Tras denuncias, Institutos Nacionales de Salud revisan estudio sobre Síndrome de La Habana

Una junta de revisión de los Institutos Nacionales de Salud está llevando a cabo una investigación interna de un estudio sobre el síndrome de La Habana que no encontró daño cerebral en los pacientes, luego de quejas de los participantes y preguntas del Congreso sobre nueva información que sugiere que Rusia podría estar detrás de los ataques con energía dirigida contra funcionarios estadounidenses.

El estudio, realizado entre junio de 2018 y noviembre de 2022, examinó a funcionarios estadounidenses en activo y retirados heridos en los incidentes misteriosos en todo el mundo asociados al síndrome de La Habana. Anteriormente, los funcionarios estadounidenses sospechaban que Rusia era el culpable, pero en marzo del año pasado, la comunidad de inteligencia publicó una evaluación en la que concluía que era poco probable que un adversario extranjero estuviera detrás de una campaña global de ataques contra Estados Unidos.

Artículos anteriores publicados por equipos de médicos que trataron a algunos de estos pacientes poco después de que comenzaron a sentirse enfermos encontraron que tenían lesiones en el cerebro y daños en el oído interno.

Sin embargo, los investigadores de los NIH dijeron que no pudieron encontrar evidencia de lesión cerebral después de estudiar las resonancias magnéticas y la sangre de los pacientes, resultados que publicaron en dos artículos en el Journal of the American Medical Association en marzo.

Eso no resolvió el debate sobre los “incidentes anómalos de salud”, como denomina el gobierno al Síndrome de La Habana.

Los científicos involucrados en otros proyectos de investigación sobre el síndrome de La Habana cuestionaron inmediatamente esos resultados, señalando fallas en la metodología del nuevo estudio y en la muestra de pacientes.

Algunos participantes también acusaron a los funcionarios e investigadores de los NIH involucrados en el estudio de parcialidad, de informar erróneamente los datos sobre lesiones cerebrales bajo presión de la CIA y de compartir indebidamente información médica confidencial, según una queja formal enviada a los Institutos Nacionales de Salud y su Junta de Revisión Institucional antes de que los resultados se hicieran públicos. La denuncia, reportada por primera vez por el Miami Herald, también dice que los pacientes fueron obligados a participar en el estudio y se les dijo que no podrían recibir tratamiento en otro lugar si se negaban.

Los Institutos Nacionales de Salud siguieron adelante con la publicación de los artículos, pero la semana pasada, Nicole Grant, presidenta de la Junta de Revisión Institucional de los NIH, envió un correo electrónico a los participantes dando acuse de recibo de la queja y solicitando que completaran un formulario con más información.

“Hemos recibido una queja sobre un estudio realizado por nuestros investigadores”, escribió Grant. “Nos gustaría saber si tiene alguna inquietud”.

El formulario pregunta a los participantes si se sintieron “presionados” para participar o permanecer en el estudio; si se les hizo creer que era necesaria la participación para poder recibir atención médica en otro centro médico, y si creían que la información médica recopilada durante el estudio que los podría identificar se compartió con otros sin su permiso.

“¿Alguna vez le dijeron o le dieron la impresión de que el personal de los NIH que lo estaba evaluando no registraría con precisión sus síntomas?” es otra pregunta que se hace a los participantes.

El formulario también pide a los pacientes que aclaren si el personal de los NIH o de otras agencias gubernamentales estuvo involucrado en estos supuestos incidentes y que proporcionen los nombres del personal de los institutos involucrado.

Los Institutos Nacionales de Salud no respondieron de inmediato a una solicitud de comentarios.

Víctimas del síndrome de La Habana dijeron al Herald que vieron la publicación del estudio –dos semanas antes de la transmisión programada de un segmento de 60 minutos de la CBS con información sobre la posible participación rusa en estos incidentes– como parte de un esfuerzo del gobierno para contener las críticas.

En el informe de la CBS emitido el 31 de marzo, el ex investigador principal del Síndrome de La Habana en el Pentágono dijo que Rusia estaba detrás de los ataques contra funcionarios estadounidenses. Una investigación detallada en The Insider, un medio de comunicación de exiliados rusos que se asoció con CBS 60 Minutes y la revista alemana Der Spiegel, utilizó datos de geolocalización de los teléfonos y datos de viajes para vincular a miembros de una unidad militar secreta rusa con algunos de estos incidentes del Síndrome de La Habana en Europa.

Poco después, el Comité de Inteligencia del Senado formuló preguntas sobre esa información a las agencias de inteligencia estadounidenses. La semana pasada, el 12 de abril, un grupo bipartidista de senadores liderado por Jeanne Shaheen (D-NH) y Susan Collins (R-ME), quienes presentaron la Ley de La Habana, una ley que garantiza pagos a las víctimas del Síndrome de La Habana que fue aprobada en 2021, escribió al presidente Joe Biden solicitando un informe de inteligencia y pidiendo “una evaluación renovada por parte del gobierno de Estados Unidos” de estos incidentes a la luz de la nueva información.

“A pesar de nuestros esfuerzos para brindar apoyo a las personas afectadas y avanzar en la legislación para garantizar que exista una respuesta interinstitucional para llegar a la raíz de lo que está causando raíz estos incidentes, estamos frustrados porque este fenómeno no se resuelve”, escribieron los senadores en la carta. Instaron al presidente Biden a “renovar los esfuerzos para identificar la causa detrás del ataque de energía dirigida y solicitar que la administración inicie una revisión de la Evaluación de la Comunidad de Inteligencia de marzo de 2023” de los incidentes de salud anómalos.

Hasta ahora, ni los informes de los medios ni los llamados del Congreso han modificado la posición del gobierno de Estados Unidos en apoyo de la evaluación, concluyendo que los incidentes no son ataques de un adversario extranjero.

Según una fuente que estaba al tanto del mensaje, William Burns, director de la CIA, dijo a los empleados en un memorando interno del 15 de abril que la agencia seguía apoyando la evaluación de marzo de 2023.