Las crisis diplomáticas que marcaron las relaciones entre Argentina y Chile en el primer año de Gabriel Boric

El presidente de Chile Gabriel Boric junto al presidente de Argentina Alberto Fernández en Casa de Gobierno.
El presidente de Chile Gabriel Boric junto al presidente de Argentina Alberto Fernández en Casa de Gobierno. - Créditos: @silvana colombo

Tan solo dos semanas después de que Gabriel Boric asumiera la presidencia en marzo de 2022, Argentina y Chile prometieron estrenar una “nueva etapa” del vínculo bilateral con “una agenda amigable” común. Sin embargo, el año recorrido estuvo empañado por varias crisis diplomáticas que han desgastado el optimismo inaugural. El último episodio tuvo al propio Alberto Fernández como protagonista.

El presidente argentino se convirtió este jueves en objeto de fuertes críticas de dos ministros del gobierno de Boric después de firmar junto a otros 29 líderes iberoamericanos una carta del Grupo de Puebla que denunciaba una supuesta maniobra de jueces y abogados cercanos al expresidente Sebastián Piñera para aplazar el juicio oral del caso de presunta corrupción política de la Sociedad Química y Minera de Chile (SQM), que entre otros, tiene como imputado al ex candidato presidencial chileno Marco Enríquez-Ominami.

El ministro de Justicia, Luis Cordero, apuntó contra Fernández y, en declaraciones difundidas por la radio local Biobío, expresó que no se “atrevería a opinar sobre el desempeño de los jueces de la Justicia argentina”.

Esta no es la primera vez que se acusa al presidente de entrometerse en asuntos ajenos. En septiembre de 2022, un informe interno del Estado Mayor Conjunto filtrado a Biobío Chile tras el hackeo al organismo asesor del Ministerio de Defensa chileno relevó que Boric habría manifestado que Alberto Fernández “tiene la costumbre de inmiscuirse en los asuntos internos de sus vecinos”.

El documento sostenía que “existe un 46% de probabilidades de que se produzcan alteraciones a la seguridad nacional y al normal desarrollo de las relaciones diplomáticas bilaterales, a razón de exhibir un escenario anormal” y mencionaba los dichos de Boric respecto de que “en la Patagonia no hay fronteras”. Además, señalaba que el peronismo es un movimiento “de corte nacionalista con características expansionistas y hegemónicas”.

El informe también hacía mención al traspié diplomático de la ministra del Interior chilena unos meses antes. El 24 de marzo, apenas unos días después de que Boric llegara al poder, Izkia Siches dijo en una reunión por zoom: “No se puede poner el grito en el cielo cuando uno habla de Wallmapu”. Se refería a un concepto ancestral mapuche que incluye territorios de lo que hoy son Chile y la Argentina.

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Mapa

Su comentario generó fuertes reacciones al otro lado de la cordillera. Uno de los primeros en contestar fue el ex ministro de seguridad de Chubut, Federico Massoni, quien declaró en un video publicado en Twitter: “Le exigimos a nuestro gobierno nacional que sean férreos en el posicionamiento y les aclaren a los chilenos que no existe ningún Wallmapu, existe la provincia de Chubut”.

A los reclamos de Massoni, se sumaron otros de la oposición. De ahí que la ministra Siches pidió disculpas:Para nada está en mi intención inmiscuirme en el territorio de nuestros hermanos trasandinos. Quiero ser muy clara, el término está enfocado a nuestro territorio nacional”. “Y, no es para polarizar a nuestro país, sino más bien buscar aquellos puntos de encuentro, hablar a nuestros pueblos originarios con mucho respeto”, añadió.

En enero de este año, Boric deslizó sutilmente una nueva crítica a la gestión de Fernández en medio de un conflicto interno producto del indulto al guerrillero Jorge Mateluna. En ese caso, el presidente chileno declaró que no es bueno tener disputas entre poderes como ocurre en otros países, en clara referencia a la Argentina.

El mandatario chileno ya había criticado antes los planes sociales y su permanencia en el tiempo, hablando de una “cronificación” de las ayudas que entrega el Estado, tal como ocurre en la Argentina.

Los traspiés de Bielsa

Sin embargo, el personaje más polémico para la administración Boric definitivamente no es Alberto Fernández, quien comparte una “mirada común” en una multiplicidad de temas con su par chileno. Esa etiqueta está reservada para el embajador argentino Rafael Bielsa, quien en el último tiempo ha sido motivo de discordia una y otra vez.

Ya en 2021, después de la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Chile, Fernández tuvo que pedirle prudencia al diplomático luego de sus críticas al candidato ultraconservador José Antonio Kast. Bielsa provocó un verdadero cataclismo con sus declaraciones a El Destape Radio al calificar de manera negativa a Kast, a quien adjudicó “declaraciones contra la Argentina preocupantes” y le cuestionó incluso algunos de sus planes para una eventual presidencia.

Rafael Bielsa habló sobre el hallazgo de efedrina en Ezeiza
Rafael Bielsa - Créditos: @Rodrigo Néspolo / LA NACION

Más recientemente, la Cancillería chilena llamó al embajador para manifestarle la molestia por sus renovadas críticas a la derecha tras el triunfo del “rechazo” en el plebiscito constitucional del 4 de septiembre de 2022.

Bielsa había señalado en la radio oficialista AM 750 que en Chile “la derecha dice cosas que no son ciertas, pero, a pesar de no ser ciertas se entienden fácil, y el progresismo dice cosas que son ciertas, pero que para poder explicarlas necesita que le presten atención, entonces acá pasó eso”. Luego reconoció que “tenía una expectativa de que ganara el ‘apruebo’” en el referéndum.

Tras sus declaraciones, fuentes diplomáticas chilenas expresaron su disgusto a los medios locales y dijeron que “no corresponde que un embajador opine sobre la política interna del país donde se encuentra”.

Tres meses después del altercado, Bielsa protagonizó un nuevo percance tras la divulgación de una serie de comentarios que realizó durante su intervención en la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado. Allí –según consignó El Mercurio–, hizo reproches a Chile sobre Malvinas, las críticas de la prensa local a la vicepresidenta Cristina Kirchner, la Plataforma Continental y un proyecto de minería. El fastidio de las autoridades chilenas con el representante se acrecentó a tal punto que la canciller, Antonia Urrejola, llamó a su par argentino, Santiago Cafiero, y citó al diplomático argentino para pedirle explicaciones.

Unos días después de la cita, se filtró por error a la prensa un audio en el que secretario general de Política Exterior de Chile, Alex Wetzig, debatía junto a Urrejola y otros funcionarios una estrategia para responder a las críticas de Bielsa por la decisión del Ejecutivo de rechazar el proyecto minero Dominga. En ese contexto, se mencionó la posibilidad de enrostrar al embajador argentino el apoyo del Ejecutivo para denegar la visita de fragatas británicas a puertos chilenos.

“Hace lo que quiere cuando tiene ganas”, también dijo en esa ocasión la canciller chilena.

Por último, el reciente arresto del líder de la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), Facundo Jones Huala, reflotó la controvertida postura que Bielsa mantuvo en ese caso. El gobierno chileno acusó al embajador de pedir la libertad condicional del acusado en una audiencia celebrada en octubre de 2021, algo que más tarde Bielsa desmintió en una entrevista con LA NACION, en la que también dijo que si los cuestionamientos a su gestión hicieran que tuviera que dejar la embajada en Santiago, lo haría “con dolor”.