Acusaron al exdiplomático estadounidense Manuel Rocha de actuar como agente secreto para Cuba
MIAMI.- Manuel Rocha, un exdiplomático norteamericano que sirvió como embajador de Estados Unidos en Argentina entre 1997 y 1999 y luego como máxima autoridad diplomática del país norteamericano en Bolivia, fue arrestado ayer tras una larga investigación del FBI acusado de trabajar como agente secreto para los servicios de inteligencia de Cuba desde hace décadas, dijo el lunes el Departamento de Justicia.
Los nuevos documentos judiciales revelados alegan que Rocha participó en “actividades clandestinas” en nombre de Cuba desde al menos 1981, incluyendo reuniones con agentes de inteligencia cubanos y proporcionando información falsa a funcionarios del gobierno de Estados Unidos sobre sus viajes y contactos.
La denuncia, presentada ante un tribunal federal de Miami, acusa a Rocha de delitos como actuar como agente ilegal de un gobierno extranjero y se produce en un momento en que el Departamento de Justicia ha intensificado la represión penal de las actividades ilícitas de grupos de presión extranjeros en suelo estadounidense. Rocha, de 73 años, tuvo una carrera de dos décadas como diplomático de EE.UU., incluyendo altos cargos en Bolivia, la Argentina y la Sección de Intereses de EE.UU. en La Habana.
El documento de acusación rastrea los vínculos ilegales de Rocha con los notoriamente sofisticados servicios de inteligencia de Cuba desde 1981, cuando se unió por primera vez al Departamento de Estado, hasta mucho después de su salida del gobierno federal más de dos décadas después.
La operación
Según recopiló CNN, el FBI planeó una operación para desenmascarar a Rocha: todo comenzó en noviembre de 2022, cuando un empleado encubierto del FBI que se hizo pasar por agente de la inteligencia cubana le envió un mensaje a Rocha por WhatsApp, poco después de que los investigadores recibieran una pista del trabajo encubierto, dicen los documentos judiciales. En el mensaje, el empleado encubierto dijo que tenía un mensaje de “sus amigos en La Habana” y que se trataba de un “asunto delicado”.
Rocha supuestamente respondió: “No lo entiendo, pero puede llamarme”. El exembajador accedió a reunirse con el empleado encubierto en Miami.
Durante la reunión, Rocha supuestamente tomó varias precauciones para asegurarse de que no le seguían, entre ellas tomar una ruta más larga hasta su cita y pedir al empleado encubierto que hablaran en un “patio de comidas” con solo “empleados de bajo nivel (...) así no hay posibilidad de que nadie me vea”.
Durante su primer encuentro, Rocha supuestamente le dijo al agente encubierto que la agencia de inteligencia cubana, llamada Dirección General de Inteligencia, le pidió “que llevara una vida normal”, y le dijo que había “creado la leyenda de una persona de derechas”.
“Siempre me dije a mí mismo: ‘Lo único que puede poner en peligro todo lo que hemos hecho es... es... la traición de alguien, alguien que puede haberme conocido, alguien que puede haber sabido algo en algún momento”, dijo Rocha, según una grabación de la reunión citada en documentos judiciales.
Supuestamente añadió: “Mi preocupación número uno, mi prioridad número uno era (...) cualquier acción por parte de Washington que pusiera en peligro la vida de los dirigentes o la propia revolución”.
Durante otra reunión varias semanas después, Rocha supuestamente describió al empleado encubierto la obtención de su empleo en el Departamento de Estado, diciendo: “Fui poco a poco. Fue un proceso muy meticuloso, muy disciplinado, pero muy disciplinado”.
“Sabía exactamente cómo hacerlo y, obviamente, la Dirección me acompañó. Sabían que yo sabía cómo hacerlo (...). Es un proceso largo y no fue fácil”, dijo, según los fiscales.
Rocha también se jactó supuestamente de sus “décadas” de trabajo en favor del gobierno cubano, diciendo que “fortaleció la revolución” durante “los últimos 40 años”, y lamentó “los golpes que el enemigo -refiriéndose supuestamente al gobierno de Estados Unidos- ha asestado a la revolución actual”.
En otra reunión celebrada el año pasado con el supuesto agente cubano, Rocha se refirió al derribo por parte de Cuba de dos aviones desarmados enviados por el grupo de exiliados Hermanos al Rescate, con sede en Miami, en el que murieron cuatro opositores al gobierno de Castro en 1996.
No hay indicios en la denuncia de que Rocha ayudara a los cubanos en la operación militar, uno de los principales puntos álgidos en más de medio siglo de enfrentamientos entre la isla de gobierno comunista y la oposición de derecha en Miami. Pero en aquel momento trabajaba como alto funcionario político en la sección de intereses especiales de Estados Unidos en La Habana.
“Lo viví, porque yo estaba al mando”, dijo Rocha. “Fue una época de mucha tensión”.
A raíz de esta operación, el FBI pudo comprobar que Rocha era un agente cubano. A lo largo de las reuniones, “Rocha utilizaba el término ‘nosotros’ para describirse a sí mismo y a Cuba”. Además, en una ocasión Rocha elogió al difunto líder cubano Fidel Castro y describió su trabajo para Cuba como “un grand slam”, según el comunicado al que también tuvo acceso The New York Times
Se espera que el exdiplomático comparezca este lunes por primera vez ante un juez de instrucción de la ciudad de Miami, aunque todavía no estaba claro si había contratado a un abogado.
Agencia AP y diario The New York Times