Crisis en Ecuador: Guillermo Lasso presentó sus argumentos de defensa en un juicio político en el que necesita sumar respaldos

Lasso se defiende ante la Asamblea Nacional durante su juicio político
Lasso se defiende ante la Asamblea Nacional durante su juicio político - Créditos: @RODRIGO BUENDIA

QUITO.– “Si nos atrevemos a darle la vuelta, todavía estamos a tiempo”. El presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, acudió este martes a la Asamblea Nacional para enfrentarse al histórico juicio político con el que la poderosa alianza opositora pretende destituirlo a mitad de su mandato.

Lo hizo respaldado por miles de simpatizantes para tender la mano a diputados indecisos, que pueden dar vuelta una votación que hoy pareciera en su contra ante este “asalto institucional”.

Lasso, ante la Asamblea Nacional durante su juicio político
Lasso, ante la Asamblea Nacional durante su juicio político - Créditos: @RODRIGO BUENDIA

“Me alegra ver que no se han dejado arrastrar por el caos”, subrayó el presidente ecuatoriano, sometido a la máxima presión. El bloque conformado por los parlamentarios de la Revolución Ciudadana, comandada desde el exilio por el expresidente Rafael Correa; los socialcristianos liderados desde Guayaquil por el líder populista Jaime Nebot, y los indígenas radicales dirigidos por Leónidas Iza, presidente de la Confederación de Naciones Indígenas (Conaie), necesitan 92 de los 137 escaños para destituir a Lasso. Desde el domingo creen contar con por lo menos 96 apoyos.

Favorecido por lo endeble de la acusación de presunto peculado, el mandatario conservador se defendió con solvencia en un discurso que solo se prolongó durante 40 minutos, pese a que contaba con tres horas para hacerlo. Lasso desmontó la trama Flopec, que comenzó con un contrato para transporte de petróleo realizado en 2018, cuando su gobierno comenzó a ejercer en 2021.

Opositores de Lasso, frente a la Asamblea Nacional
Opositores de Lasso, frente a la Asamblea Nacional - Créditos: @RODRIGO BUENDIA

“Hace más de un año envié todo el expediente a la Fiscalía General, pero los interpelantes no quieren ver esto y ponen en evidencia su sesgo perverso”, contraatacó el presidente, quien insistió en lo “insólito que es hallarme culpable de algo que yo mismo he denunciado”.

“No está en juego la viabilidad de un gobierno, sino la de Ecuador como Estado. Nos estamos jugando la democracia”, insistió el presidente, que tras los primeros minutos de contraataque pasó a enumerar los “éxitos” de una gestión criticada por gran parte de la sociedad y que solo puede presentar como gran logro la vacunación exprés contra el Covid-19 conseguida en los primeros meses de su mandato.

Simpatizantes de Lasso ante la Asamblea Nacional
Simpatizantes de Lasso ante la Asamblea Nacional - Créditos: @GALO PAGUAY

Ya cuando se retiraba de la sala plenaria, Lasso saludó a varios de sus aliados del partido indígena Pachakutik (PK), fundamental para restar votos a la alianza opositora. De esos escaños parece depender la suerte del presidente, que no sufrió grandes apuros durante la intervención de sus dos interpelantes, la asambleísta revolucionaria Viviana Veloz y el socialcristiano Esteban Torres. “Fracasó y traicionó la voluntad popular, es hora del cambio”, concluyó Torres.

Luchas de poder

El PSC de Torres acudió a las elecciones presidenciales en alianza con el movimiento que encabeza Lasso, pero desavenencias en los repartos de cargos provocaron la ruptura total. Cuatro de los parlamentarios elegidos en sus listas han abandonado su bancada en los últimos días, contrarios a la destitución del presidente.

“La voz de Viviana Veloz es la voz del pueblo ecuatoriano”, destacó la propia legisladora, quien señaló a Lasso cuáles son sus tres salidas: renuncia, destitución o cárcel.

Opositores de Lasso en las cercanías de la Asamblea Nacional
Opositores de Lasso en las cercanías de la Asamblea Nacional - Créditos: @RODRIGO BUENDIA

Por decisión de la Corte Constitucional, el juicio político debía restringirse a la acusación de presunto peculado, dejando al margen el escándalo de corrupción protagonizado por el cuñado de presidente, Danilo Carrera, vinculado a negocios con empresas públicas.

El problema eres tú, Lasso, y debiste estar destituido y preso desde el escándalo de Pandora Papers. Un presidente inepto, codicioso, innoble y deshonesto transmite esos activadores a todo el país. Mientras tanto, tu banco ganando más que nunca”, criticó Correa en las redes sociales, desde donde dirigió los ataques contra su gran enemigo.

El exmandatario, prófugo de la Justicia tras ser condenado a ocho años de prisión por corrupción, sería uno de los grandes beneficiados con la caída de Lasso.

“Lasso debe ser destituido, su modelo económico-político, su incapacidad nos ha llevado al peor desastre social y político que haya conocido Ecuador en tan solo dos años. El pueblo ya no tolerará titubeos de la Asamblea ni ‘ausencias’ del PK”, dijo Iza, que ha amenazado con nuevas marchas indígenas a Quito si no obtienen la victoria parlamentaria.

Tanto la presidencia como el Parlamento no alcanzan el 20% de apoyo popular en un país sacudido por la oleada de violencia provocada por el narcotráfico, que soporta niveles altos de desempleo y con una nueva fuga migratoria.

El juicio político continuará este miércoles con debate parlamentario, en el que pueden intervenir los diputados que así lo quieran, lo que supondrá un nuevo termómetro de voluntades. La votación definitiva se espera para final de la semana.

Si ese día los opositores superan los 92 apoyos, Lasso será reemplazado por su vicepresidente, Alfredo Borrero, hasta las elecciones de 2025. De no alcanzar esa cifra, Lasso se mantendrá en el poder, pero lo hará cercado por el Parlamento, los poderes locales y la mayoría opositora en el sistema judicial.

En el seno del oficialismo se apuesta por decretar la disolución del Parlamento y la convocatoria de nuevas elecciones generales si el presidente no consigue apoyos suficientes antes de la votación. Se trata de la famosa “muerte cruzada”, una carta jugada desde el Palacio de Carondelet para los diputados que no quieran perder su cargo.