El cubano Yordan Álvarez vuelve a hundir su puñal en el corazón de Seattle, ¿por qué insisten en lanzarle?

Yordan Álvarez lo vuelve a hacer. Al slugger cubano no solo le bastó clavar una daga en el corazón de Seattle en el primer juego de la Serie Divisional de la Liga Americana, sino que volvió a hundir su puñal en el segundo desafío para poner a los Astros en la mejor posición posible en estos playoffs.

El gigante de Las Tunas sacó una bola del parque en la sexta entrada para borrar una diferencia mínima y darle a su equipo el jueves en la noche una victoria 4-2 que confirma un momento tan fabuloso que muchos se hacen una pregunta: ¿por qué se toman la molestia de lanzarle?

Si el cubano redondeó una temporada espectacular, sus dos primeras presentaciones en octubre no han podido ser más contundentes, porque en ambas ocasiones sus palos de vuelta entera sirvieron para voltear marcadores y partidos complicados.

Ciertamente, el del martes resultó más espectacular para dejar al campo a los Marineros, pero este resultó demoledor ante un Luis Castillo que venía realizando una sólida faena y que hasta el inicio de la sexta entrada solo había permitido dos indiscutibles, uno de ellos jonrón de Kyle Tucker en el segundo episodio.

Castillo había dominado a Álvarez en sus dos primeras comparecencias a la caja de bateo gracias a una combinación de sinkers, sliders y cambios, pero para el cubano eligió en su secuencia de lanzamientos una recta de cuatro costuras que el jardinero no perdonó.

Cuando la pelota voló por encima de la cerca de la pradera izquierda con un hombre en circulación, los miles de aficionados -entre ellos la familia del oriental- estallaron en júbilo, mientras Castillo hacía su mayor esfuerzo para contener un gesto de malestar.

En los corrillos de las Grandes Ligas muchos comentaban que el batazo de Álvarez no solo sirvió para asegurar el primer triunfo de Houston en la Serie Divisional, sino que su efecto tendría repercusiones negativas para Seattle durante el resto de los enfrentamientos.

En pocas palabras, mochos creyeron que los navegantes no podrían levantarse del golpe deportivo, pero sobre todo emocional de un choque en el cual estuvieron a nada de erigirse en vencedores, pero esta nueva derrota con otro bambinazo del cubano ya resulta demasiado.

El batazo de Álvarez validó una faena sólida del abridor dominicano Framber Valdez, quien sumó una apertura de calidad al admitir dos anotaciones de Seattle en 5.2 capítulos y aunque se vio en apuros durante varios momentos del encuentro, supo capear esos temporales y mantuvo a su equipo en juego.

Con esta segunda conexión de cuatro esquinas, Álvarez se unió a Corey Seager como los únicos peloteros que conectaron cuadrangulares en juegos consecutivos de playoffs en los últimos 20 años para poner delante a sus respectivos equipos en series divisionales.

Cuando Álvarez vino a consumir turno por cuarta vez en el juego, la pregunta volvió a flotar en Houston: ¿le van a lanzar? El manager Scott Servais respondió con un gesto desde el dogout: mostró cuatro dedos al relevista Andrés Muñoz, sin imaginar que Alex Bregman pegaría un metrallazo para remolcar la cuarta de los locales.

El pelotero antillano se convirtió en el primer jugador que recibe un boleto intencional con un corredor en primera base en la postemporada desde Barry Bonds en 2003.

Así que con el madero en la mano, con jonrón o base por bola, Álvarez sigue impactando las victorias de los Astros que ahora lucen gigantes antes de viajar a Seattle, donde cambiará la geografía de esta Serie Divisional, pero también cambiará la pregunta alrededor del cubano.