Yahoo Noticias La Cumbre de la OTAN da un respiro a Pedro Sánchez en su momento más crítico
Podría pensarse que la Cumbre de la OTAN que se celebra en Madrid entre los días 28 y 30 de junio supone un motivo de estrés para Pedro Sánchez y su Gobierno, ya que España tiene ante sí el reto de ejercer de perfecto anfitrión en un evento fundamental para el futuro del mundo en medio de la invasión de Rusia a Ucrania y la escalada de tensión. Sin embargo, en realidad la cita supone un respiro para el presidente en su momento más crítico.
Durante estos días la prensa solo habla de sus diferentes encuentros con los principales líderes mundiales y su labor como anfitrión de la cumbre.
En el primer día Sánchez recibió en La Moncloa a Joe Biden, con el que mostró buena sintonía y reforzó la alianza entre España y Estados Unidos, y a los primeros ministros de Australia, Nueva Zelanda e Islandia. También mantuvo un encuentro con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, además de asistir a la cena de bienvenida que los reyes ofrecieron en el Palacio Real.
En el segundo ha presidido la ceremonia de bienvenida oficial a los diferentes jefes de Estado y de Gobierno y tendrá un papel importante en las distintas sesiones del Consejo del Atlántico Norte, que se alargarán hasta el día 30, donde también se reunirá con Justin Trudeau, primer ministro de Canadá.
Todos estos actos tapan las últimas polémicas en las que estaba envuelto el Ejecutivo. La más reciente la de la masacre de Melilla, en la que al menos 23 inmigrantes subsaharianos (las ONG elevan la cifra a 37) murieron cuando trataban de saltar la valla. La actuación de la gendarmería marroquí fue muy cuestionada, aunque Sánchez aseguró que el problema había estado “bien resuelto” provocando las críticas de la oposición y de su socio de Gobierno, Unidas Podemos. Días después ha explicado que cuando dijo aquello no había visto las imágenes, pero no ha podido rebajar la polémica.
La crisis de la valla de Melilla ha supuesto también el último ejemplo de la tensión entre PSOE y Unidas Podemos. El pulso viene de largo, prácticamente desde el inicio de la legislatura, y ha tenido multitud de episodios y reproches públicos. Todo ello ha ido desgastando la coalición, aunque ambas formaciones mantienen que no habrá adelanto electoral.
Precisamente las malas perspectivas electorales son otro asunto preocupante para Sánchez. Los comicios en Andalucía del 19 de junio fueron la última prueba del complicado momento de la izquierda, con el Partido Popular logrando la mayoría absoluta, el PSOE el peor resultado de su historia y Por Andalucía y Adelante Andalucía obteniendo una representación mínima.
A todo ello hay que sumar la inflación, con los precios disparados en la electricidad, la gasolina y numerosos artículos de primera necesidad. En junio se disparó hasta el 10,2%, su máximo en 37 años.
Durante la Cumbre de la OTAN, todos estos asuntos quedan en un segundo plano, pero Sánchez tendrá que lidiar con ellos una vez se despida de los jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza Atlántica.
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