Atención, Argentina: Venezuela convirtió su estadio en una fortaleza, no pierde y no le convierten goles bajo un calor infernal

Todo un símbolo: del
Todo un símbolo: del "mano tengo fe" a un estadio Monumental de Maturín repleto, en una fecha de eliminatorias - Créditos: @Edilzon Gamez

Para los hinchas futboleros de Venezuela, “mano tengo fe” simboliza la esperanza de todo un país -en este rubro excluyente, no hay grietas- de alcanzar su primera Copa del Mundo, un objetivo que parece más cercano que nunca. El seleccionado que fue bautizado años atrás como la cenicienta de las eliminatorias, ocupa el sexto lugar de la nómina de América del Sur, el último ticket rumbo al próximo Mundial. Suma 10 puntos, los mismos que Brasil, el gigante dormido.

“El eslogan ‘mano tengo fe’ se ha convertido en parte de nuestra identidad. Para la sociedad y para el equipo, ya es algo de nuestro fútbol, que ha calado en los aficionados y en todas las categorías de la Vinotinto”, explica Salomón Rondón, símbolo del equipo, de 35 años. Capitán, máximo goleador histórico y de breve paso por River, siente orgullo por la nueva Venezuela. “Debemos seguir consolidando a nuestro equipo y mantener esa fe, porque llegar al Mundial sería algo fantástico no solo para la selección y la federación, sino para el país”, sostiene. Un país que atraviesa una crisis política, económica, social y cultural que parece detenida en el tiempo.

Darwin Machis festeja con sus compañeros tras anotar ante Chile en un encuentro de las eliminatorias, en Maturín
Darwin Machis festeja con sus compañeros tras anotar ante Chile en un encuentro de las eliminatorias, en Maturín - Créditos: @Ariana Cubillos

Fernando Batista, el entrenador argentino, lo entiende muy bien. “El principal rival de Venezuela es... Venezuela. Hay que consolidar el convencimiento”, rubrica. Más allá de los nombres propios (algunas figuras juegan en Europa) y del pizarrón (una formación combativa), la base de la construcción de aquella cita que suele ser tendencia en las redes, es su casa. El estadio Monumental de Maturín, conocido como la Joya de Oriente o el Coloso de Maturín.

Para unos 52.000 espectadores, construido hace 17 años, es el más grande de Venezuela y tuvo una inversión de unos 150.000 millones de bolívares, para la Copa América 2007. Luego de largos años en los que cambió el destino una y otra vez, tomó nota de su poderío y clausuró el misterio: la casa de Venezuela está en el estado de Monagas. Rumbo a la próxima Copa del Mundo, Venezuela jugó cuatro partidos allí: no sólo no perdió, tampoco sufrió goles. La serie 1-0 con Paraguay, 3-0 contra Chile y 0-0 con Ecuador y Uruguay (mereció ganar en ambos encuentros).

¿Y antes? Actuó en otros cuatro partidos, entre amistosos y eliminatorias... y no perdió: tres triunfos, un empate. Un escenario que toma en cuenta la Argentina, que se entrena a todo ritmo en Miami y que jugará en el infierno de Maturín (la temperatura no baja de los 32 grados, hay humedad, probablemente va a llover y el público es futbolero) este jueves, a las 18 de nuestro país. El regreso de Lionel Messi al campeón del mundo no será sencillo: Venezuela ahora se la cree.

Jorge Giménez, presidente de la FVF, toma nota de la localía. “Es un estadio que cumple con las condiciones, han invertido últimamente buen dinero ahí, nos hemos hecho fuertes, la selección tiene buena energía, no se ha perdido un partido en Maturín, el césped está en óptimas condiciones, y de verdad que convergen muchas cosas que creo que nos van a dar esa gran satisfacción”, enumera. A un costado quedaron escenarios típicos que albergaron al seleccionado, como en Mérida o Puerto Ordaz.

Fernando Batista y Salomón Rondón, una sociedad para Venezuela
Fernando Batista y Salomón Rondón, una sociedad para Venezuela - Créditos: @Godofredo A. Vásquez

Luego de brillar en la Copa América 2011 (un cuarto puesto, sellado en La Plata), y hasta ganarle por única vez en forma oficial a la Argentina (1-0, con un tanto de Fernando Amorebieta, en el estadio José Antonio Anzoátegui en Puerto la Cruz), la Vinotinto volvió a encogerse. Y quedó última en las eliminatorias a Rusia 2018 y Qatar 2022. “Teníamos, primero q,ue creer en nosotros. El gran rival de Venezuela era Venezuela. Si nosotros partíamos de ahí, íbamos a respetar a todo el mundo, pero miedo no le íbamos a tener a nadie”, advertía el Bocha Batista, tiempo atrás. “Una de las premisas es hacernos fuertes de local. Y desde ahí, combatir la ansiedad, porque los partidos no se ganan en los primeros 10 minutos”, admite.

Maturín representa otros valores, no solo los futboleros. Fue una de las cunas del chavismo, uno de los bastiones inexpugnables, hasta que todo cambió en las recientes elecciones. Según la oposición, los “verdaderos resultados”, arrojaron una victoria cómoda en el estado de Monagas, de 60,40 por ciento sobre 37,54, que habría alcanzado Nicolás Maduro. De hecho, María Corina Machado, líder de la oposición que no reconoce el triunfo de Maduro, fue la protagonista de una masiva marcha popular días antes de las elecciones, en “un territorio chavista por excelencia”, según señalaron varios reportes. La gente salió a las calles como nunca antes.

María Corina Machado en Maturín, antiguo bastión chavista, en julio pasado
María Corina Machado en Maturín, antiguo bastión chavista, en julio pasado - Créditos: @Matias Delacroix

El fútbol de la Vinotinto, un respiro entre tantas angustias, responde a un grito de esperanza. Sin grietas, en una casa convertida en una fortaleza. El infierno de Maturín, en donde hasta Leo Messi debe tener mucho cuidado.