Cuarentena. Alerta en las empresas por un eventual retroceso en la provincia de Buenos Aires

Las declaraciones del viceministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, acerca de que la cuarentena debería endurecerse y retroceder de fase en el área metropolitana cayeron como un balde de agua fría entre distintos empresarios, ya que se tendría que dar marcha atrás con actividades no esenciales que habían vuelto a funcionar en las últimas semanas.

De acuerdo con esto, asociaciones empresarias alertaron por miles de cierres de pymes y locales comerciales, mientras que otras estaban a la espera del anuncio oficial sobre el futuro del aislamiento por el Covid-19 porque el gobernador Axel Kicillof dijo que la decisión aún "no está tomada". Fuentes del sector automotriz y metalúrgico, en tanto, confiaban en que la industria no se viera afectada sino el comercio u otras actividades.

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En diálogo con LA NACION, Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos y presidente del Parque Industrial Plátanos en Berazategui, dijo que el 47% de las pymes industriales está concentrado en la provincia de Buenos Aires, de manera que el sector se vería "substancialmente afectado" si se vuelve a una cuarentena más estricta.

"En la Argentina hay 80.000 industrias, de las cuales el 3% son grandes empresas y el resto son pymes. De esas 80.000 digamos que más del 50% está en crisis y se concentran en su mayoría en Provincia donde la cuarentena no cesa. Es grave la situación porque se concentra donde más industrias hay en el país", afirmó.

En este sentido, dijo que le acercaron al Banco Central una propuesta para acceder a préstamos a tasa cero porque, además de los salarios, tienen que levantar cheques rechazados y pagar aguinaldos dentro de un mes, algo que solo podría hacer el 22,2% de acuerdo con un relevamiento que hicieron. Un 52,9% de las pymes industriales dice que no puede pagarlo, un 21,9% debería recurrir a un pago en cuotas y un 3% no sabe y está a la espera de alguna medida del Gobierno.

En tanto, el empresario textil y dirigente de la Unión Industrial Argentina (UIA) y de la fundación Pro Tejer, Jorge Sorabilla, opinó que "no se puede volver para atrás con la apertura comercial porque, si se obliga a los locales a cerrar, van a abrir informalmente y esa sería una peor solución".

"No podemos seguir prorrogando 60 días más la apertura de locales porque la gente no puede vivir sin ingresos y el Estado no puede vivir sin recuperar su aparato comercial y de servicios. Hay que ver la forma de convivir inteligentemente con el virus evitando el traslado del personal a través del transporte público y con protocolos estrictos", aseguró y dijo que ya le acercaron al Ministerio de Desarrollo Productivo los protocolos para indumentaria y calzado.

En el mismo sentido, el presidente de la Federación Económica de la provincia de Buenos Aires (FEBA), Alberto Kahale, dijo que, si bien apoyan el trabajo que viene realizando el Gobierno, "hay que preservar también la vida de las pymes que van a ser las que tengan a su cargo la reactivación económica".

"Si hay industrias que empezaron a funcionar y las vas a mandar a cerrar otra vez no vamos a estar bien. Entiendo que este fuera el caso si la curva de contagios asciende mucho y no hay camas disponibles en hospitales, pero noto que la gente está concientizada y que los que fueron abriendo lo hicieron con los protocolos que corresponden", explicó.

Uno de esos casos es el de la industria automotriz, con la reapertura de las fábricas de Toyota, Ford y Volkswagen. En diálogo con LA NACION, las empresas evitaron hacer comentarios sobre las afirmaciones del viceministro, si bien en la industria creen que no se verían alcanzados por una eventual marcha atrás -a pesar de no ser una actividad esencial-, sino que esta afectaría al comercio y a otras actividades.

En cuanto a la metalurgia, Tomás Canosa, director de Estudios Económicos de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (Adimra), dijo que en el interior del país y de la provincia de Buenos Aires las empresas están funcionando en un 90% de los casos, mientras que en el Conurbano ese porcentaje se reduce a un 60%.

"El problema es que, si se decide dar marcha atrás, en términos de producción va a ser muy difícil. La producción metalúrgica a nivel nacional cayó un 38,7% en abril en términos interanuales, pero 52,5% en el Gran Buenos Aires", apuntó y destacó que las últimas habilitaciones no fueron automáticas, sino que hubo que presentar protocolos ante municipios tomando todos los recaudos, entre ellos, una reducción de la dotación de personal.

Desde el sector maderero, por su parte, Pedro Reyna, presidente de la Federación Argentina Industria Maderera y Afines (FAIMA), dijo que es incómodo opinar sobre el tema cuando hay vidas en riesgo, si bien está en contacto con autoridades de la ciudad de Buenos Aires y la Provincia "porque las empresas están muy mal, sobre todo las que están cerca del consumidor".

"Una mueblería no es un foco de contagio, no es un local de consumo masivo como un supermercado. Es muy permeable a tener un protocolo estricto, ya que la gente no entra en manada. Hay que respetar muy fuertemente los temas de salud, pero, cuando se toman medidas, los municipios tienen que estar en condiciones de opinar y también las entidades que representan a los sectores", aconsejó.

Por último, desde la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) dijeron que no iban a hacer comentarios, ya que estaban a la espera de la reunión de las autoridades de Nación, Provincia y Ciudad.