¿Qué pasó con la legendaria máscara de Black Shadow que ganó El Santo?

Han pasado 80 años desde que la máscara de Black Shadow se convirtió en el misterio sin resolver

A los tesoros que tiene el Hijo del Santo le falta la máscara de Black Shadow que ganó El Santo (Foto: Pedro Gonzalez Castillo/LatinContent via Getty Images).
A los tesoros que tiene el Hijo del Santo le falta la máscara de Black Shadow que ganó El Santo (Foto: Pedro Gonzalez Castillo/LatinContent via Getty Images).

El deporte mexicano tiene historias de todo tipo. Algunas son dignas de película por lo asombroso o inverosímil de sus tramas. Una de ellas se originó la noche del 7 de noviembre de 1952 en la Arena Coliseo cuando El Santo ganó la máscara de Black Shadow. Desde entonces se escribió en los anales deportivos uno de los misterios sin resolver más importantes de la lucha libre e incluso de la cultura popular nacional.

El perdedor fue el encapuchado negro, también conocido como ‘el hombre de goma’ por su estilo aéreo elástico y flexible al momento de ejecutar lances. Al revelar su identidad dio a conocer su nombre, Alejandro Cruz Ortiz. Mientras él y sus seguidores lamentaban la derrota, el Enmascarado de Plata celebraba la victoria rodeado por sus fans en una arena que se llenó para presenciar esa lucha.

Entre la amargura del vencido y la alegría del vencedor, algo pasó. ¿Qué? Desapareció la máscara de Black Shadow que ganó El Santo. Como por arte de magia, se esfumó. Nadie sabe, nadie supo qué ocurrió con exactitud. Un sinfín de anécdotas se han derivado para tratar de explicar qué sucedió. Mitos van, mitos vienen. Se ha contado que el mismo Alejandro Cruz se la apropió en un descuido de su rival, o que mandó a alguien para quitársela al plateado en una distracción. Versiones indican que se extravió en zona de vestidores cuando un aficionado aprovechó el tumulto de gente para robársela.

Lo único cierto es que El Santo volvió a casa sin esa careta. Fue la única que faltó en sus vitrinas. El Hijo del Santo ha declarado en reiteradas ocasiones que daría lo que fuera por saber el paradero de la máscara de Black Shadow. Rumores que han viajado a través del tiempo refieren que terminó en manos de un coleccionista extranjero. Pero no se ha podido confirmar esa información. También se llegó a decir que se vendió en el mercado negro a un fanático obsesionado con las máscaras mexicanas. Hay teorías disparatadas, ¿o no tanto?, que apuntan hacia Alejandro Cruz como el autor intelectual y material del robo de su capucha para resguardarla y venderla posteriormente cuando tuviera necesidades.

El caso ha sido tan fascinante que motivó a la creación de la novela El misterio de la máscara perdida, de Iván Farías. Es un libro que recurre al género policíaco para contar una ficción del comandante Garmabella y la encomienda de encontrar esa careta desaparecida minutos después de la histórica lucha efectuada en la Arena Coliseo. A pesar de lo ficticio, el texto retoma las leyendas que de boca en boca se han narrado para sacar posibles conclusiones del destino final de esa incógnita.

Hasta la fecha continúa siendo el artículo deportivo mexicano más buscado desde hace 80 años. Conforme han transcurrido las décadas, su valor se incrementó. En foros de lucha libre se comenta que hoy día costaría entre 10 y 20 millones de pesos. Asimismo, una de las teorías más ingratas acerca de su desenlace es que pudo terminar en la basura sin que alguna persona se diera cuenta de que era la máscara de Black Shadow.

¿Dónde estará? ¿Quién la tendrá? ¿Seguirá intacta? ¿Qué sucedió realmente la noche del 7 de noviembre de 1952? Las respuestas quedan en el aire. Sólo queda elegir la versión que más se aproxime a la idea que cada quien tenga sobre el misterio sin resolver más grande del deporte nacional.

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