Debate en Miami ofrece a DeSantis oportunidad de cambiar de trayectoria en el aniversario de su gran triunfo del 2022

El gobernador Ron DeSantis, durante una conferencia de prensa en la secundaria Christopher Columbu el 27 de marzo de 2023 en Miami.

Hace exactamente 12 meses, el 8 de noviembre de 2022, las perspectivas de DeSantis como político se lanzaron a la estratosfera cuando ganó un segundo mandato en la mansión del gobernador de la Florida por más de 19 puntos porcentuales.

Para muchos republicanos, los resultados en la Florida fueron prueba suficiente de que DeSantis era algo más que un titular popular, era material para la Casa Blanca, una opinión reflejada en las encuestas que lo mostraban cerca del ex presidente Donald Trump.

sin embargo, un año después DeSantis está a punto de llegar al escenario del debate en Miami sin Trump, que está tan por delante en las encuestas nacionales que ha optado en su lugar por celebrar un mitin al otro lado de la ciudad, mientras se aferra a su argumento de que DeSantis y todos los otros contendientes deben abandonar la campaña y apoyarlo.

Para algunos republicanos, el arco político de DeSantis se debe a varios errores y oportunidades perdidas. Para otros, es una lección sobre los riesgos de enfrentar a Trump por el apoyo de un Partido Republicano que sigue firmemente en sus manos.

“Su posición en el ecosistema republicano subió y bajó con el favor de Trump”, dijo Rick Wilson, ex estratega del Partido Republicano y cofundador del grupo antiTrump The Lincoln Project. “Es genial cuando estás bajo los efectos de la droga de Trump, pero en el momento en que se pasan, tu vida cambia mal y rápidamente”.

Este es un vistazo a algunos de los factores clave que han influido en el ascenso y la caída de DeSantis, y a si él puede volver a ponerse en pie.

Esperar demasiado

Aunque el interés de DeSantis por postularse a la Casa Blanca era ampliamente conocido antes de su reelección, no anunció formalmente su campaña presidencial hasta mayo, esperando hasta el final del período de sesiones legislativas estatales de la Florida. La espera le permitió usar la política de la Florida para reforzar su currículo de cara a la temporada electoral, pero también permitió al equipo de Trump aprovecharse de la situación.

Durante el período de amortiguación antes que DeSantis anunciara formalmente su candidatura a la presidencia, fue blanco del equipo de Trump en numerosos frentes. No solo un superPAC alineado con Trump acusó a DeSantis de llevar a cabo una campaña en la sombra y de emprender acciones legales, sino que el equipo de Trump desplegó una avalancha de ataques negativos contra DeSantis, ataques que durante un tiempo quedaron en gran medida sin respuesta.

Mientras DeSantis esperaba para lanzar su candidatura, Trump también se aseguró el apoyo de la mayoría de los miembros del Congreso de la Florida, un hecho que enfatizó a principios de este año mientras DeSantis se reunía con legisladores en Washington.

Lanzamiento problemático

Cuando DeSantis finalmente lanzó su campaña, el despegue fue turbulento.

El gobernador de la Florida decidió hacer su anuncio con Elon Musk en la plataforma de redes sociales X con una herramienta previa en la aplicación llamada Spaces. En el momento del evento, alrededor de medio millón de personas sintonizaron la trasmisión de audio, lo que desbordó los servidores y provocó que el anuncio tuviera fallos y estuviera lleno de silencios incómodos.

Las encuestas públicas de la época sugieren que el arranque de campaña de DeSantis no contribuyó mucho a mejorar sus perspectivas frente a Trump. A menudo registró un 30% de apoyo o más en las encuestas públicas a principios de año, pero comenzó a desvanecerse durante el verano.

Encausamientos contra Trump

Uno de los mayores factores que ha influido en las primarias presidenciales republicanas ha estado completamente fuera del control de DeSantis: los encausamientos penales presentados contra el ex presidente.

Las encuestas públicas muestran que la posición de Trump entre los electores de las primarias republicanas se disparó, y la de DeSantis bajó, tras el primero de los cuatro encausamientos históricos presentados contra Trump. Los encausamientos han pesado sobre las finanzas de Trump. Pero en los meses transcurridos desde que se convirtió en el primer ex presidente de Estados Unidos acusado de un delito, la trayectoria de Trump ha ido en ascenso, y la de DeSantis, en declive.

Gasto rápido

No pasó mucho tiempo en la campaña de DeSantis cuando empezaron a acumularse las señales de alarma. A pesar de recaudar más que sus rivales republicanos en sus primeras seis semanas de campaña, gastó el dinero rápidamente gracias a un personal de campaña inflado, una afición por viajar en jet privado y altos honorarios de consultoría.

