Décadas de trabajo en la calle y una clave para atraer clientes en Lima

Por Marbella – Lima, Perú

Con un periódico en la mano. Así lo encuentras a José Zarate Laura cada vez que está a la espera de un cliente para sacarle brillo a su calzado. Son 35 años de sus 60 de edad que se dedica a esta actividad ubicado en la plazuela San Agustín en el Centro de Lima, Perú.

Uno de sus secretos para conseguir nuevos clientes, además de su excelente trabajo, está en mantener diversos temas de conversación mientras embetuna los zapatos de sus más de 20 clientes que recibe a diario.

La lectura es un instrumento que me ayuda a conseguir más clientes porque recibo a personas de diversos niveles socioeconómicos y mientras lustro su calzado les converso sobre política, deportes o lo que sucede en el mundo”, cuenta José con una sonrisa en el rostro.

Natal de Cusco, ciudad imperial ubicada al sureste del Perú, José llegó solo a la capital a los 17 años y empezó a trabajar como canillita (vendedor de periódicos), sin tener un lugar dónde dormir por las noches. Es así que tras intentar en varios trabajos para subsistir empezó como ayudante de un lustrador de zapatos quien le enseñó los trucos que más adelante le servirían para dejar relucientes los zapatos de sus clientes.

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Ocho años después, a sus 25 años, junto a un colega decidió colocar su pequeño puesto en la plaza que hasta hoy en sus días se mantiene presente desde las 7 de la mañana hasta las 7 de la noche.

“Una vez me puse a comentar sobre el mal desempeño de la selección peruana mientras le lustraba las botas a un señor que estaba leyendo su periódico. De pronto, veo que el señor deja de leer el diario y lo reconozco. Resultó ser el entrenador de la selección”, recuerda José como una de sus anécdotas más resultantes durante sus años de trabajo.

Al poco tiempo, su colega, decide retirarse del negocio, momento en el cual Zarate opta por continuar solo con su emprendimiento. Y es que poco a poco sus clientes fueron aumentando gracias a su buen trabajo.

En buenas épocas, es decir, más en invierno, puede llegar a atender entre 25 a 30 personas al día pero en la actualidad comparte su espacio de trabajo con un familiar.

“La lectura es elemental por eso cada vez que no estoy atendiendo a uno de mis clientes lo que hago es leer e investigar. Hace poco estuve leyendo acerca de una investigación científica. Recuerda ello que …”, continúa contando José mientras le saca brillo a sus ideas mientras se despide de su último cliente.

El caso de José es uno de los miles de trabajadores independientes que luchan día a día por salir adelante en un panorama laboral donde prima la informalidad o el trabajo por la izquierda –el 73% de la Población Económicamente Activa (PEA) en el país es informal, según datos del Instituto Peruano de Economía (IPE)-.

Además, Perú es uno de los países de Latinoamérica en los que más aumentaron los trabajadores independientes durante el año 2016, con un crecimiento del sector del 4,4%. En el resto de América Latina, el crecimiento del trabajo independiente lo lidera Ecuador con 10,9% seguido por Panamá con un 6% y en tercer lugar se ubica Chile con 5,5% durante el año pasado, según datos de la Cepal y Organización Internacional del Trabajo (OIT).