Día de la Salud Mental: un estudio reveló la principal causa de estrés en la Argentina y qué grupo etario lo sufre más
En el Día Mundial de la Salud Mental, la consultora Voices! difundió un estudio global de opinión pública sobre distintos aspectos que son parte integral de la salud. Entre los temas relevados, hicieron foco en dos grandes aspectos vinculados directamente con la salud mental: la autoevaluación del estrés y del sueño.
Entre las principales conclusiones a las que abordó el estudio, que fue realizado junto a WIN Internacional en 39 países, se indica que el principal motivo de estrés en el mundo es el trabajo, seguido por la falta de dinero, con algunas diferencias de acuerdo a la región geográfica donde se encuentra la persona consultada. Luego aparece la familia, la salud, los cambios en la vida (como una mudanza o un cambio de trabajo), los desastres ambientales y las guerras.
Sin embargo, en la Argentina esta preocupación se invierte, ya que la principal causa de estrés es la falta de dinero (29%), seguida por el trabajo (21%).
Calificación negativa del nivel de estrés, por país
TOTAL
32%
PERÚ
59%
ARGENTINA
54%
NIGERIA
51%
LAOS
50%
ECUADOR
46%
GRECIA
43%
SERBIA
40%
JAPÓN
38%
POLONIA
37%
IRÁN
37%
FRANCIA
36%
AMÉRICAS
36%
CHILE
35%
REINO UNIDO
35%
HONG KONG
35%
TURQUÍA
35%
ESPAÑA
34%
ALEMANIA
34%
C. DE MARFIL
33%
BÉLGICA
32%
ITALIA
32%
COREA DEL SUR
32%
IRLANDA
31%
CANADÁ
31%
EE. UU.
30%
SUECIA
29%
ESLOVENIA
29%
CROACIA
29%
BRASIL
28%
PALESTINA
28%
FILIPINAS
28%
PAÍSES BAJOS
25%
MALASIA
25%
FINLANDIA
24%
INDIA
22%
PAKISTÁN
14%
MÉXICO
11%
VIETNAM
11%
INDONESIA
7%
PARAGUAY
3%
Fuente: Encuesta Global de WIN. VOICES! en Argentina. Base: 33.866 individuos.
Asimismo, la Argentina y Perú son los países que peor evalúan su nivel de estrés (54 y 59 por ciento respectivamente), con los jóvenes en primer lugar como el segmento más afectado seguido por las mujeres. Con estas cifras, Argentina se ubica 22 puntos por encima del promedio global en la percepción global de estrés, un indicador que en los últimos años empeoró en el país.
En números, la evaluación negativa del estrés en Argentina se dispara entre los jóvenes de 18 a 24 años (72 por ciento) y resulta muy elevada principalmente entre las mujeres (un 59 por ciento, y un 48 por ciento en varones) y los adultos de 25 a 34 años (60 por ciento).
Calidad del sueño
En relación con la evaluación de la calidad del sueño, a nivel global, tres de cada 10 encuestados a nivel global evaluó de forma negativa la calidad de su sueño. En la Argentina la cifra asciende a cuatro de cada 10 personas.
“La percepción del estrés va en línea con el aumento de las enfermedades mentales que más casos registra en los últimos años, que son la ansiedad y la depresión. En este sentido, hay estudios que indican que una de cada tres personas a lo largo de su vida puede sentir síntomas ansiosos o depresivos, algo que se desencadena generalmente con estresores psicosociales como pueden ser las dificultades económicas, la inestabilidad social y la incertidumbre política. En sociedades como las nuestras es cada vez más habitual recibir consultas por estas patologías, desencadenadas por el estrés, que muchas veces es crónico”, precisa a LA NACION Ricardo Corral, médico psiquiatra y Jefe de Departamento de Docencia e Investigación del Hospital Borda.
“Todo esto, a su vez, entra dentro de un círculo vicioso al que se suma el insomnio por el estado de alerta que se produce por los nervios del día, porque no se llega a fin de mes”, agrega el especialista.
Los jóvenes y el estrés
Constanza Cilley, directora ejecutiva de Voices!, en diálogo con LA NACION considera que “lo que más causa preocupación en nuestro país es la salud mental de los más jóvenes ya que vemos en varias métricas que son los más comprometidos, lo que demuestra que es imperativo pensar en políticas que tengan granularidad por edad y también por género. Se ha avanzado mucho en poner la salud mental en el eje de la agenda. Sin embargo, sigue siendo un tema tabú o difícil de abordar en algunos segmentos. Por ejemplo, cuatro de cada 10 jóvenes en argentinos declaran que hablar con sus amigos de salud mental les resulta incómodo”.
