al partido de ultraderecha Chega, algo inédito en los 50 años de democracia y que ha contribuido a que la tradicional marcha fuese más multitudinaria de lo normal.

"Hace mucho tiempo que no venía y pensé que este año, después del resultado de las elecciones, era importante estar", señaló a EFE Dora, una lisboeta presente en el desfile, que insistió en que el crecimiento de la derecha radical "debe ser combatido democráticamente".

En la marcha, los mensajes contra la ultraderecha fueron una constante: "Hace 50 años los capitanes de abril sacaron a los fascistas del poder y ahora el pueblo les vota", rezaba un cartel, mientras miles de personas coreaban "25 de Abril sempre, fascismo nunca mais".

Para los que vivieron en sus carnes la dictadura, la irrupción de Chega ha sido una sorpresa.

"Lo digo con todas las letras, Chega es fascista. Y yo pensaba que eso era imposible, que un partido con estas características tuviese tantos votos, es una preocupación para mí. Pero la lucha continua", defendió a EFE Alda, una mujer de 70 años que fue detenida por la policía política en 1973.

Con 18 años, y embarazada de su primer hijo, Alda estuvo 12 horas detenida y no sabe a ciencia cierta por qué, pero cree que alguien de su trabajo la denunció porque era muy reivindicativa y su padre era comunista.

En dictadura, sentía que las mujeres estaban "muy esclavizadas": "No podíamos votar, no teníamos derecho a guarderías para nuestros hijos, ni a un salario más equilibrado con el de los hombres".

Por eso vivió el 25 de abril de 1974 "con toda la euforia del mundo", aunque 50 años después lamenta que no se haya avanzado tanto como esperaba y que se haya formado de nuevo un "distanciamiento entre las clases sociales".

Con una muleta y sentada en una silla portátil, Alda contempló con orgullo a las miles de personas que bajaban la céntrica avenida lisboeta, donde se entonó el 'Grândola, Vila Morena', himno de la revolución.

En la marcha participaron políticos de partidos como el Socialista, el Comunista, el Bloque de Izquierda e Iniciativa Liberal, así como el actual presidente del Parlamento, José Pedro Aguiar-Branco, del Partido Social Demócrata (PSD, centroderecha).

Pero la mayoría fueron ciudadanos corrientes en defensa de causas y demandas como la sanidad, la educación, la vivienda o los derechos del colectivo LGTBI+.

También se vieron banderas palestinas y se pidió un alto al fuego en Gaza.

Junto a los portugueses, se unieron muchos extranjeros igualmente preocupados con el fascismo, como es el caso de Molly, una estadounidense que vive desde hace año y medio en Portugal y acudió al desfile acompañada de Manuela, una amiga lusa.

"Apoyo el empeño de los portugueses de continuar con la democracia y combatir el fascismo. como estadounidense, estoy aterrada por lo que ocurre en mi país, el auge del fascismo, la ultraderecha, el extremismo, la teocracia y el capitalismo fuera de control", explicó a EFE.

La marcha, como es habitual, fue liderada por dos tanques de la Asociación 25 de Abril, que reúne a los militares que mantienen vivo el espíritu del levantamiento, como Luís Graça.

Al lado de uno de los vehículos blindados, defendió a EFE que el mayor legado de la revolución fue la libertad: "Es de las cosas mas importantes para el ser humano. Todo el mundo debería sentir lo que es la libertad". EFE

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