Entrenador quiere que el fútbol americano regrese porque si no, el dinero no se mueve en su estado

No hay quien ponga hoy por hoy las habilidades estratégicas del entrenador Mike Gundy, del equipo de fútbol americano de los Cowboys de la Universidad Estatal de Oklahoma, en tela de juicio. Tiene un récord admirable: 67 por ciento de sus juegos los ha ganado como local. Su equipo es considerado el máximo ganador del Big 12 Conference, una división del fútbol americano colegial que curiosamente incluye hoy 11 escuadras.

Más allá del ámbito colegial, Gundy es conocido por sus ácidos comentarios y constante altanería con la que se dirige a los medios de comunicación y al público en general, como muchas otras figuras en todos los ámbitos. Hoy, con la pandemia del coronavirus obligándonos a hacer cosas que nunca pensamos, el entrenador salta a la fama por sus controvertidas declaraciones.

Sus opiniones podrían parecer interesantes y quizá respetables por su idea sobre el COVID-19. Al final, gran parte de la humanidad cree mayormente en lo que lee en publicaciones de dudosa calidad o por rumores que circulan en redes sociales.

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Gundy se mostró preocupado solo por el fútbol americano y el impacto económico que traerá toda esta cuarentena. El pasado martes 8 se reunió con algunos medios de comunicación por teleconferencia y dijo que esperaba que el personal del equipo universitario de fútbol americano pudieran regresar a trabajar a las oficinas del equipo el próximo 1 de mayo. También dijo que quería traer a los jugadores de regreso al campus tan pronto como fuera posible porque son hombres sanos y muchos pueden luchar.

La razón fue directa: "Porque necesitamos continuar moviendo el presupuesto y produciendo dinero a través del estado de Oklahoma".

Pero eso no fue todo lo que dijo sobre el coronavirus en un monólogo que dio por espacio de 20 minutos. Dijo que estaba "un poco decepcionado de toda la negatividad" de los principales medios de comunicación y se preguntó si esa "negatividad" tenía motivaciones políticas.

También dijo en varias ocasiones que las decisiones médicas que se tomen deben estar aprobadas por la gente del fútbol americano. Gundy puso como fecha el primer día de mayo porque cree que para esos días las pruebas del coronavirus podrían estar disponibles para el personal y los jugadores. Las personas serían evaluadas antes de que se les permitiera regresar a las instalaciones.

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“Estoy pensando en tres o cuatro semanas que podemos tener las pruebas listas y disponibles para las personas que no están enfermas en función de si podemos evaluar a los empleados, las 100 personas que trabajan en nuestro edificio, podemos tomar una muestra y desifectarlos para entrar al edificio y que vuelvan al trabajo”, dijo Gundy.

Agregó además que “una vez que hayamos hecho eso, espero comenzar a probar a los jugadores y traerlos de vuelta. No puedo decir qué tan rápido puede suceder eso en función de las pruebas disponibles en este momento. Pero ese es el plan. Tenemos que tener un plan y el plan en este momento es que comience todo el 1 de mayo.

Lo que muchos medios estadounidenses señalan un día después de estas declaraciones, es que el entrenador comparte sus ideas como si tuviera la certeza de un médico o un científico que sabe bien a bien los detalles de esta crisis sanitaria, que incluso a esos mismos médicos y científicos se les complica dar una fecha tentativa para que las cosas apenas comiencen a volver a la normalidad.

Lo peor es que mucha gente creerá sus palabras.

Los problemas para sus optimistas ideas es que no hay manera de garantizar que las pruebas de coronavirus puedan estar disponibles para toda la gente relacionada con el fútbol de todo estado de Oklahoma.

Pero no sólo dijo eso, según Pete Thamel de Yahoo Sports

Dio sus propios consejos, diciéndole a la gente que debían usar líquido desinfectante en atomizador (Lysol) para limpiarse las suelas de los zapatos. En uno de sus comentarios ‘explicó’ cómo el coronavirus ataca los pulmones: "No quiero tratar de hacer esto mucho más diferente que la gripe común".

Tuvo la puntada de llamar al COVID-19 como el "virus chino". El comentario fue considerado racista por muchos medios y es que en ciertos oídos, darle una nacionalidad a una circunstancia como la que se vive actualmente, puede desencadenar aún más sentimientos xenófobos en un país que parece esperar un detonante para eso.

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Y por si fuera poco, el entrenador continuó diciendo que los jugadores deben regresar. “Tienen 18, 19, 20, 21 y 22 años de edad, están sanos y tienen la capacidad de combatir este virus. Es la realidad, hay que secuestrarlos y traerlos para continuar porque no podemos detener los fondos del estado de Oklahoma”.

El estado de Oklahoma, después de que las palabras vertidas por Gundy en la videoconferencia, emitió un comunicado diciendo que “se adherirá a los consejos de expertos en salud pública" y "no comprometerá la salud y el bienestar” de la comunidad de su campus.

Mike Gundy demostró en menos de una hora el poder que tiene un micrófono abierto. Sus palabras solo reflejan una extraña realidad que gran parte de los Estados Unidos ve. Para una figura pública de su nivel, el difundir información errónea, los comentarios xenófobos y las verdades a medias sobre una pandemia que ha dejado hasta el momento a más de 12 mil fallecidos en este país, no debería ser jamás tolerado por ninguna institución educativa en el mundo.

Hasta el momento no se ha dicho nada sobre una posible sanción por sus palabras.