El rápido ritmo de gasto hizo saltar las alarmas en la campaña del gobernador. Los principales donantes y recaudadores de fondos republicanos se preguntaron cuánto tiempo pudiera mantenerse su operación y presionaron a funcionarios de la campaña para que emprendieran acciones rápidas.

La respuesta fue astuta: DeSantis despidió a aproximadamente un tercio de su personal —que en su apogeo había llegado a casi 100 personas— y cambió a su directora de campaña Generra Peck por un asistente de confianza pero sin experiencia de su oficina de gobernador, James Uthmeier.

El resultado fue una operación racionalizada que dependía en mayor medida del superPAC Never Back Down, favorable a DeSantis, que inició una serie de giras en autobús al estilo de la campaña que incluían frecuentes presentaciones del gobernador y ayudaron a aliviar la carga del aparato formal de la campaña de DeSantis.

El esfuerzo por recortar gastos, sin embargo, resultó difícil para la campaña. En el tercer trimestre del año, que abarcó desde el 1 de julio hasta el 30 de septiembre, el equipo de DeSantis gastó casi tanto como recaudó. Y aunque todavía tiene $12.3 millones en el banco, según sus declaraciones federales más recientes, solo unos $5 millones de esa cantidad se pueden usar en las primarias republicanas.

Aumenta la presión financiera el hecho de que la mayor parte del dinero que DeSantis ha recaudado durante su campaña ha venido de donantes que tienen prohibido contribuir más a él en las primarias, debido a los límites federales que limitan la cantidad a $3,300 por persona.

¿Puede darle la vuelta?

A poco más de dos meses de que comience la votación en la contienda por la nominación republicana de 2024, hay una creciente urgencia para que el equipo de DeSantis dé la vuelta a las cosas.

El gobernador de la Florida y sus aliados han apostado prácticamente todo a un final sólido en los caucus de Iowa, creyendo que una buena actuación allí le ayudará a catapultarse a posteriores victorias en otros estados clave, como Nueva Hampshire y Carolina del Sur. El lunes, la gobernadora de Iowa, Kim Reynolds, dio su apoyo a la campaña de DeSantis, una acción inusual para un gobernador de Iowa en ejercicio, pero que fue buscado agresivamente por DeSantis.

DeSantis también llegó a las ondas en Iowa la semana pasada, dando inicio a una campaña publicitaria antes de lo previsto. Su campaña atribuyó esa decisión a un “fuerte ritmo de recaudación de fondos en el cuarto trimestre”.

Aun así, las perspectivas políticas de DeSantis parecen inciertas. Las encuestas lo muestran detrás de Trump por márgenes de dos dígitos en Iowa, y una encuesta reciente del Des Moines Register lo encontró empatado con Haley en segundo lugar. En Nueva Hampshire y Carolina del Sur, el segundo y tercer estado en votar, respectivamente, encuestas recientes han mostrado a DeSantis en tercer lugar en las primarias.

Eso no ha impedido al equipo de DeSantis argumentar que las primarias siguen siendo una contienda de dos hombres entre él y Trump. En un memorando de campaña del 6 de noviembre, los principales funcionarios de la campaña de DeSantis reconocieron que habían pasado por un “verano increíblemente tumultuoso”, pero que desde entonces “se ha recuperado”.

El memorando también argumenta que DeSantis es la “única alternativa” a Trump y está bien preparado para aprovechar lo que esperan que sea una fuerte actuación en el caucus de Iowa.

“Esta siempre ha sido y sigue siendo una contienda de dos personas en Iowa entre Trump y DeSantis”, dice en el memorando. “Ningún otro candidato tiene el amplio atractivo del mensaje, el alcance político y la capacidad organizativa para escalar a los niveles necesarios para desafiar de manera realista a Trump”.

Y sus aliados dicen que es hora de que los candidatos y sus partidarios se unan detrás de una alternativa clara al ex presidente.

“Esta es una contienda que se va a decidir por la voluntad de estos candidatos de consolidarse en torno a un solo individuo”, dijo Jason Osborne, líder de la mayoría de la Cámara de Representantes del estado de Nueva Hampshire, que ha respaldado a DeSantis. “Y si se unen y deciden cuál de ellos será el hombre o la mujer, entonces ganarán. Y si no lo hacen, ganará Trump. Siempre será así”.

Otros se muestran escépticos de que DeSantis pueda dar la vuelta a la situación, dada la enorme ventaja de Trump en prácticamente todos los estados.

“Desafortunadamente, Donald Trump está liderando en casi todos los estados por entre 30 y 50 puntos”, dijo Wilson, cofundador del Lincoln Project. “No veo cómo [DeSantis] logre un gran avance con los recursos que tiene con el tiempo que tiene”.