‘Creed III mejor que Creed II’

Después del frustrante tira y afloja de “Creed II” (2018), en la que Adonis Creed protagonizado por Michael B. Jordan se enzarzó en una batalla sigilosa con el Rocky Balboa protagonizado por Sylvester Stallone por el dominio de una popular franquicia cinematográfica, “Creed III” marca un paso adelante.

En este momento, en los cines, se puede encontrar a Majors luchando con material bastante fangoso dentro del purgatorio de pantalla verde en “Ant-Man and the Wasp: Quantumania”. En “Creed III”, por el contrario, el actor tiene adónde ir con la angustiosa pelea de rencor de su personaje, dentro y fuera del ring. La película está lejos de ser perfecta; los recuerdos del trauma infantil compartido de los personajes principales gotean, gotean y gotean los detalles de maneras que pueden volverse un poco frustrantes. Pero Jordan y Majors son el pegamento, y nos quedamos con ellos.

La última vez que vimos a Creed, había vencido al hijo de Drago, el hombre que mató a su padre, Apollo, en el ring allá por el 85 en “Rocky IV”. Al comienzo de “Creed III”, todo son rosas y satisfacción con el campeón retirado Adonis. Vive en la serenidad de las lujosas colinas de Hollywood -todo cristal, nada de estrés- con su esposa Bianca (Tessa Thompson, marginada aquí -siempre es un error marginar a Tessa Thompson) y su hija preadolescente, Amara (Mila Davis-Kent). Aun así, la felicidad de la familia se ve amenazada, como nos enteramos a través de una dramática prefiguración, más bien cinco o seis, en las escenas protagonizadas por la Creed que crió a Adonis, la sabia, feroz y cariñosa Mary Anne (Phylicia Rashad).

Estas primeras escenas establecen por qué luchará Adonis en el guión de Keenan Coogler (hermano de Ryan Coogler, que dirigió la excelente primera “Creed”) y Zach Baylin, guionista de “King Richard”. El conflicto principal surge cuando el amigo de la infancia de Adonis, Damian, aparece en el gimnasio de Adonis tras una condena de 18 años de prisión por asesinato.

Con sus propios sueños de boxeo truncados, al menos hasta ahora, Damian quiere que Adonis le entrene rápido y duro. Se lo debe, dice, por razones que no tardamos en conocer. La cautelosa y astutamente interpretada escena de su reencuentro, ambientada en una cafetería, tranquiliza al público a la vez que inquieta a Adonis: Mientras Jordan y Majors se estén investigando mutuamente, en diversas formas de batalla, “Creed III” cumplirá su cometido.

¿Qué ocurrió hace tantos años? El guión filtra la información en momentos estratégicos. “Viviendo esa gran vida, ¿eh?” le dice Majors a Jordan al principio, con envidia apenas disimulada y una pizca de melancolía. Majors es uno de esos actores que no se conforman con una simple emoción o motivación cuando dos o tres pueden hacer mucho más rico a un adversario potencialmente unidimensional.

El género de las películas de boxeo no es nada, en realidad, sin la idea de los luchadores que luchan contra sí mismos y sus demonios. Los tres combates en “Creed III” comienzan con Adonis vs. “Pretty” Ricky Conlan (Tony Bellew) en Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Luego viene el combate en el Los Ángeles Crypto.com Arena entre el recién llegado, Damian, y el campeón mundial Félix Chavez (José Benavidez Jr.), un duro golpe contra Damian con movimientos de supervivencia a toda costa que aprendió en prisión de la manera más difícil.

Esto allana el camino para lo que vinimos a ver: la final del Dodger Stadium, que enfrenta al campeón retirado contra un fenómeno nuevo e improbable, Jordan vs. Majors. Los combates se filman en formato IMAX 1.90:1 de pantalla alta, volviendo a la relación de aspecto 2.39:1 para todo lo demás. (El director de fotografía, pesado en esquemas de colores saturados e intensidad de otro mundo, es Kramer Morgenthau, quien trabajó en “Creed II”).

En entrevistas, Jordan ha reconocido que el anime japonés es una inspiración clave para “Creed III”. Primeros planos de Adonis en un punto de transición al reino de lo fantástico: De repente, el estadio está vacío, y es solo un hombre y sus pensamientos, su espacio mental. ¿Funcionan estas visualizaciones? ¿Especie de? ¿No completamente? Pero a diferencia de “Creed II”, que tenía poca distinción visual y una historia lo suficientemente olvidable como para enviarme directamente a Wikipedia para refrescarse, “Creed III” intenta algunas cosas. Y presenta a dos estrellas carismáticas que también son actores genuinos y ambiciosos.

No sé si la película resuelve las náuseas en su núcleo. Tal vez sea solo mía, con respecto a un escenario en el que Adonis es el tipo que tiene todo, al que se supone que debemos animar, contra Damian, el desafortunado que solo tiene malos recuerdos y una deuda emocional que está tratando de cobrar con su puños. Pero así son las cosas, con películas de boxeo y mucho más. Las historias sobre incógnitas en el camino hacia arriba son fáciles. Las historias sobre leyendas que intentan encontrar al guerrero dormido en su interior son más difíciles.

“Creed III” - 3 estrellas (de 4)

Clasificación MPA: PG-13 (por acción deportiva intensa, violencia y algo de lenguaje fuerte)

Duración: 1:56 min.

Cómo verla: Estreno en cines el 2 de marzo

-Michael Phillips es crítico del Tribune.

-Traducción por José Luis Sánchez Pando/TCA