Así es como los demócratas utilizaron el debate del aborto para frenar una ola republicana

Una defensora del derecho al aborto se manifiesta en Taylor, Míchigan, el jueves, 3 de noviembre de 2022. (Emily Elconin/The New York Times).
Una defensora del derecho al aborto se manifiesta en Taylor, Míchigan, el jueves, 3 de noviembre de 2022. (Emily Elconin/The New York Times).

Durante meses, parecía que las elecciones de medio mandato eran un enfrentamiento entre precios al alza, preocupaciones de seguridad pública y temores de una recesión inminente.

Sin embargo, otro tema transversal demostró tener casi el mismo peso para los votantes: el derecho al aborto.

En las primeras elecciones importantes desde que la Corte Suprema anuló el caso que durante casi medio siglo garantizó un derecho federal al aborto, este derecho cobró prominencia e impulsó a los demócratas a la victoria en Virginia, Minnesota, Míchigan y Nuevo México.

Los electores de tres estados —California, Vermont y el tan disputado Míchigan— decidieron proteger el derecho al aborto en las constituciones de sus estados. En una cuarta jurisdicción, Kentucky, bastión conservador y hogar de Mitch McConnell, el líder republicano en el Senado, los votantes rechazaron una enmienda que señalaba que su constitución no otorgaba ningún derecho al aborto.

Durante décadas, la política en torno al aborto funcionó de cierta forma, es decir, movilizaba a la base republicana y a los opositores del aborto con mucha más intensidad que a los defensores del derecho al aborto. Los evangélicos y católicos conservadores a menudo votaban con base en el tema del aborto, o el futuro de la Corte Suprema, aunque esto implicara sacrificar otras prioridades.

No obstante, la anulación del caso Roe contra Wade parece haber invertido los papeles. En los meses transcurridos desde el fallo en junio, los demócratas han encauzado el tema, al vincular el aborto con la economía familiar cotidiana y la atención médica, y al apelar a los miedos de los electores sobre el ascenso de republicanos de extrema derecha. Incorporaron el tema en mensajes demócratas más generales que planteaban las elecciones como un referendo sobre lo que describieron como los puntos de vista “extremos” de los republicanos, y no sobre el control del presidente Joe Biden y los demócratas en Washington.

“Todo se conectó en una misma plataforma”, comentó la representante demócrata de Colorado Diana DeGette, presidenta de larga data del Caucus Pro-Elección en la Cámara de Representantes, el miércoles por la mañana. “No fue como que pensamos: ‘Nuestro tema decisivo será el aborto’. Más bien, la gente pensaba: ‘Me preocupa la economía. Me preocupa que se nos arrebaten libertades’, y también les preocupaba la democracia”.

Un voluntario de campaña instala un cartel a favor de Charlie Crist, el candidato demócrata a la gubernatura, en Miami, el sábado, 5 de noviembre de 2022. (Scott McIntyre/The New York Times).
Un voluntario de campaña instala un cartel a favor de Charlie Crist, el candidato demócrata a la gubernatura, en Miami, el sábado, 5 de noviembre de 2022. (Scott McIntyre/The New York Times).

Aún no está claro el impacto total del mensaje. Las contiendas por la Cámara de Representantes y el Senado en el oeste del país aún no se decidían el 9 de noviembre, pues continuaba el conteo de votos, y el control de la Cámara Baja y Alta seguía en juego.

Pero los resultados hasta el momento son muestra de la batalla que les espera a los republicanos, quienes salen de esta elección divididos sobre un tema que desde hace mucho había sido una piedra angular de su partido. El ala socialmente conservadora del partido sigue decidida a promover su causa, pero ahora se enfrenta a un bloque republicano más dispuesto a ver los debates sobre las restricciones al aborto como una desventaja política.

“El movimiento provida tiene que mejorar su trabajo. El elemento político del movimiento provida debe reforzarse”, afirmó Frank Cannon, estratega político de larga trayectoria para la organización provida Lista Susan B. Anthony. “Sin eso, vamos a tener problemas”.

