Cristina Kirchner regresó a Buenos Aires y crece la intriga por su jugada tras el período de repliegue del kirchnerismo

Cristina Kirchner durante la inauguración del polideportivo Diego Armando Maradona en Avellaneda
Cristina Kirchner durante la inauguración del polideportivo Diego Armando Maradona en Avellaneda

Cristina Kirchner regresó a Buenos Aires, tras un descanso en El Calafate que se extendió hasta el 15 de enero. Ya está, incluso, trabajando en su despacho del Senado, en un palacio semidesierto. La vicepresidenta mantiene silencio público desde hace varias semanas sobre temas nacionales cruciales, como el juicio político a los jueces de la Corte Suprema o las medidas económicas que está tomando Sergio Massa para frenar la inflación y tranquilizar a los mercados. También mantiene el suspenso respecto a la estrategia electoral que está pergeñando para 2023. La intriga en las distintas terminales del oficialismo en torno al armado que tiene la exmandataria en la cabeza es total .

Un colaborador de La Cámpora con buena llegada a la cúpula kirchnerista advirtió que no necesariamente Cristina tenga resuelto cómo diseñar el tramo presidencial de la boleta del Frente de Todos. El factor sorpresa es una constante en la vicepresidenta, pero hoy sus opciones -si se mantiene fuera de la ecuación- se reducen principalmente a dos: entronizar a Massa como el candidato único del peronismo o habilitar una PASO de varios contendientes.

Cristina arrastra al peronismo a su jugada

“El kirchnerismo va consolidando la estrategia en los distritos que ya gobierna o que pretende gobernar, como la provincia de Buenos Aires o distintos municipios y se dilata la definición nacional. Básicamente porque hay que esperar a ver si Massa acomoda la economía y a conocer qué define Cristina”, resumió el funcionario a LA NACION.

La dirigencia kirchnerista ya trabaja bajo la hipótesis de que Axel Kicillof irá por su reelección en la provincia de Buenos Aires. La Cámpora pretende “cogobernar” el distrito con él y cada vez se aleja más de otras variables electorales para disputar la gobernación. “Estamos concentrados en el proyecto reelectoral de Axel, pero nadie puede decir que tiene asegurado lo que va a pasar”, advirtieron a LA NACION desde La Plata.

El tramo nacional, aseguran en el campamento K, “no está decidido”. En el ínterin, el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, tiene la misión de consolidarse como una opción presidenciable. El funcionario retomó sus actividades tras un breve receso en Mercedes. Él y el gobernador bonaerense compartieron un encuentro y una foto esta semana, para abrir el año de trabajo.

“Este es un verano de cavilaciones y definiciones para lo que será un año clave para el kirchnerismo”, describieron cerca del ministro del Interior. Aún no se conoce la agenda que tendrá la vice en los próximos días. El fin de semana llegará al país Luiz Inácio Lula da Silva. Con el cronograma a tope, el mandatario brasileño tiene un espacio el domingo a última hora, apenas arribe al país. No hay nada oficial pautado, pero hay funcionarios que advierten que “sería raro” que el líder del PT y la vice no se encuentren si están los dos en Buenos Aires.

Clamor por Cristina

Quien todavía permanece en Santa Cruz es Máximo Kirchner. El líder de La Cámpora habitualmente le dedica el mes de enero a su familia en el sur antes de iniciar el año político. Durante su estadía patagónica no suele recibir a referentes de Buenos Aires. A lo sumo tiene actividad con referentes santacruceños.

Este será el verano que cristalizó definitivamente el quiebre entre La Cámpora y Alberto Fernández. “No hay nada que pueda pasar para revertir eso”, admiten en las filas camporistas donde las críticas a la gestión nacional son abiertas y el desaire en actos públicos a Presidente es notorio.

Con Cristina y Máximo en un prudente silencio, quien rompió el repliegue kirchnerista fue Andrés “Cuervo” Larroque, uno de los principales cuadros de La Cámpora. El ministro bonaerense brindó una entrevista en AM 530 en la que fue muy duro con la Casa Rosada -a la que además calificó como “sector moderado”- y dijo que “hay que salir a romper la proscripción de Cristina” en las calles. “La militancia tiene que salir de ese estado de letargo. Hay que pasar de un momento gris en términos políticos y dar una demostración de fuerza. No podemos hablar de ningún diseño electoral con Cristina proscripta”, dijo para demorar cualquier definición.

En el Club Podesta del partido de Lanus, Maximo Kirchner presidente del partido Justicialista, hace su discurso en el "Encuentro con la militancia".
En el Club Podesta del partido de Lanus, Maximo Kirchner presidente del partido Justicialista, hace su discurso en el "Encuentro con la militancia". - Créditos: @Rodrigo Nespolo

De ese modo, Larroque puso en segundo lugar el armado electoral del Frente de Todos para anteponer una eventual exhibición de poder del kirchnerismo en las calles y un clamor en torno a la vicepresidenta, que ya dijo que no será candidata “a nada” en este turno. “Lo que dijo el Cuervo es una expresión de deseo que compartimos todos en el espacio. Creemos que Cristina es la mejor candidata , tanto por su capacidad de resolver problemas como la recuperación del poder adquisitivo, como por un cálculo electoral. No performa igual el Frente de Todos en la provincia con ella que sin ella en la boleta. Queremos que ella revea su decisión, obvio”, dijo un colaborador del kirchnerismo.

Larroque habló del 24 de marzo como una fecha probable para escenificar un apoyo a Cristina, aunque fuentes de La Cámpora aseguraron que por ahora no hay ningún preparativo en marcha. Junto a la reivindicación de Cristina, el kirchnerismo se preocupa por reforzar la defensa de su “modelo” y su “proyecto”.

Apoyo prudente a Massa

Por otro lado, Larroque se refirió a la gestión de Massa. “Hay que decir lo que está pasando en términos económicos, más allá de la estabilización que estamos transitando y del esfuerzo del ministro de Economía, está claro que estamos presos de la trampa que es el acuerdo con el FMI. Eso hay que resolver”, señaló.

Destacó la tarea de Massa y “su valentía para asumir en un momento complejo” pero consideró necesario resolver “lo que falta”. Como el resto del elenco K, el funcionario bonaerense se encargó de resaltar los “esfuerzos” y el “trabajo” del tigrense aunque con la suficiente distancia para condicionar la continuidad del apoyo a los resultados económicos del ministro, sobre todo los referidos a la inflación y el bolsillo.

Massa conversó con la vicepresidenta su jugada de recompra de la deuda externa por US$1000 millones para dar una señal de mayor certidumbre a los mercados. Kicillof, que fue el único del campamento kirchnerista que se refirió públicamente al anuncio, en una nota con LA NACION dijo que la medida era “una posibilidad” pero que “la operación hay que juzgarla por los resultados”.

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La otra nota distintiva de la gestión del tigrense de los últimos días fueron sus conversaciones con referentes gremiales para moderar en torno al 60% a las paritarias de este año de modo de anclar las expectativas inflacionarias. Hubo sindicalistas identificados con el kirchnerismo que salieron al cruce del ministro y reclamaron que las negociaciones salariales se desarrollen “sin techo”. Otros, como el líder de La Bancaria, Sergio Palazzo, participaron de los diálogos con Massa.

Un colaborador del kirchnerismo apuntó: “Lo de Massa candidato tiene que generar primero un consenso político intenso para que eventualmente pueda gestionar con espalda. Es similar al proceso que se dio para que desembarque como ministro”.