Cuando el machismo de Pancho Villa privó de reconocimientos a una soldadera que participó en la Revolución Mexicana
Se señala la Revolución Mexicana (1910-1920) como el acontecimiento político, militar y social más importante y determinante de la Historia de México. Algunos son los nombres que, cuando se explica algún relato sobre esa revolución, son pronunciados una y otra vez como los carismáticos líderes de dicho conflicto armado: Pancho Villa, Emiliano Zapata, Francisco I. Madero, Álvaro Obregón o Venustiano Carranza.
Todos ellos hombres… pero en la Revolución Mexicana también participaron un gran número de mujeres, pero la gran mayoría de ellas han sido injustamente olvidadas o ignoradas por la Historia.
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Por un lado tenemos el sobrenombre que recibían todas aquellas mujeres que participaron en la revolución pero desde el lado más humanitario (como puede ser de enfermeras, cocineras, ayudantes…) y recibían el mote de ‘Adelitas’, en honor a Adela Velarde y quien se hizo inmensamente célebre mucho tiempo después no porque se le distinguiera por sus servicios sino por una ranchera que se hizo mundialmente famosa (y hoy en día cantan todos los mariachis) y que fue compuesta por el sargento Antonio del Río (algunas fuentes indican que éste se enamoró de Adela al recibir sus cuidados tras ser herido).
Pero hay muchísimas más mujeres insignes que tuvieron un destacadísimo papel en la Revolución Mexicana, una de ellas fue Petra Herrera, una soldadera (mujeres que luchaban en el frente revolucionario) que quiso luchar codo a codo con sus compañeros revolucionarios pero no deseaba hacerlo como una simple (aunque fundamental) asistente, cocinera o enfermera sino como una soldado de primer nivel.
Muchísimas eran las mujeres que luchaban en la revolución (de ahí el mote de soldaderas), pero Petra deseaba hacerlo como el resto de los revolucionarios varones, de ahí que se travistiera y de la noche a la mañana se presentara con apariencia de hombre y bajo el nombre de Pedro Herrera.
Luchó junto al insigne Pancho Villa y éste alabó en infinidad de ocasiones la capacidad de liderazgo y motivación que, el supuesto, Pedro Herrera tenía frente al resto de revolucionarios. Varias fueron las ocasiones en las que Petra (bajo su disfraz de soldado) había conseguido importantes gestas como volar puentes para evitar el avance o retirada de los enemigos.
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Pero llegó un momento en el que, como es natural, Petra quería que se le reconocieran sus méritos pero por quien era en realidad y dio a conocer su verdadera identidad y género, algo que no fue del agrado de Pancho Villa quien, debido a su machismo, se negó a ascenderla a General por el hecho de ser mujer; algo que pretendía hacer cuando estaba convencido que su valioso soldado era un hombre llamado Pedro.
Debido a su valía no fue apartada del ejército de Villa, pero fue relegada a tareas menores, algo que molesto a Petra que decidió abandonar aquel batallón y crear el suyo propio al frente de un numeroso grupo de mujeres que también querían luchar en primera línea y no solo ocuparse de tareas menores.
Según algunos cronistas fueron alrededor de 400 las soldaderas a las que lideró e incluso hay quien asegura que gracias a Petra Herrera y su batallón de mujeres se pudo tomar la población de Torreón (al noreste de México) en abril de 1914 durante el importante enfrentamiento conocido como ‘la Batalla de Torreón’ (cabe destacar que algunos historiadores discrepan de que Petra tuviese un destacado papel en dicha batalla).
No se sabe exactamente cuáles fueron los motivos por los que se ordenó disolver el batallón dirigido por Petra, aunque todo parece indicar que fue a causa del machismo y recelo del resto de soldados masculinos y ver como un grupo de soldaderas obtenían mejores resultados.
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Poco más se sabe de la vida posterior de Petra Herrera. Según consta en algunos escritos trabajó como espía camuflada en una cantina y allí es donde fue herida de muerte a causa de unos vándalos que al establecimiento llegaron una noche y se liaron a tiros.
En el siglo que ha pasado desde entonces, la historia de Petra Herrera se ha ido transmitiendo oralmente de una generación a otra, surgiendo docenas de leyendas urbanas alrededor de ella y ha llegado un punto en el que es muy complicado discernir qué información es real y cuál fruto de la imaginación de quienes la han adornado al explicarla.
Fuentes de consulta e imágenes: mujeresenlahistoria / culturacolectiva / historia.com / 20minutos