Coronavirus: el confinamiento "inteligente" de Holanda que contrasta con el resto de Europa

LA HAYA.- Los hermosos días de primavera se viven casi como de costumbre en Holanda, donde los comercios están abiertos y la gente puede salir, un confinamiento llamado "inteligente" que contrasta con los países vecinos en la crisis del nuevo coronavirus.

La regla de oro para los holandeses es el respeto de los 1,5 metros de distanciamiento social. Los únicos lugares de los que tienen que prescindir son los bares, restaurantes, museos y burdeles. Las escuelas reabrirán el 11 de mayo.

Los ciudadanos están llamados a permanecer en sus casas y a teletrabajar lo máximo posible, pero "al menos, se puede salir a la calle", claman los holandeses. La clave es la responsabilidad individual en este país de unos 17 millones de habitantes.

"Me parece muy difícil quedarme en casa todo el tiempo. Estoy muy contento con las posibilidades que tenemos, por muy limitadas que sean", dice Marijn de Koeijer, un librero de una calle comercial de La Haya feliz de poder tomar el aire cuando quiere.

Cuando el nuevo coronavirus apareció, "fue el pánico total", reconoce su vecina Bianca Kragten, vendedora de bicicletas. Delante de su tienda, también tiene algunas de alquiler decoradas con pequeñas banderas del país para "animar" a la gente.

"Entonces, nos dimos cuenta que formamos parte de los afortunados que podemos permanecer abiertos", asegura Kragten. Para De Koeijer, el gobierno ganó el "apoyo popular" con este tipo de confinamiento "más fácil de defender y explicar a la gente".

El primer ministro Mark Rutte se dio cuenta rápidamente. "En Holanda lo que no funciona es un gobierno que dice: deben hacer esto o aquello", declaró a fines de marzo tras perfilar su "confinamiento inteligente", cercano al de Suecia.

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La estrategia de Rutte es la inmunidad de grupo, un polémico concepto consistente en lograr el mayor número de personas inmunes para frenar la propagación del virus, pero que no siempre fue bien acogido por los países vecinos al principio de la crisis.

En toda Europa, el denominador común en la gestión de la pandemia ha sido evitar las aglomeraciones y aislar a las personas que presenten los síntomas de la enfermedad, apunta Frits Rosendaal, especialista en epidemiología.

Dicho esto, "los gobiernos deben a continuación convencer a la población" de que las medidas adoptadas para contener el nuevo coronavirus son las correctas, agrega este profesor de epidemiología clínica en la Universidad de Leiden.

Modelo holandés

Fieles a la tradición del consenso político, los holandeses dejaron de lado la opción radical de un confinamiento total, al contrario que en Francia, Italia o España, abogando en cambio por preservar tanto la salud pública como la economía.

"Estábamos muy cerca de la plena capacidad en los hospitales y de ya no poder ayudar a la gente, pero gracias a estas medidas, nos mantuvimos justo por debajo de ese umbral", dice Rosendaal. En Holanda, se cuentan 4771 fallecimientos por cada 38.802 casos de contagio.

El número de enfermos de Covid-19 en los hospitales está actualmente en retroceso, lo que muestra que las medidas tuvieron un "efecto absoluto" y la elección de una forma menos estricta fue "responsable desde el punto de vista médico y económico", agrega.

Sin embargo, la inmunidad de grupo está todavía lejos, ya que "sólo entre el 3% y el 4% de las personas" presentan señales de inmunidad por haber pasado la enfermedad y, para alcanzar la inmunidad colectiva se necesita "al menos el 50%", según Rosendaal.

En tiempos normales, De Koeijer compara diariamente las ventas con las del año anterior, pero este mes decidió no hacerlo. Con todo, se las arregla para alcanzar la mitad de su facturación. "Todo es bueno. Cada libro que vendo es uno más", asegura.

Agencia AFP