En Míchigan, el derecho al aborto propulsó la victoria de los demócratas en ambas cámaras de la legislatura y la reelección de la gobernadora Gretchen Whitmer, dándole al partido una trifecta de poder en el estado por primera vez en 40 años. En Pensilvania, el partido ganó un escaño en el Senado y la mansión de la gubernatura.

Las encuestas de salida realizadas por las cadenas televisivas y Edison Research mostraron que, en Pensilvania, el aborto superó a la economía como el tema principal en la mente de los electores y, en Míchigan, casi la mitad de todos los votantes declaró que el aborto era su principal preocupación.

Esas victorias llegaron tras un tsunami publicitario a nivel nacional. En total, los demócratas invirtieron casi 500 millones de dólares en anuncios que mencionaban el aborto, más del doble de lo que gastaron en el segundo tema de mayor relevancia, la delincuencia, según AdImpact, una firma que da seguimiento a los anuncios.

Mientras se contaban los votos, algunos republicanos reconocieron cómo este tema había perjudicado sus posibilidades de ganar.

“Si perdimos a causa del aborto, un tema que no estaba en la papeleta, si perdimos porque yo soy provida, porque creo que toda vida tiene dignidad, estoy en paz con eso”, aseveró Matt Birk, el candidato republicano para teniente gobernador en Minnesota que perdió el 8 de noviembre, tras ser criticado por comentarios que hizo en el verano sobre el aborto y la violación.

Los republicanos lucharon durante décadas para anular el fallo Roe, pero nunca tuvieron que considerar qué ocurriría si en realidad lo lograban. Algunos miembros del partido de inmediato reconocieron el momento de la victoria como un momento de vulnerabilidad.

Cuando Penny Nance, presidenta del grupo político conservador Concerned Women for America, llamó al expresidente Donald Trump poco después del dictamen para agradecerle por los tres jueces que nombró a la Corte Suprema, él le dio una advertencia: “Pongan atención, esto podría tener un impacto en las elecciones de medio mandato”, recuerda que Trump le dijo.

Al poco tiempo de la decisión en junio, los comités del Partido Demócrata invirtieron en encuestas detalladas, con la esperanza de examinar a fondo qué tipo de mensaje era el más efectivo. Llegaron a una conclusión clara: el mensaje más potente para los demócratas era mantener una conversación amplia, retratar a los republicanos como partidarios de una prohibición nacional del aborto y evitar un debate sobre los detalles de los límites basados en semanas de gestación.

“No nos conviene debatir sobre las semanas de embarazo”, dijo Celinda Lake, encuestadora demócrata desde hace tiempo que realizó algunos de los sondeos. “La gente no sabe nada de matemáticas ni nada de biología”.

Los candidatos republicanos encontraron su propia estrategia: eliminar las posturas más nocivas en el ámbito político y tratar de invertir los papeles. En memorandos de estrategia y reuniones privadas, el partido instaba a los candidatos a describir a los demócratas como los extremistas, con afirmaciones de que sus contrincantes apoyaban “el aborto hasta el nacimiento”.

“Huirle al tema es una manera comprobada de perder. Los candidatos provida que quieran tener la oportunidad de ganar tienen que estar a la ofensiva y exponer las opiniones extremas de sus rivales”, aconsejó el Comité Nacional Republicano en un memorando sobre los mensajes de campaña.

Conforme se daban a conocer más resultados el 9 de noviembre, los conservadores sociales trataron de ver el lado positivo. Señalaron las victorias de candidatos que apoyan prohibiciones al aborto después de las 15 semanas de gestación, como el gobernador de Florida Ron DeSantis, el representante de Carolina del Norte Ted Budd, quien ganó su contienda por el Senado, y J.D. Vance, el senador electo en Ohio.

También dejaron claro que estas elecciones de medio mandato fueron la salva inicial de una nueva guerra… contra los demócratas y dentro de su propio partido.

“No hay forma de que cualquiera que se postule en 2024 no esté a favor de un límite federal”, concluyó Cannon. “Así que el mensaje republicano sobre este tema va a tener que cambiar”.

© 2022 The New York Times Company