El coronavirus asfixia a la artesanía marroquí

Rabat, 28 oct (EFE).- Los artesanos marroquíes, que dan vida a un sector crucial para la economía del país, viven desde hace meses sus peores momentos debido a la crisis del coronavirus, que ha acarreado una caída de la producción de un 70 por ciento.

"Abro mi tienda para ventilarla, porque no vendo nada", dice a Efe el comerciante Abdellatif al Chekrouni en su local de la medina de Rabat, vacío como todos los de su entorno.

Al Chekrouni, que vende desde bolsos de cuero hasta alfombras de lana, explica la disminución de las ventas por el desplome del turismo en el país, pues la pandemia ha revelado un hecho evidente: el sector, que supone un 6,7% en el PIB del país, depende de los visitantes extranjeros.

Pese a que el 80 por ciento de la producción del sector de artesanía está destinada el mercado interno, lo cierto es que los turistas extranjeros (13 millones en 2019) son los mayores consumidores de los productos artesanos que encuentran en zocos y bazares.

Esta vinculación ha empeorado aún más la situación del sector, ya que Marruecos ha cerrado sus fronteras este año durante seis meses como medida preventiva contra la propagación del coronavirus.

"Se me ha estropeado buena parte de la mercancía por los tres meses en que estuvimos cerrados durante el confinamiento, y el Estado ni nos ha ayudado, ni se ha preocupado por nosotros", lamenta Al Chekrouni.

Y aunque el pasado 6 de septiembre el Gobierno decidió una reapertura condicionada de sus fronteras para los turistas (con un test PCR obligatorio), su llegada se está registrando con cuentagotas y por el momento solo en la ciudad de Marrakech.

EMPRESAS PIDEN AYUDA

En el sector de la artesanía en Marruecos operan casi mil empresas, que trabajan en la producción, la distribución y la exportación. De ellas, solo 120 forman parte de la Federación marroquí de Empresas de Artesanía (FEA, afiliada a la patronal), siendo el resto pequeños negocios familiares no federados.

El presidente de la FEA, Mohamed Khalid Alami, explicó a Efe que el 90 por ciento de empresas de artesanía se han visto dañadas de alguna manera y la producción ha caído hasta el 70 por ciento.

Para dar una idea de cómo la crisis del turismo afecta al sector, Alami explica que, según los estudios de la FEA, cada turista que visita Marruecos hace un gasto de 150 euros en artesanía, en forma de regalos y souvenirs: babuchas y bolsos, cerámica, marquetería, bisutería y alfombras, principalmente.

Para poder preservar los puestos de trabajo, Alami pide al Gobierno prestamos privilegiados para las empresas o la creación de un fondo estatal para promover el sector, además de habilitar nuevos espacios para comercializar la producción artesanal entre la población local, como los hipermercados.

El sector de la artesanía emplea a 2,3 millones de personas, de los que más del 80 por ciento trabajan solos, y el valor de sus productos destinados a la exportación llegó a 800 millones de dirhams (75 millones de euros) en 2019.

ARTESANOS EN QUIEBRA

En la filial de la "Casa del Artesano" (institución pública) en Rabat, situada en la medina, hay varios talleres de artesanía, la mitad de ellos cerrados.

El de Achraf, de 35 años y fabricante de puffs de cuero, es uno de los que siguen abiertos, pese a que sus ventas están congeladas a falta de comerciantes que le compren.

"Estamos en quiebra. No puedo pagar ni el alquiler de mi casa", se lamenta.

Su vecino Abdelilah Rauf, de 48 años, trabaja en un taller de encuadernación y cuero para oficinas, y también él ha sufrido un desplome de ventas.

En la mítica calle de los Cónsules, muy frecuentada por los turistas en la medina rabatí, la mitad de las tiendas del bazar siguen cerradas. No se ve un solo turista por las inmediaciones.

Para hacer frente a la crisis social y económica causada por el coronavirus, el Gobierno ha concedido ayudas directas a 5,5 millones de familias y ha facilitado créditos a las empresas de todos los sectores por un total de 22.400 millones de dirhams.

Rauf dice que durante tres meses ha recibido una ayuda de 1.200 dirhams (110 euros) del Gobierno, pero dejó de percibirla desde el verano. Otros, mayormente comerciantes, no han tenido ni siquiera eso.

Mohamed Siali

(c) Agencia EFE