Un corto brasileño en Cannes denuncia la discriminación contra la comunidad japonesa

El logotipo del Festival de Cine de Cannes, fotografiado en el Auditorio Louis Lumière de la ciudad francesa el 25 de mayo de 2024, antes de la ceremonia de clausura (Antonin Thuillier)
El logotipo del Festival de Cine de Cannes, fotografiado en el Auditorio Louis Lumière de la ciudad francesa el 25 de mayo de 2024, antes de la ceremonia de clausura (Antonin Thuillier)

El filme "Amarela" de André Hayato Saito, en competición por la Palma de Oro de los cortometrajes, muestra el interior de la comunidad japonesa en Brasil y los ataques racistas de los que todavía es víctima.

La historia gira en torno a Erika, una adolescente de origen japonés hincha de la selección de fútbol brasileña. Su familia regenta un gran bazar y mantiene las tradiciones niponas en casa.

El día de la final del Mundial entre Francia y Brasil, todo el país está pendiente del partido. Erika se reúne con sus amigos para seguirlo pero, en medio de la tensión, la empiezan a insultar por ser de origen japonés.

En Brasil viven cerca de dos millones de japoneses y sus descendientes, la mayor comunidad de los llamados nikkei (la diáspora nipona) fuera del archipiélago.

Los primeros migrantes llegaron a principios del siglo XX, buscando mejores condiciones de vida. Lograron integrarse pero el camino fue áspero y enfrentó prejuicios, como las campañas contra un supuesto "peligro amarillo" durante los años 1930.

"Demasiado japonés para ser brasileño, demasiado brasileño para ser japonés. La búsqueda de una identidad que encaje en esta especie de entre dos lugares se convirtió en la parte más sólida de quien soy yo", afirma el director André Hayato Saito, él mismo nipo-brasileño.

La historia de Erika se tambalea "entre sus raíces y su realidad", añade. "Viviendo en una frontera invisible entra dos culturas, se enfrenta a la presión silenciosa de sus padres, el acoso de sus amigos y el sexismo que fluye de ambas culturas".

"Amarela" es el tercer cortometraje de Saito de una trilogía que explora su herencia japonesa a través de una mirada íntima.

Once cortometrajes compiten por la Palma de Oro, entre ellos obras de cineastas franceses, croatas, estadounidenses o lituanos. El premio se anuncia en la ceremonia de clausura el sábado, junto al palmarés de la selección oficial.

es/jz/an