Cuando Egipto regaló el Templo de Debod a España como agradecimiento

Se cumple medio siglo desde que se terminaron las obras de colocación y construcción del ‘Templo de Debod’ en Madrid, un monumento arquitectónico egipcio de más de dos mil años de antigüedad y que había llegado a la capital de España como regalo y muestra de agradecimiento por parte del gobierno de Egipto.

Templo de Debod en Madrid (imagen vía Wikimedia commons)
Templo de Debod en Madrid (imagen vía Wikimedia commons)

El motivo de tal regalo fue una muestra de gratitud egipcia hacia la ayuda ofrecida por el gobierno español para salvar el conjunto monumental de Nubia, que había quedado parcialmente cubierto de agua desde la construcción de la presa de Asuán en 1959.

Varias fueron las naciones que donaron recursos económicos (España participo con medio millón de dólares de la época, aunque los EEUU aportaron alrededor de dieciocho millones y Países Bajos e Italia también colaboraron). Con ello se iniciaría una campaña de recuperación del patrimonio monumental y arquitectónico y con el fin de preservarlos se entregó uno a cada país mencionado.

Estados Unidos recibió el Templo de Dendur, el cual se puede visitar en el interior del MET (Museo Metropolitano de Arte de Nueva York), el Templo de Taffa fue a parar al RMO (Museo Nacional de Antigüedades de Leiden) en los Países Bajos, el Templo de Ellesiya al Museo Egipcio de Turín (Italia) y el mencionado Templo de Debod a Madrid.

Curiosamente, uno de los acuerdos a los que se llegó, cuando dichas obras monumentales fueron donadas a estos países, era que estas deberían ser reconstruidas en interior (tal y como hicieron los estadounidenses, neerlandeses e italianos) pero el gobierno español de la época (inicios de la década de 1970) bajo la dictadura de Franco, decidió hacer caso omiso a tal petición y restaurar el templo al aire libre.

La ubicación original del Templo de Debod era en la población homónima al sur de Egipto, muy cerca del río Nilo y que había sido levantada en el siglo II a.C. en honor a los dioses egipcios, Amón e Isis.

A finales de la década de 1950 se proyectó la realización de la presa de Asuán, quedando sumergida bajo el agua una extensa área durante varios periodos del año, algo que provocaba que el valiosísimo legado monumental sufriera considerables daños y motivo por el que, desde la UNESCO, se pidiera colaboración internacional para salvar los templos de la región de Nubia afectados por la mencionada presa. La construcción de la misma era de imperiosa necesidad, debido a que la misma ayudaría a detener las inundaciones que se producían en la zona por el aumento de caudal del río Nilo.

Tras la petición de ayuda a través de la organización internacional y el ofrecimiento de varias naciones a colaborar, los templos de Debod, Denfur, Ellesiya y Taffa fueron desmontados piedra por piedra y enviados a sus nuevos destinos.

El Templo de Debod acabó en 1.724 partes, las cuales saldrían desde el puerto de Alejandría en abril de 1970 y llegarían varias semanas después a la capital de España, distribuidas en 1.359 cajas, cada una con su correspondiente código de identificación y un croquis explicativo sobre cómo debían ir colocados cada uno de los bloques en su reconstrucción.

Pero hasta Madrid no llegaron todas las piezas, la numeración en alguna de las piezas no correspondía con lo que ponía en el croquis y las instrucciones no eran demasiado claras. A pesar de ello, se buscó una ubicación para levantar el Templo de Debod en la capital de España y el lugar que se creyó que era el más adecuado para ello era sobre el terreno que había albergado el antiguo Cuartel de la Montaña, una edificación militar levantada en la montaña del Príncipe Pío en la década de 1860 y que había sido destruida durante la Guerra Civil española.

Tras varios meses de reconstrucción y tratamiento químico de las piedras para su mejor conservación, el monumento arquitectónico egipcio del Templo de Debod quedó listo para ser inaugurado el 18 de julio de 1972.

Se eligió ese día fecha debido a que durante la dictadura franquista solía elegirse realizar grandes festejos e inauguraciones como homenaje a la fecha (18 de julio) en la que se inició el Golpe de Estado (llamado por algunos como ‘alzamiento Nacional’) que derivó en una sangrienta guerra civil y cuatro décadas de régimen dictatorial.

Fuentes de consulta e imagen: Madrid.es/ abc/ esmadrid/ elespanol/ Wikimedia commons

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