Coveney advierte a Truss del daño que causará la vía unilateral en el Brexit

Dublín, 13 jun (EFE).- El Gobierno irlandés aseguró este lunes que la ruptura unilateral de los acuerdos del Brexit por parte del Reino Unido viola la legislación internacional y "daña profundamente" las relaciones entre los dos países.

Así se lo trasladó hoy el ministro de Asuntos Exteriores de Irlanda, Simon Coveney, a su colega británica Liz Truss, en una conversación telefónica, antes de que Londres presente una ley que permitiría anular partes del Protocolo para Irlanda del Norte acordado con la Unión Europea como parte del Brexit.

Según un portavoz oficial en Dublín, la llamada, que duró 12 minutos, se produjo a petición de Truss para explicar a su homólogo las intenciones del Ejecutivo que dirige Boris Johnson.

"Coveney dijo que la publicación de la legislación violaría los compromisos adquiridos por el Reino Unido de acuerdo con la legislación internacional, el acuerdo de Retirada del Brexit y el Protocolo para Irlanda del Norte, y que dañaría profundamente las relaciones entre el Reino Unido e Irlanda", explicó la fuente.

El jefe de la diplomacia irlandesa subrayó que la posición de Londres "marca un nuevo mínimo" en su estrategia del Brexit, sobre todo cuando Truss "no se ha involucrado" en las negociaciones con Bruselas de "ninguna manera significativa desde febrero".

"Coveney repitió que el protocolo es la solución pactada, ratificada por Westminster, al Brexit duro que quería el Gobierno británico", agregó el portavoz irlandés.

Asimismo, recordó que este "enfoque unilateral" no beneficia a Irlanda del Norte y no tiene el "consentimiento o apoyo" de la mayoría de su "ciudadanía o de la comunidad empresarial".

"Lejos de arreglar los problemas, esta legislación creará un nuevo conjunto de incertidumbres y dañará las relaciones", concluyó.

El protocolo establece que Irlanda del Norte sigue vinculada al mercado único comunitario para bienes, por lo que las mercancías que cruzan entre la isla de Gran Bretaña y ese territorio británico han de pasar controles aduaneros para así asegurar que la frontera entre las dos Irlandas continúa siendo invisible, tal y como obliga el acuerdo de paz del Viernes Santo (1998), el texto que puso fin al conflicto.

No obstante, ha levantado una frontera comercial en el mar de Irlanda que también es política para la comunidad unionista protestante, pues sostiene que diferencia a la provincia y pone en peligro su relación con el resto del Reino Unido, ahora que los nacionalistas quieren avanzar hacia su objetivo histórico de reunificar Irlanda.

Esta cuestión, asimismo, impide la formación de un Ejecutivo autónomo en Belfast, pues el probritánico Partido Democrático Unionista (DUP) se niega a compartir gobierno con los nacionalistas del Sinn Féin si el diálogo entre Londres y Bruselas no desemboca en una reforma radical del protocolo.

(c) Agencia EFE