Tras los cortes, habla el número uno de Edesur: “No podemos seguir con un modelo de tarifas improvisadas y sin reglas claras”

Claudio Cunha, country manager de Enel en la Argentina
Claudio Cunha, country manager de Enel en la Argentina

Los últimos días de altas temperaturas dejaron a la vista la fragilidad del sistema eléctrico en la Argentina luego de los masivos cortes de luz que se sucedieron durante la ola de calor. El sector está caracterizado por la inestabilidad en el marco regulatorio, con tarifas casi congeladas y falta de inversión. En datos concretos: en los últimos 20 años, en 18 rigió la ley de emergencia económica y, en 17, el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) estuvo intervenido.

En este contexto, la empresa italiana Enel, el accionista controlante de Edesur, pidió terminar con el “modelo de tarifas improvisadas, sin reglas claras”. La distribuidora presentó un balance en rojo, a septiembre pasado, de $12.500 millones.

“La empresa no distribuye dividendos hace 20 años, a excepción de 2009, cuando se repartieron $30 millones. En el último año, invertimos cerca de US$160 millones a base de deuda. Nos endeudamos con el accionista, que puso US$100 millones, y Cammesa [la compañía con control estatal encargada del despacho de energía eléctrica]. Seguir sosteniendo una compañía a base de deuda no es sostenible, por eso es importante que se regularice la situación”, dice el brasileño Claudio Cunha, country manager de Enel Argentina desde hace cinco años.

—¿Por qué el sistema no está preparado para aguantar los picos de calor?

—Porque hay que rearmar un sistema que sea más robusto, transparente y estable en el tiempo. No podemos seguir con un modelo de tarifas improvisadas, sin reglas claras y estables. Se necesita tener un mínimo de visibilidad, que permita hacer planificación de mediano y largo plazo. Como vimos esta semana, no es un tema de Edesur o de Edenor: es del sistema, de la generación, del transporte y no solo en el Gran Buenos Aires, también en el interior. Es muy importante que sea algo compartido con el Estado, ojalá con la oposición también, no sea cosa de que vaya cambiando con el partido político de turno. Tiene que ser una política de Estado, como sucede en los países donde opera razonablemente bien el sistema eléctrico.

—La crítica que les hacen a las distribuidoras es que se les dio importantes aumentos tarifarios durante el gobierno de Mauricio Macri y el sistema no mejoró. ¿Es así?

—El servicio mejoró y lo vemos en los datos. La duración de los cortes son la mitad de lo que eran antes. En 2015, Edesur tenía 33 horas de corte promedio por cliente por año y hoy está en 13 horas. Hay que seguir mejorando y para eso se requiere tiempo, inversión y tranquilidad. Todos los municipios y barrios porteños han mejorado. En Capital tenemos comunas con indicadores de un dígito, que son un buen nivel de servicio, como tienen otros países de América Latina. Cuando vemos municipios como Lomas, Quilmes, Florencia Varela y Avellaneda, para mencionar algunos, han mejorado 60% en promedio. Eso está auditado por el ENRE. Edesur es la empresa que más invirtió en los últimos tres años, más que ninguna otra distribuidora en el país. Si miramos el período de la pandemia, mejoramos 35% el Saidi [índice de duración promedio de interrupción del sistema] y los reclamos comerciales, un 65%. Claramente no estamos felices y confortables con el servicio que se brinda. Falta, por eso digo que todavía hay que seguir invirtiendo y para eso es necesario tener reglas más estables.

—Cuando se habla de críticas a la empresa, no es solo de los usuarios sino también del Gobierno. Eso se vio muy fuerte el año pasado, sobre todo de parte de algunos intendentes. ¿Por qué cree que hay tanta crítica de parte de ellos?

—El tema eléctrico ha sido politizado en los últimos años. Operamos en más de 30 países y tenemos 75 millones de clientes. En Edesur Argentina tenemos 2,5 millones. Administramos y gestionamos la compañía por el país, por la sociedad y por nuestros clientes, no por los gobiernos. Tenemos una concesión de 90 años y no vamos a entrar en cuestiones políticas porque no es nuestro rol; el nuestro es mejorar la calidad del servicio, algo que hemos estado haciendo y lo hemos mostrado con datos y con hechos. Incluso en el municipio donde se hace la crítica [Lomas de Zamora, donde gobierna Martín Insaurralde] se mejoró 45% la calidad del servicio en los últimos años

—¿Piensa que hay el mismo nivel de crítica de parte del Gobierno con Edenor? Por ejemplo, el ENRE designó una veedora en Edesur por los cortes de luz de fin de año, pero no hizo lo mismo con Edenor.

