“Nos abandonaron”: Cubanos increpan a Díaz-Canel por respuesta del gobierno ante huracán

El dirigente cubano Miguel Díaz-Canel se reúne con pobladores de San Antonio del Sur, municipio de la provincia de Guantánamo devastado por el huracán Oscar.

La economía cubana continúa paralizada, con órdenes del gobierno de suspender todas las actividades hasta el domingo pese a las noticias de que el país volvió a conectar sus distintas regiones a la red eléctrica nacional tras su colapso el viernes pasado.

El Consejo de Defensa Nacional ordenó el cierre de todas las instituciones, incluidas escuelas e industrias, en un momento en que las autoridades aún luchan por restablecer por completo el suministro eléctrico en toda la isla y lidian con los daños que dejó el huracán Oscar en el este de Cuba, en su mayoría sin suministro eléctrico.

Apenas horas antes del primer apagón nacional el viernes por la mañana, provocado por una falla en una importante central térmica, el Primer Ministro del país había dicho que la economía de Cuba se había “paralizado” debido a la falta de petróleo y los extendidos cortes eléctricos.

Apagón en toda Cuba a horas de que gobierno declarara una ‘emergencia energética’

La noticia sobre la suspensión prolongada de las actividades compartió espacio en los medios estatales con fotos del gobernante cubano Miguel Díaz-Canel en uniforme militar, quien voló a la provincia oriental de Guantánamo para reunirse con los residentes de San Antonio del Sur, un municipio devastado por el huracán, tratando de frenar las críticas por la falta de apoyo del gobierno.

“No están solos ni abandonados. Cuba está en función de ustedes,” dijo Díaz-Canel en una reunión con algunos residentes, aparentemente respondiendo a varios comentarios dejados esta semana en las redes sociales y los sitios web de los medios estatales por residentes del área que se quejaron de la falta de información oportuna sobre el huracán y de haber sido abandonados a su suerte.

Pero a diferencia de otras ocasiones en que las autoridades cubanas controlan a la multitud en este tipo de encuentros semipreparados, los vecinos desesperados increparon directamente al líder cubano, como muestran los videos de los intercambios.

“Presidente, nos dejaron solitos con 29 niños; yo tuve que evacuar mis cinco niños, casi nos ahogamos,” le dijo un hombre con la voz quebrada. “Allí el gobierno, nos dejaron allí evacuados en una escuela especial y nos abandonaron, no había nadie”.

Cuando una mujer le dijo a Díaz-Canel que no había tomado agua en varios días y que no tenía alimentos para darle a una persona enferma que estaba cuidando, Díaz-Canel replicó que “nadie tiene la culpa de lo que pasó aquí.”

“Ahora para acá vienen alimentos, agua, leche y todo un grupo de brigada que van abriendo el camino para que haya paso,” dijo el gobernante cubano.

Más temprano el martes, la televisión estatal local Primada Visión informó sobre la visita de la viceprimera ministra Inés Marían Chapman a Baracoa, donde instó a los funcionarios del gobierno local a “publicar más fotos de lo que están haciendo los compañeros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias” y otros funcionarios para mostrar una respuesta gubernamental más contundente.

A pesar de que se intentó mostrar a Díaz-Canel y a varios funcionarios del gobierno recorriendo las zonas dañadas en Guantánamo el martes y miércoles, las imágenes de las autoridades distribuyendo ayuda y alimentos muy necesarios a las víctimas están notablemente ausentes en los medios estatales, mientras que las imágenes de las casas dañadas también son escasas.

Pero en las redes sociales, un dramático video de una familia aterrorizada atrapada por el agua que entró en su casa, pidiendo ayuda y maldiciendo al gobierno por no ofrecer ninguna, muestra un vistazo de lo que experimentaron los residentes mientras el huracán Oscar azotaba la zona con una lluvia sin precedentes.

“Aquí, si sigue creciendo nos vamos a ahogar y aquí no viene nadie,” dice una mujer con el agua hasta el pecho en el video publicado en un grupo en Facebook de compraventa en Guantánamo.

