Demanda por el "caviar" de Asia presiona exportación de aletas de tiburón desde Perú

Por Marco Aquino y Sebastian Castaneda

TUMBES, Perú, 5 jun (Reuters) - En un mercado en el norte de Perú, en la frontera con Ecuador, algunos comerciantes reciben en triciclos motorizados tiburones mutilados para llevarlos a sus puestos de venta.

Casi toda su carne será consumida por habitantes en el país andino, pero las aletas de tiburón cercenadas antes por pescadores terminarán al otro lado del planeta, en Asia.

La región peruana de Tumbes se ha convertido en un centro de acopio de tiburones, que llegan mayormente desde Ecuador de forma legal o ilegal, en medio de una fuerte demanda en China donde un plato de sopa de aletas de tiburón -un tradicional manjar para la élite- puede costar más de 200 dólares.

"Es por estatus, así como en el occidente se come el caviar, en el oriente se come sopa de tiburón", dijo Alicia Kuroiwa, bióloga marina y experta en tiburones de OCEANA, un organismo internacional dedicado a proteger los océanos.

En poco más de una década, Perú casi ha triplicado su venta de aletas de tiburón a un récord de 400 toneladas en el 2021, convirtiendo al país como el mayor exportador mundial del producto, de acuerdo a datos recopilados por OCEANA.

El envío de aletas se redujo a 339 toneladas en el 2022, debido a un mayor escrutinio global sobre su comercio.

En noviembre del año pasado, 184 países u organizaciones que forman el tratado más importante sobre la protección de especies a nivel mundial (CITES) ampliaron la regulación del comercio de aletas y carne de 54 especies de tiburones, de los cuales 19 están "en peligro, o peligro crítico de extinción".

Kuroiwa dice que alrededor del 75% de las aletas exportadas desde Perú provienen de Ecuador. En su mayoría ingresan por tierra en camiones frigoríficos de forma legal y también de contrabando por zonas de frontera de poca vigilancia, agregó.

A diferencia de Perú, en Ecuador está prohibida la captura de tiburones, pero sus pescadores lo llevan hasta la costa alegando que cayeron en sus redes de forma "incidental" o involuntaria, lo que permite su comercialización, según autoridades de ambas naciones consultadas sobre el tema.

LA PESCA Y EL CLIMA

La bióloga Kuroiwa dijo que la pesca de tiburones "es cara" porque ésta se hace en alta mar, pero es lucrativo por el precio que se paga por sus aletas. "Hay de especies que pueden costar hasta unos 1.000 dólares en kilo en Hong Kong", indicó.

Mientras exista en el mercado internacional una gran demanda por sus aletas, la sobrevivencia del tiburón permanecerá en peligro, señaló al respecto la bióloga marina Adriana González.

"Tenemos al país con más población en el planeta queriendo consumirlo, la demanda es brutal. Los chinos han ido a todos los mercados porque ellos no se pueden abastecer; y en Perú hay una ruta comercial muy fuerte de aletas", dijo la experta.

Su captura indiscriminada en Perú y Ecuador está amenazando en sus mares el futuro de las especies de tiburones "zorro", "azul", "mako", "martillo" y "toyo", entre otros, agregó.

El caso del toyo es especial porque su carne también se consume en Perú en su plato de bandera, el ceviche. "Y muchos no saben que comen así una especie de tiburón", subrayó.

González refirió que el cambio climático está perturbando el comportamiento de los tiburones, y algunos aparecieron en abril "desorientados" frente a la costa de esta zona del Pacífico.

La presencia inusual de tiburones cerca al litoral peruano "suele estar relacionada con incrementos de la temperatura del mar", informó el Instituto del Mar del Perú en un comunicado.

En los primeros meses del año el calor en el norte de Perú aumentó por encima de sus niveles habituales y el Gobierno ha advertido un posible fenómeno climatológico de El Niño, caraterizado por un incremento inesperado de la temperatura de la superficie del océano Pacífico.

En una caleta de la localidad de Zorritos, en Tumbes, los pescadores artesanales han mostrado su preocupación por la poca presencia de tiburones fuera de costa donde realizan la captura. "Se han ausentado por motivos de que las aguas están recontra calientes", manifestó el pescador Edgardo Cruz.

(Reportes de Marco Aquino y Sebastián Castañeda. Reporte adicional de Alexandra Valencia desde Quito. Editado por Marion Giraldo)