—Nosotros entendemos que somos una empresa regulada y que el ENRE tiene que hacer su trabajo, regulando, gestionando y preguntando. La vemos con naturalidad la entrada de la veedora. Le entregamos la información necesaria para que haga su trabajo. Siempre lo hemos hecho con transparencia, como tiene que ser en un sector regulado como este. Transparencia de ambos lados y seguir trabajando con objetivos comunes para mejorar la calidad del servicio.

—El Gobierno anunció un aumento de 20% en las tarifas, ¿cuánto de ese incremento irá a distribución? ¿Habrá convocatoria de audiencia pública?

—No, no tenemos información formal al respecto. Sabemos lo que estuvo circulando en los medios. Con esta crisis, es una gran oportunidad para que podamos construir un nuevo plan de tarifas de transición para los próximos dos años, haciéndolo en conjunto. Mejor oportunidad que esta no veo para pasar los próximos veranos de forma más tranquila. Más allá del verano, sabemos que entramos en una década de electrificación.

—El Gobierno diseñó un proyecto de movilidad sustentable, que propone que, a partir de 2041, todos los vehículos fabricados en la Argentina deban ser eléctricos. ¿Está preparado el sistema para eso?

—Si cuando tenemos un repunte del crecimiento económico, hay que reducir el consumo en las horas punta en las industrias, significa que el sistema no está preparado para un crecimiento de esa naturaleza. Desde Edesur ya veníamos llamando a nuestros clientes antes de las medidas del Gobierno para que se reduzca el nivel de consumo. Hemos logrado reducir más de 40 MW de esta manera y, como distribuidora, añadimos 80 MW de generación. Apoyamos la iniciativa del Gobierno, pero necesitamos tener algo sostenible en el tiempo para soportar esa mayor electrificación.

—¿Qué se sabe de la segmentación de tarifas? ¿Les adelantó algo el Gobierno?

—No. Sabemos lo que circuló en los medios, no tenemos mayor información.

—¿Es viable segmentar las tarifas basándose en el valor de la propiedad?

—La información está disponible. Si están en condiciones de cruzarla porque tienen acceso a distintos datos, se puede hacer. Llevamos ya dos años hablando de esto y todavía no lo hicimos. Hay distintas modalidades de segmentación: de manera geográfica, por consumo o por renta de las personas. No es un tema complejo. Cualquiera que sea el modelo tendrá imperfecciones que se tienen que ir gestionando cuando se implementen.

—¿Por qué cree que el Gobierno todavía no lo implementó?

—Una buena pregunta, no sabría decirle.

—Se habla de que el Gobierno demoraría el aumento de tarifas dado el contexto de esta semana. ¿Qué implicancias tendría esto?

—Seguimos alargando un problema. Acá necesitamos actuar y hacerlo rápido. El año pasado hicimos un acuerdo con el Presidente, donde nos comprometimos a invertir $2500 millones. Lo hemos hecho incluso de forma anticipada al cronograma. Cuando se hacen acuerdos, nuestra parte la ejecuta en tiempo y forma, pero tenemos que avanzar en ir cerrando los acuerdos que tenemos abiertos.

—¿Cuánto es la deuda que tienen con Cammesa y cómo se regulariza dado el atraso tarifario?

—La solución está en la ley de Prepuesto pasado, que se prorrogó este año, en el artículo 87; solo se tiene que implementar. La deuda es de $43.700 millones.

—¿Cómo es la relación con el subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo?

—Tenemos un contacto frecuente y fluido. La cuestión es que no pudimos avanzar en las soluciones que se venían negociando. No es un tema de falta de contacto, sino de decisión política que se tiene que tomar y de convergencia del mundo político para tratar de encontrar una solución compartida y sostenida.

—¿Cuál es el atraso en las tarifas? El último incremento para distribución fue del 26% en abril, que se reflejó en un 9% final para los usuarios.

—Más de 100% es el atraso por la inflación de los últimos tres años. El incremento anterior había sido en marzo de 2019.

—Pese a este contexto, ¿por qué Enel sigue apostando por la Argentina?

—Vemos la Argentina con una potencialidad gigante. Enel está presente en todas las grandes ciudades de América Latina y Buenos Aires es la segunda más importante. ¿Cómo no vamos a tener presencia en un lugar como este? Hay un potencial gigante de gas, pero también, y más relevante, de energía renovable. Tenemos un potencial mercado de consumo monstruoso con la población que hay. La Argentina siempre estuvo liderando el sector eléctrico. Es una cuestión de voluntad política y de si queremos enfrentar los problemas.