Dejad en paz a Leonor. Es aún una niña. ¿Os imagináis el daño que le estáis haciendo?

Os estará viendo y leyendo. A todos. ¿Cómo no va a hacerlo? Aunque no quiera, la princesa Leonor se habrá dado hoy de bruces con todas las bromas que ha generado un desafortunadísimo titular periodístico que pretendía ser más cortesano que una genuflexión lamiendo el suelo y ha terminado siendo tan burdo que parece sacado de un medio satírico.

Este domingo, una niña de diecisiete años estará viendo las redes sociales, aún con dolor y visitas al baño, y habrá leído todas las burlas hacia su persona generadas por este titular: "La princesa Leonor, un ejemplo de profesionalidad, según los médicos, que tuvo que parar en un conocido restaurante de Cudillero por su indisposición".

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Ayer, la heredera estaba enferma. Una gastroenteritis. Todos hemos pasado por una. Yo misma, la semana pasada. Y todos sabemos no sólo lo mal que se pasa, sino las angustiosas carreras al baño cada vez que los intestinos o el estómago luchan por evacuar lo que les ha intoxicado. Si ya en tu propia casa es incómodo, imaginad lo que es estar fuera de ella. E intentad imaginar lo que es siendo una niña perseguida por las cámaras. Intentas aguantar porque todo el mundo te está mirando. Además, estás con tus padres, los reyes, y en un acto en el que tú eres la protagonista. Pero ya no puedes más. Tienes que ir al baño. Los escoltas buscan un restaurante. Todo el mundo va a saber lo que has ido a hacer allí. Pero no puedes más. Y, encima, el personal del local quiere hacerse una foto contigo. Te toca sonreír.

Lo haces.

Titula desafortunado de La nueva España.
Titula desafortunado de La nueva España.

Y hoy, te levantas con las burlas de miles de personas. Por muy heredera, por muy princesa, por muy hija de reyes, sólo eres una niña de diecisiete años con todas las inseguridades de la adolescencia, imaginando que todos tus amigos del colegio van a saber que tuviste que ir al baño en un bar deprisa y corriendo porque ya no podías más, y que la anécdota ha llenado las redes de burlas y chistes. Sólo por haber nacido en una familia concreta.

Luego nos llenamos la boca con el acoso y la salud mental. Con niños que se quitan la vida porque no pueden más.

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