Cuernavaca y su "Avándaro" de 1973

CUERNAVACA, Mor., junio 17 (EL UNIVERSAL). – Cuernavaca, capital del estado de Morelos, fue una de las urbes más importantes para el rock mexicano en la década de los 70, y ahí se armó –el 17 de junio de 1973– el Festival de Música Moderna, con casi 20 agrupaciones, cientos de asistentes y mucha marihuana.

Fue proyecto de Producciones Álamos, con gran convocatoria para estudiantes y público en general. Como el rock era el género musical preferido por jóvenes rebeldes, se mantuvo relegado a hoyos "funky" y tocadas esporádicas.

"Unificar bajo el sentimiento del rock"

Pocos eventos musicales tuvieron un impacto tan importante como el obtenido por el Festival de Rock y Ruedas de Avándaro, en el Estado de México, realizado en septiembre de 1971, a pocos meses del "Halconazo" en la Ciudad de México.

Las autoridades disfrazaron el momento de represión, aprobando las tocadas multitudinarias para jóvenes. En palabras de Miguel Ángel Garnica, asistente del entonces gobernador de Morelos, Felipe Rivera Crespo, los festivales "deben seguir haciéndose, pero en orden. Incluso con la participación de padres de familia".

Para 1973, Producciones Álamos planificó el Festival de Música Moderna en Cuernavaca, con la intención de "unificar entre los jóvenes el sentimiento del rock, que es la expresión de libertad", según declaró un organizador anónimo a EL UNIVERSAL.

Debido a su cercanía con la Ciudad de México, y a la apertura de las autoridades para los eventos de rock, la capital de Morelos fue cuna de algunas agrupaciones. Según lo comenta Paco López, en su libro "Cartografía sonora", "los grupos rockeros de Cuernavaca se esforzaron en realizar material original, abordando temas alusivos al alucine con drogas".

En un principio, el lugar para el festival era el Jardín Borda, una casa colonial cercana al centro de Cuernavaca, pero las autoridades lo movieron al Lienzo del Charro, ubicado a 8 kilómetros al norte del punto inicial.

El cartel oficial contó con Three Souls in my Mind, Dug-Dug’s, Náhuatl y Peace and Love, aunque se presentaron muchas bandas más. La cita se pactó para el domingo 17 de junio de 1973, a partir de las 10 de la mañana y hasta las 10 de la noche.

No alcanzó el éxito de Avándaro

El concierto reunió a casi 5 mil asistentes, con un costo de 15 pesos por boleto. Aunque fue un mérito importante para los festivales de rock, no rebasó el fenómeno de Avándaro y sus más de 100 mil entradas.

Además, la organización del festival falló desde el inicio del concierto, y las bandas invitadas comenzaron a tocar varios minutos después de las 10 de la mañana. También el acceso al sitio se convirtió en un caos, pues decenas de vehículos bloquearon la avenida principal y, debido a ello, muchos de los asistentes y algunos de los grupos llegaron a instalarse después de las 3 de la tarde.