Tres debates que pueden decidir el futuro de Estados Unidos | Opinión

Estamos a casi tres semanas de las elecciones intermedias. Tanto demócratas como republicanos de cepa van a apoyar, como siempre, al candidato de su partido político, aunque este sea tan inepto como Herschel Walker, quien aspira a ser senador de Georgia.

Las palabras de Dana Loesch, ex vocera de la Asociación Nacional de Rifle (NRA) y una republicana infatigable, manifestó claramente sobre el espíritu democrático de su partido político. “No me importa si Herschel Walker pagó por un aborto. Lo único que quiero es el control del Senado”.

Así, los duros de los dos partidos políticos ya saben a quién le van. Los que no saben son los indecisos y aquellos republicanos o demócratas que, por una cuestión de política o carácter del candidato, todavía se encuentran en limbo.

Para esos indecisos, el debate se convierte en la última instancia, a través del cual solidifican su voto. Si hasta ese momento no logran decidirse, entonces votan en blanco o simplemente se quedan en casa.

En este sentido, todo depende de cómo se desenvuelve el candidato en frente del pódium en el debate. También cuenta cómo se comporta, cómo se expresa y el tono que emplea en el momento de tomar la palabra. Por supuesto que el lenguaje corporal también es importante.

En Georgia, Raphael Warnock y Herschel Walker presentaron sus proyectos en un debate que causó bastante expectativa a nivel nacional. Warnock se mostró seguro de sí mismo, aunque no muy expresivo. Walker, por su parte, necesitaba de este momento para salir adelante. Respondió de acuerdo a sus capacidades, pero su actitud, su insensatez y su apego al amarillismo —esta vez mostró una placa de policía en frente de las cámaras— acabó por acercarlo a la cripta política.

Por su parte, en el debate por la gobernación de Georgia, el actual gobernador Brian Kemp se mostró sólido en el momento de dirigirse al público. Atacó directamente la postura de Stacey Abrams y la alineó con las políticas económicas del presidente Biden, a quien considera culpable por los problemas de inflación del país.

Abrams no se quedó atrás; tuvo una buena noche de debate. Se mostró coherente, inteligente y conocedora de los problemas de Georgia. Atacó a Kemp por sus políticas que reducen la participación política de los grupos minoritarios, como también su falta de apoyo al derecho de la mujer al aborto.

El senador republicano de Florida Marco Rubio y la congresista demócrata Val Demings se dieron con todo para mantener o cambiar el rumbo de las encuestas, respectivamente. Creo que Demings fue más asertiva que Rubio, aunque es difícil cambiar el espíritu de un estado que día a día vira hacia la extrema derecha.

Humberto Caspa, Ph.D. es un investigador de Economics On The Move. E-mail: hcletters@yahoo.com.