Corinna vuelve a colocar al rey emérito ante el abismo al que jamás pensó acercarse

El rey emérito posa sonriente en su última visita a España antes de iniciarse la vista por la demanda de Corinna. (Photo By Alvaro Ballesteros/Europa Press via Getty Images)
El rey emérito posa sonriente en su última visita a España antes de iniciarse la vista por la demanda de Corinna. (Photo By Alvaro Ballesteros/Europa Press via Getty Images)

Juan Carlos I se estudiará en los libros de texto como rey de España que ha sido. No hay discusión al respecto. Pero la biografía del monarca tendrá dos particularidades que casi ninguno de sus predecesores ha tenido que sufrir. Una ser emérito. Es decir, ceder el trono en vida dejando inútil, en su caso, la máxima de ‘El Rey ha muerto, viva el Rey’. Y otra llevar la monarquía al límite, al punto de asomarse al abismo al que jamás creyó que fuera a acercarse: la pérdida de la inmunidad que tanto puede temer quien, hasta ahora, ha sido impune haciendo y deshaciendo lo que he ha dado la gana sin dar explicaciones a nadie.

Eso es lo que Juan Carlos se juega en la Corte de Apelaciones de Inglaterra y Gales. Allí comienza este martes la vista de apelación en la que el rey Juan Carlos intentará defender su inmunidad frente a la demanda de Corinna zu Sayn-Wittgenstein, más conocida como Corinna Larsen, por “acoso”, "seguimiento ilegal" y "difamación".

Hasta dónde llega la inviolabilidad de Juan Carlos para los tribunales españoles ha sido objeto de debate en los últimos años, pero la interpretación de la Fiscalía ha sido la de que goza de inmunidad absoluta. Otra cosa es lo que opinen los magistrados del Reino Unido. Con todo ello, el minuto y resultado del combate es este.

  • En una esquina se sitúa el emérito quien, junto a su legión de abogados y sus supuestos privilegios vitalicios, pretende escabullirse una vez más de las sospechas que existen contra su figura alegando que los hechos por los que se le acusan ocurrieron cuando era aún rey de España.

  • En la otra, una Corinna desafiante que está dosificando su relato de los hechos a través de un podcast que tritura la imagen de Juan Carlos y cuya última bomba ha sido la de que volvía de los viajes "con bolsas llenas de dinero" que le daban sus "amigos".

  • Y en medio el árbitro, concretamente el juez Matthew Nicklin, quien el pasado 24 de marzo decidió que la demanda debe seguir adelante al entender que Juan Carlos, al pasar a ser emérito, ha dejado de ser inmune ya que tal privilegio no se extiende más allá del ejercicio de su cargo.

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Eso mismo ocurre en suelo español. La ley orgánica 16/2015, sobre privilegios e inmunidades de los Estados extranjeros en España dice en su capítulo II que, “una vez finalizado su mandato, las personas a las que se refiere este capítulo no podrán hacer valer la inmunidad ante los órganos jurisdiccionales españoles cuando se trate de acciones relacionadas con actos no realizados en el ejercicio de sus funciones oficiales durante su mandato”. ¿Por qué Juan Carlos se va a beneficiar de algo de lo que no se beneficiarían sus homólogos en los tribunales españoles?

Así que, si no prospera la apelación de la defensa, el emérito podría verse abocado a sentarse en el banquillo para declarar. Una humillación que jamás pensó que pudiera suceder. Una cosa es que lo hiciera su hija, la infanta Cristina, y otra él, a quien la inviolabilidad le ha valido para hacer y deshacer durante décadas.

Pero, ojo. Que aunque la pierda, no será fácil ver a Juan Carlos donde muchos le quieren ver. Y lo más probable es que esa imagen nunca se dé. Si la apelación fracasa, al emérito aún le queda el as en la manga de pactar con su demandante un acuerdo previo al juicio. Y viendo que una vez ya le regaló 65 millones de euros, parece ser que al emérito no le faltan recursos monetarios. Aunque, viendo todo lo que Corinna piensa contar en las próximas semanas en el podcast, incluir una cláusula de silencio en un hipotético pacto puede elevar el precio final hasta una cifra obscena.

En vídeo | Corinna habla a una revista francesa de su relación con don Juan Carlos, el Rey Emérito de España

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