Argentina vs. Francia: el festejo de Dibu Martínez con un muñeco marcó el comienzo de una rivalidad que no existía y hoy no tiene límites

Argentina y Francia, durante la final del Mundial Qatar 2022
Argentina y Francia, durante la final del Mundial Qatar 2022 - Créditos: @Aníbal Greco

Argentina y Francia se enfrentaron en el primer Mundial de la historia. El 15 de julio de 1930, con el 1-0 a favor de la selección, se inició la saga de enfrentamientos que, durante casi 100 años, fue futbolística. Hasta ahora. ¿Cuál fue la génesis de esta aparente enemistad y provocación entre los futbolistas de la selección argentina y de Francia desatada en los últimos tiempos? ¿Hasta dónde puede escalar? ¿Cómo es que el asunto termina incorporando a personajes de la política e incluso se utiliza como fundamento para desplazar a un funcionario público? El tema no deja de sorprender ni crecer, día a día.

Todo comenzó con un muñeco. Fue el martes 20 de diciembre de 2022 en la autopista Ricchieri, en medio de los históricos festejos por la obtención de la tercera Copa del Mundo del seleccionado argentino. El jolgorio popular rodeaba y acompañaba al micro sin techo que paseó a los campeones. Fue entonces cuando Emiliano Martínez se mostró con un peluche que tenía el rostro de Kylian Mbappé. Lo acunó en sus brazos e incluso hizo un gesto obsceno.

La imagen dio la vuelta al mundo. Y mientras en los medios franceses e incluso de otros países criticaban la actitud del arquero, el propio Dibu desactivó esa polémica: “¿Cómo podría burlarme de Mbappé? ¡Si él me metió cuatro goles! Cuatro goles en la final... ¡Debe pensar que soy yo su muñeco! Repito: tengo un respeto enorme por Mbappé. E incluso te digo una cosa: es el mejor jugador francés que vi en mi vida”. Más tarde, en declaraciones a la revista France Football (que en noviembre de 2023 lo premió en la gala del Balón de Oro con el previo Yashin al mejor arquero del mundo), agregó: “No tenía la intención de lastimar a nadie. A lo largo de mi carrera he crecido con los franceses y nunca tuve el más mínimo problema. Podés preguntarle a (Olivier) Giroud (compañeros en el Arsenal) qué tipo de persona soy. Me gusta mucho la cultura y la mentalidad francesa”.

Lionel Messi se abraza con Kylian Mbappé: ellos mantuvieron una buena relación, pese a la rivalidad
Lionel Messi se abraza con Kylian Mbappé: ellos mantuvieron una buena relación, pese a la rivalidad

“El argentino más odiado” y la salida de Messi

Lo que sí vivió en carne propia Dibu fue la hostilidad del público galo, que no le dejó pasar aquella burla. Este abril de este año, Aston Villa debió definir la clasificación a las semifinales de la Europa League ante Lille. Antes del partido de vuelta, en Francia, el medio Get French Football News, anticipó la que se venía: “El enemigo público número 1. Puede esperar una recepción hostil por parte del Stade Pierre-Mauroy. Los franceses tendrán una oportunidad real de expresar algo de su enojo anterior. Su actuación por sí sola lo hubiera convertido en una figura despreciada en Francia, pero fue su reacción durante las celebraciones lo que cimentó su reputación vilipendiada y rápidamente le valió el apodo de ‘el argentino más odiado de Francia’”.

Entonces ocurrió lo inevitable: durante todo el partido hubo insultos y silbidos cada vez que el marplatense tocaba la pelota. Sin embargo, esa es la nafta que alimenta la mentalidad ganadora de Dibu. Lejos de padecerlo, esa actitud de los hinchas lo agigantó. Al punto que realizó dos atajadas espectaculares, una con su rostro.

Dibu Martínez, en la provocación a la hinchada de Lille
Dibu Martínez, en la provocación a la hinchada de Lille

La serie se definió por penales. Allí, Martínez se puso el disfraz de héroe, una vez más. Enloqueció a cada ejecutante, lo que derivó en que recibiera una amonestación (que le impidió jugar la primera semifinal), pero luego contuvo dos remates para eliminar a Lille. “Nunca me habían insultado tanto en toda mi vida. Me tiraban de todo. En los 120 minutos yo no hice un gesto. En la tanda de penales paré el primero y ahí silencié a la tribuna que me había estado insultando”, reconoció Dibu semanas después de aquella victoria.