“Ni el partido ni el gobierno ha venido aquí a ver que está pasando” dice un hombre encaramado en lo que parece ser una de las paredes de la casa, mientras señala a un niño también subido a lo que parecía ser la parte de arriba de una litera.

“Se nos echó a perder todo, aquí en el país no hay gobierno,” dijo el hombre añadiendo una palabrota.

Otro video muestra a dos hombres nadando en una calle inundada para rescatar a varios vecinos.

El gobierno actualizó la cifra de muertos por la tormenta a siete. Seis personas, incluida una niña de cinco años y su madre, murieron en San Antonio del Sur, el municipio visitado por Díaz-Canel. Otra persona que aún no ha sido identificada murió en el cercano Imías, otro municipio que había quedado aislado después de que las inundaciones y los deslizamientos de tierra cortaran las comunicaciones terrestres.

Las autoridades cubanas no han dicho cómo murieron, pero informaron de graves inundaciones en la zona. Los dos municipios se construyeron en un estrecho valle en el lado sur de las montañas, por lo que el clima suele ser seco, pero la zona puede inundarse fácilmente si llueve fuerte rápidamente.

Un alto funcionario del Consejo Nacional de Defensa, el mayor César Eduardo Cross Licea, dijo en el programa de televisión Mesa Redonda el martes por la noche que miembros del ejército cubano y del Ministerio del Interior habían llevado a cabo alrededor de 500 operaciones de rescate en zonas inundadas. Medios estatales difundieron imágenes de algunos pacientes evacuados en helicópteros militares.

Según medios estatales, al menos 2282 viviendas perdieron sus techos, total o parcialmente, en Guantánamo y alrededor de 5000 personas permanecen evacuadas. Pero funcionarios del gobierno dijeron que todavía estaban tratando de evaluar los daños y acceder a municipios, como Imías, que, junto con Baracoa, permanecían inaccesibles por tierra el miércoles, según el ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila.

Aunque el este de Cuba permanece mayoritariamente sin electricidad, imágenes y videos han ido llegando lentamente desde esa región, mostrando que el huracán ha traído nuevos niveles de devastación a los cubanos que ya vivían en condiciones deplorables en Baracoa, Imías y San Antonio del Sur.

Imágenes publicadas por Roelvis Gainza, sacerdote metodista que pudo llegar a San Antonio del Sur para entregar alimentos y agua a sus residentes, muestran que las calles y casas de Imías han sido tomadas por un espeso lodo. Los residentes intentaban secar al aire los colchones y las pocas pertenencias que habían dejado en las calles y aceras. Una foto muestra a un miembro de la iglesia, cuya ropa y cuerpo también estaban manchados de barro, frente a sus pertenencias reducidas a un montón de basura.

Fotos publicadas por otro miembro de la iglesia metodista en Baracoa muestran varias casas precarias que perdieron techos y ventanas o se derrumbaron por completo.

Si bien la ayuda ha tardado en llegar, desde Miami, un representante de Katapulk, un supermercado en línea que entrega alimentos directamente a las personas en la isla, dijo que las ventas han aumentado en los últimos días a medida que los cubanos en Estados Unidos se han apresurado a ayudar a sus familiares.

La empresa ha continuado con las entregas a pesar de los apagones que han afectado a la isla y ha eliminado las tarifas de entrega en ciertas provincias, dijo el representante de la empresa.

En los grupos de chat, los dueños de negocios privados dicen estar preocupados por el desperdicio de alimentos cuando el gobierno ha dificultado la importación de alimentos al extranjero para las empresas privadas, pese a la grave crisis económica que atraviesa el país.

Muchos han tratado de seguir operando, pero les preocupa no poder seguir en el negocio por las pérdidas debido a la falta de electricidad, las bajas ventas y las restricciones gubernamentales.

“Acaban de extender la orden de que ninguna empresa estatal debe trabajar hasta el domingo. Y mientras el sector estatal está cerrado, nosotros, el sector privado, somos los que seguimos trabajando”, dijo un dueño de un negocio privado. “Es bueno recordarle al gobierno que en una crisis como esta, es el sector privado el que está contribuyendo y sirviendo a un sector de la población”.