CARACAS.- El empresario colombiano Alex Saab, detenido durante dos años en Estados Unidos y quien fue liberado este miércoles tras un acuerdo con el gobierno chavista, tuvo una turbia carrera al servicio del régimen como estrecho aliado del presidente Nicolás Maduro.

Venezuela se comprometió a liberar a cerca de 36 personas, incluidos 12 estadounidenses, a cambio de la liberación de Saab, lo que marcaba la importancia de este controvertido operador internacional para el régimen, que hizo varios intentos de lograr su salida desde su detención.

La estrecha relación entre Saab y el chavismo data de 2011, cuando firmó en el Palacio de Miraflores un convenio para suministrar partes para construir casas prefabricadas para la Misión Vivienda en presencia del entonces presidente Hugo Chávez y de Maduro como canciller.

El empresario tejió una red de empresas opacas registradas en su mayoría en paraísos fiscales a nombre de terceros, como su hijo y el hijo de su socio Álvaro Pulido, sus hermanos y sus aliados. Desde esas cuentas habría emprendido exportaciones ficticias y lucrativas actividades de corrupción que le dejaron millones de dólares.

El primer problema con el gobierno y los tribunales de Estados Unidos lo tuvo en mayo de 2019, cuando el Departamento del Tesoro lo sancionó por su presunta participación en varias tramas de corrupción.

Alimentos, viviendas y oro

Saab presuntamente regenteaba un plan en el que participaban miembros del círculo íntimo de Maduro, y que consistía sobre todo en el robo de cientos de millones de dólares de contratos para la importación de alimentos para los más pobres y la construcción de viviendas populares, así como operaciones ilícitas con el oro venezolano.

Los fiscales estadounidenses acusaron luego a Saab de desviar unos 350 millones de dólares de Venezuela a través de Estados Unidos, en un plan que involucraba sobornos a funcionarios del gobierno venezolano.

Saab se declaró inocente y aún no se había fijado la fecha de su juicio. Y si bien no tenía juicio ni condena, antes de este acuerdo de intercambio con el régimen chavista se consideraba improbable su regreso a Venezuela.

Washington obtuvo su primer logro en 2020, cuando Saab fue detenido en Cabo Verde mientras estaba en viaje de negocios para el régimen. Fue obligado a bajar de un jet privado durante una escala en el país africano para cargar combustible, camino de Irán, donde se dirigía a negociar acuerdos petroleros en nombre del gobierno de Maduro.

En octubre de 2021, fue extraditado de Cabo Verde a Estados Unidos, lo que se convirtió en un motivo para que Maduro suspendiera una mesa de diálogo que sostenía en México con la oposición para destrabar la prolongada crisis política e institucional del país.

Posteriormente, en un intento por lograr la liberación de Saab, Maduro lo designó embajador de Venezuela en África y condicionó la reanudación de las conversaciones con la oposición a su liberación.

La administración de Donald Trump, entonces en la Casa Blanca, lo presentó como un trofeo y gastó millones de dólares para perseguir al empresario colombiano. En determinado momento, envió a un buque de la Armada a la costa de África para advertir a los venezolanos.

Maduro sostiene que Saab es un diplomático venezolano que cuenta con inmunidad bajo el derecho internacional, e insiste en que viajaba a Irán para comprar alimentos y medicamentos cuando lo detuvieron en Cabo Verde.

Pero sus abogados dijeron, en una audiencia a puertas cerradas, que antes de su arresto ayudó en secreto a la agencia de drogas DEA a desentrañar la corrupción en el círculo íntimo de Maduro y acordó ceder millones de dólares en ingresos ilegales por contratos estatales corruptos.

Agencias AFP y ANSA