El dato surge de otro informe realizado por la misma consultora en el mes de julio, en el que se evaluaron cuáles son los temas que todavía causan mucha incomodidad al hablarlo entre jóvenes.
En este sentido, Corral analiza: “Si bien se avanzó mucho en la última década en relación con la reducción del estigma en la salud mental, todavía hay un gran camino por recorrer. Aún se ve lo mucho que cuesta hablar en las escuelas secundarias de los problemas de salud mental por la discriminación y la vergüenza que genera. La buena noticia es que hay tratamientos efectivos para la gran mayoría de las patologías si son agarradas a tiempo, por eso es fundamental que hablemos de salud mental y que dejemos de lado los prejuicios”.
Calificación negativa del nivel de estrés
Respuestas para MALO / MUY MALO Varones Mujeres
Edad
18-24
66%
78%
25-34
50%
70%
35-49
46%
60%
50-64
44%
45%
65 y +
29%
41%
Fuente: Encuesta Global de WIN. VOICES! en Argentina. Base: 1035 individuos.
A nivel global, el 32% por ciento de los encuestados califica como “bastante malo o muy malo” su nivel de estrés. Sin embargo, en la calificación global de este aspecto —a excepción de lo que sucede en Argentina—, indica una mejora significativa desde la edición anterior del estudio: crece 9 puntos la evaluación positiva del estrés (57% a 66%).
¿El principal motivo de estrés? En la Argentina la principal causa mencionada por los encuestados fue la falta de dinero, mencionada por un 29 por ciento. El trabajo ocupó el segundo lugar, con un 21 por ciento de las respuestas, mientras que el desempleo o la falta de empleo fue señalado por el 17 por ciento.
El informe revela que, a nivel global, en el 24 por ciento de los casos el trabajo es el actor principal que realmente lo estresó, seguido por un 21 por ciento, que indica el dinero como uno de los principales estresores.
En tercer lugar, aparece la familia, con 19 por ciento de menciones. Un poco más abajo aparece la salud, con 9 por ciento de menciones, la falta de empleo con 7 por ciento y los cambios en la vida con 6 por ciento, seguido por las guerras alrededor del mundo y los desastres ambientales con 4 y 2 por ciento respectivamente.
Al observar el estrés por región, encontramos que está presente en un 26 por ciento en África y en un 25 por ciento en América y Asia Pacífico. Europa, por su parte, está más preocupada por la salud y los cambios vitales, mientras que el 14 por cuento de la región de Medio Oriente y el Norte de África está estresado por las guerras en todo el mundo, y el 12 por ciento por sus familias.
La calidad del sueño
En la Argentina, el 60 por ciento de los consultados tiene una opinión positiva respecto de su propio sueño, mientras que 4 de cada 10 (36 por ciento) lo evalúa de forma negativa.
Al analizar los resultados sociodemográficos del informe, se ve que la evaluación negativa crece entre las mujeres (42 por ciento contra 30 por ciento entre los hombres) y entre los jóvenes de 18 a 24 años (42 por ciento contra el 29 por ciento entre los mayores de 65 años). Y, por el contrario, hay una evaluación positiva del sueño que crece entre los hombres argentinos (65 por ciento, frente al 55 por ciento en mujeres).
También se percibe que a mayor edad hay una mejor autopercepción del sueño: En los jóvenes de 18 a 24 años hay un 52 por ciento, entre los adultos de 25 a 49 años un 59 por ciento; un 64 por ciento entre los de 50 a 64 y alcanza a 68 por ciento entre las personas de más de 65 años.
Los niveles socio económicos y educativos también impactan: A mayor nivel educativo alcanzado se percibe una mejor calidad del sueño en un 58 por ciento entre los que poseen solo primaria completa, 59 por ciento entre aquellos que tienen estudios secundarios y 66 por ciento entre los que completaron un nivel superior de estudios. En paralelo, también sucede ante un mayor nivel socioeconómico, con un 58 por ciento en DE, 61 por ciento en C2C3 y se dispara a 74 por ciento entre las personas del segmento ABC1.
“Para que una sociedad tenga mayores niveles de salud y se logre disminuir el desarrollo de patologías dentro de lo que se conoce como la Salud Mental, se necesitan tener garantizados los derechos básicos, entre los cuales no puede faltar una buena alimentación, el acceso a la salud, a la educación, a tener una vivienda y un trabajo digno y la posibilidad de hacer actividad física de manera regular”, dice Corral a modo de cierre.