Luego hubo otra situación en la que algunos quisieron acrecentar las diferencias. Mbappé, a punto de debutar en la Eurocopa con su selección, dijo que para él era más difícil ganar ese torneo que un Mundial. Cuando se lo preguntaron, Dibu se distanció de esa opinión, alejándose de cualquier polémica: “No hay nada más difícil que un Mundial. Hay diferentes sedes, se viaja cada tres días, con mucho calor, entrenamientos con calor. Y al día 40, que jugás la final, el desgaste es muchísimo”.

Bastante antes, al regreso del Mundial de Qatar, PSG tuvo su cuota de protagonismo en una rivalidad incipiente: fue el único club que no homenajeó a un campeón del mundo antes de un partido. Esa manera de ignorar a Messi se completó con los silbidos que el argentino recibió del propio público del equipo luego de una eliminación en la Champions, la puerta de salida del capitán de la selección de un destino en el que no fue feliz.

Más tensión

La tirantez se reactivó con el festejo privado del seleccionado argentino una vez que ganó por segunda vez seguida la Copa América, el domingo pasado. Allí, un cántico con una letra violenta y racista, cobró estado público por la utilización de las redes sociales para viralizar ese momento íntimo. Aunque el “Escuchen, corran la bola. Juegan en Francia, pero son todos de Angola”, que en estrofas posteriores incluso se refieren burlonamente a la sexualidad de Mbappé, no es algo nuevo. De hecho comenzó a escucharse durante el Mundial de Qatar. Aunque en suelo árabe, sólo era un cántico más de los hinchas argentinos.

Cuando el domingo pasado, en el vestuario del Hard Rock Stadium de Miami, fueron los propios jugadores los que la entonaron y viralizaron en sus redes sociales, la ola de críticas fue gigante. Incluso, derivaron en una acusación directa contra Enzo Fernández, jugador de Chelsea. El club de la Premier League abrió un expediente interno por la conducta del exmediocampista de River, que ya pidió disculpas públicas a través de sus redes sociales. Todo creció tanto que tres compañeros del mediocampista lo dejaron de seguir en Instagram. Ellos son Axel Disasi, Malo Gusto y Wesley Fofana.

A la vez, trascendió que la Federación Francesa realizará ante la FIFA una presentación en contra de la selección argentina. Como si todo eso fuera poco, en la Argentina también se generó una grieta con el asunto. Julio Garro, Subsecretario de Deportes de la Nación, dijo en radio Urbana Play: “Creo que el capitán de la selección (en referencia a Messi) debe salir a pedir las disculpas de ese caso, lo mismo que el presidente de la AFA”. Pocas horas más tarde, Garro fue destituido de su cargo.

Poco después, la vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarroel, salió con los tapones de punta en la red social X: “La Argentina es un país soberano y libre. Nunca tuvimos colonias ni ciudadanos de segunda. Nunca le impusimos a nadie nuestra forma de vida. Pero tampoco vamos a tolerar que lo hagan con nosotros”, publicó en X, y añadió: “Ningún país colonialista nos va a amedrentar por una canción de cancha ni por decir las verdades que no se quieren admitir. Basta de simular indignación, hipócritas”.

Javier Milei se apronta a viajar justamente a Francia para formar parte el viernes de la próxima semana de la Ceremonia de Apertura de los Juegos que organiza Paris. Justamente la cita olímpica puede ser escenario del próximo capítulo de esta contienda: habrá que ver cómo reacciona el público local ante cada competencia de un representante albiceleste en cada disciplina. En lo estrictamente futbolístico, el seleccionado Sub 23 de Francia integra el Grupo A del torneo olímpico junto a Estados Unidos, Guinea y Nueva Zelanda. En tanto, la Argentina ocupa la zona B, con Marruecos, Irak y Ucrania. Si alguno de los dos no gana su grupo, se podrían enfrentar en cuartos de final. Por el contrario, si ambos ganan su grupo, sólo podrían cruzarse para definir el oro olímpico, en lo que podría ser otra final entre la Argentina y Francia. Una más. Aunque esta vez, sin Dibu Martínez.