"Creíste que tenías derecho a jugar a Dios con la vida de nuestros hijos", los testimonios de los padres de los bebés asesinados por Lucy Letby

Lucy Letby
La enfermera Lucy Letby fue condenada a cadena perpetua.

El tribunal que encontró culpable a la enfermera Lucy Letby de matar a siete bebés en Reino Unido escuchó desgarradoras declaraciones de los padres de las víctimas.

Algunos testimonios fueron leídos y otros escuchados en videos pregrabados por los padres de las criaturas antes de que se dictara una sentencia de cadena perpetua contra la enfermera.

La enviada especial de la BBC al juicio, Judith Moritz, describió un ambiente “extremadamente emotivo”, en el cual dentro del público presente se encontraban muchos de esos padres, algunos llorando en silencio.

Algunos miembros del jurado también se veían visiblemente perturbados, informó la corresponsal Moritz.

Una madre describió el asesinato de su hijo como “algo sacado de un relato de horror”.

“Creíste que tenías el derecho a jugar a Dios con la vida de nuestros hijos”, dijeron los padres de los mellizos que Letby atacó, uno de los cuales murió.

Por su parte, los padres de los bebés que sobrevivieron los intentos de asesinato de Letby afirmaron que los pequeños han quedado discapacitados.

Ninguna de las víctimas ni de sus familiares fueron identificados por nombre durante el juicio.

Imagen borrosa de la madre de los bebés E y F durante una entrevista con la BBC
La madre de los bebés E y F hablando con la BBC. Ninguno de los padres ni las víctimas fueron identificados por nombre.

El magistrado Philip Asbury leyó el comunicado de parte del padre de la bebita G, a quien Letby intentó matar en septiembre de 2015.

La bebé quedó severamente discapacitada, certificada como ciega, que tiene que ser alimentada por método intravenoso, con parálisis cerebral y escoliosis progresiva.

“Nunca irá a una fiesta de pijamas, ni irá a la escuela, ni tendrá un novio, ni se casará”, comunicaron los padres de la bebita G.

“¿Qué pasa si nos sobrevive? ¿Quién cuidará de ella?, se preguntaron.

"Nuestra hermosa princesita"

Otro testimonio leído fue el de la madre de la bebé I, que Letby asesinó al inyectarle aire en el torrente sanguíneo y el estómago.

La madre describió a su hija como una bebé saludable antes del ataque y cómo había llamado al padre para decirle que la estaría llevando a casa pronto.

“Bebía biberones completos sentada en mi rodilla, muy alerta, sonreía frecuentemente y nunca lloraba, era una niñita muy contenta”, contó.

Pero semanas después todo cambió, dijo. “Nos llamaron a decirnos que viniéramos porque [la bebé I] había sufrido otroscolapso”.

Y añadió: “Casi ni comíamos ni dormíamos porque [la bebé I] tenía que ser constantemente resucitada”.

“Era nuestra hermosa princesita y no puedo empezar a explicar el dolor de haberla perdido. Una parte de nosotros murió con ella”.

La madre explicó cómo un año después de la muerte de la bebé I tuvo que esconder sus ojos con gafas de sol “para ocultar el dolor y lágrimas a mis hijos” y de la dificultad de salir en público, de comer y dormir.

Y cuando les informaron de que habían arrestado a alguien por el asesinato de la bebita “sentí todo mi cuerpo temblar. Nunca me repondré del hecho que nuestra hija fue torturada hasta que ya no tenía cómo resistir más”.

En la mira de la acusada

Luego se leyó la declaración del padre de los dos mellizos, los bebés L y M contra los que Letby atentó.

Inicialmente los médicos les habían dicho que lo sucedido con sus hijos en 2016 era normal en niños prematuros y ellos les creyeron, pero un año después la policía golpeó a su puerta con la noticia de que podía tratarse de un intento de asesinato.

“Un día fui al juicio y la tribuna estaba llena de público así que me sentaron en vista directa de Lucy Letby y me miraba constantemente. Me sentí muy incómodo e inquieto y tuve que cambiar en la tarde para que no estar en su mira”.

Otra criatura que Letby intentó matar fue el bebé N, cuya familia recordó el día que los llamaron a la unidad neonatal como “el peor día de nuestras vidas… viendo a nuestro pequeño bebé luchar por su vida… viendo a los médicos practicando reanimación cardiopulmonar sobre su cuerpito”.

“No pasa un día en que no pensamos en ese día”, expresó la madre del bebé N que acaba de cumplir 7 años y que creen que tiene daños permanentes por las lesiones que sostuvo.

La madre añadió que la perspectiva de regresar a la unidad neonatal los impidió querer tener más hijos.

“No queremos que ella [Letby] sepa el daño que ha causado… ni que tenga la satisfacción del dolor que ha causado”.

La unidad neonatal del hospital Countess of Chgester
La perspectiva de tener que regresar a la unidad neonatal dejó a la madre del bebé N sin deseos de tener más hijos.

"Ha destruido nuestras vidas"

Uno de los testimonios que se escucharon por video pregrabado fue el de los padres de los bebés O y P, dos de los hermanos trillizos que Letby asesinó en 2016.

“Empecé a culparme a mí misma”, dijo la madre de los niños. “Que les había trasmitido una enfermedad a los tres niños… una infección”.

Dijo que Letby estaba inconsolable después de la muerte del bebé P y recuerda haberle dicho “gracias” a la enfermera.

Letby le había enviado mensajes de texto diciéndole cómo había visto sus hijos durmiendo tranquilos en sus cunas.

Un mensaje de texto enviado por Lucy Letby a uno de los padres de un bebé que asesinó
Letby se comunicó con los padres de sus víctimas por mensajes de texto.

“Odio el hecho que Lucy Letby haya sido la última persona en cargarlo [a bebé P]. Ha destruido nuestras vidas”.

“Sólo tengo una foto mía sosteniendo a los tres niños juntos”, expresó. “He sufrido ataques de pánico que han requerido intervención médica… el [tercer trillizo] a medida que crece, está preguntando sobre sus hermanos”.

Por su parte, el padre de los trillizos, habló de lo horroroso que fue ver el deterioro del bebé O.

“Es una imagen que nunca olvidaré, en lo más profundo de mí sabía que no iba a terminar bien”, declaró.

El bebé O fue rápidamente bautizado y momentos después, murió.

“Sentí como si me hubieran enterrado un cuchillo en el corazón, no hay palabras para describir cómo me sentía. Deseaba que eso me estuviera pasando a mí y en ese momento gustosamente hubiera cambiado de lugar con él”.

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