Díaz-Canel dice en la ONU que la deuda arrastra a los países en desarollo a un ‘abismo’

El pago de la deuda externa está arrastrando a los países en desarrollo a un “abismo”, el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel dijo el miércoles en declaraciones en una conferencia sobre financiamiento de deuda en Naciones Unidas, en momentos en que el propio país caribeño incumplió los pagos a un grupo de acreedores.

“Se necesitan acciones inmediatas para enfrentar con urgencia a la deuda externa insostenible que arrastra la mayoría de las naciones en desarrollo hacia un abismo en el mundo”, dijo Díaz-Canel en un breve discurso en una conferencia sobre Financiamiento para el Desarrollo.

Hablando como presidente temporal del G-77 más China, un grupo de 134 naciones miembros de Naciones Unidas que se reunió recientemente en La Habana, pidió “una solución inclusiva y efectiva con la participación de todos los acreedores para que los países del sur pueden invertir en su desarrollo”.

La forma en que funcionan las instituciones financieras internacionales, como el Fondo Monetario Internacional, debe reformarse “ya que el sistema de votaciones basado en poder económico financiero no es ya sostenible”, dijo Díaz-Canel, haciéndose eco de los llamados de otros mandatarios para aumentar la participación de las naciones en desarrollo en la toma de decisiones.

Los oradores del evento destacaron que la pandemia de COVID-19, el cambio climático, el aumento de la pobreza y las crisis económicas han hecho que la financiación para el desarrollo sea un objetivo más difícil pero urgente.

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Cuba es particularmente vulnerable en ese frente porque el país comunista ha sido excluido de instituciones financieras internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

Hace décadas, bajo el gobierno de Fidel Castro, Cuba incumplió su deuda externa, que él declaró “impagable”. Pero más tarde el país obtuvo alivio de la deuda de Rusia y 14 naciones del Club de París, un grupo de los países más ricos del mundo.

El grupo acordó cancelar $8,500 millones en pagos de intereses vencidos a cambio de la promesa de Cuba de pagar $2,600 millones de la deuda original (incumplida por primera vez en 1986) durante 18 años hasta 2033. El grupo de acreedores incluye a Australia, Austria y Bélgica, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Francia, Italia, Japón, Países Bajos, España, Suecia, Suiza y Gran Bretaña.

El acuerdo de 2015 con el Club de París, después de que Estados Unidos restableciera relaciones diplomáticas con Cuba, fue visto como un primer paso para una futura incorporación de Cuba nuevamente al sistema financiero internacional.

Pero el país ha incumplido sus pagos desde 2019 y desde entonces ha tratado de obtener algún alivio. En septiembre, representantes del Club de París viajaron a La Habana y los funcionarios cubanos volvieron a pedir una moratoria, culpando a las sanciones estadounidenses y a la pandemia por los retrasos.

“Reitero la voluntad del gobierno cubano de honrar los compromisos asumidos con nuestros acreedores” cuando las condiciones mejoren para la isla, dijo el ministro de Comercio Exterior, Ricardo Cabrisas, en un video del encuentro transmitido por la televisión estatal cubana.

El país también está batallando contra una demanda en un tribunal del Reino Unido por parte de la firma de inversiones CRF-I Ltd por dos préstamos impagos de $78 millones en un caso contra el ex banco central Banco Nacional de Cuba.

Los expertos coinciden en que es poco probable que Cuba pueda cumplir con sus compromisos de deuda, ya que el país atraviesa una de sus peores crisis económicas. La economía no se ha recuperado de la pandemia, el turismo no ha levantado, la ayuda de Venezuela ha disminuido y los cambios en cómo se canalizan las remesas a la isla, tras las sanciones impuestas por Donald Trump a entidades financieras de propiedad militar, han reducido significativamente el dinero que va a las arcas del gobierno.

Aunque el gobierno mantiene en secreto sus reservas de divisas, el exministro de Economía José Luis Rodríguez informó que las reservas internacionales de Cuba ascendieron a $11,528 millones en 2019 en una columna publicada en el sitio oficial de noticias Cubadebate. Según Rodríguez, esa cifra disminuyó otros $2,500 millones hasta 2021.

Pero la renuencia del gobierno a implementar reformas de mercado urgentes y cambios legales para atraer inversión extranjera es un obstáculo importante para el desarrollo del país.

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En 2011, el ahora general retirado Raúl Castro planteó algunas reformas pero no logró cumplir el plan aprobado por el Partido Comunista. A las autoridades cubanas les tomó otra década autorizar a los cubanos a poseer pequeñas y medianas empresas. Desde entonces, se han convertido en importantes importadores de alimentos y suministros básicos, y son responsables del 50% del tráfico de contenedores a Cuba desde Estados Unidos, dijo una funcionaria de la administración de Joe Biden al Miami Herald. Pero varias restricciones, incluidas las limitaciones al uso de efectivo, están amenazando su crecimiento.

El gobierno aún tiene que autorizar las inversiones extranjeras en estas empresas privadas y ha señalado que no cambiará sus leyes para ofrecer protecciones estándar a los inversores extranjeros.

No está claro qué impide que el gobierno cubano actúe con urgencia para abordar la crisis de la deuda y de su economía.

Aún así, Díaz-Canel dijo que espera que el evento del miércoles ayude a fomentar “urgentemente la voluntad política para implementar lo que todos sabemos que es necesario para sobrepasar una de las crisis más complejas de las que ha sido testigo la humanidad en la historia moderna”.